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Ermita de San Bartolomé de Ucero, el esotérico templo perdido en un paraíso natural

Ermita de San Bartolomé de Ucero

El Parque Natural del Cañón del Río Lobos, situado en las provincias de Soria y Burgos, en la Comunidad de Castilla y León, es un paraje singular de escarpado relieve situado sobre el eje de un profundo cañón.  Se trata de una zona de extensos bosques de sabinas y pinos. Cuenta con una abundante fauna, en la que destaca el buitre. Sorprende encontrar en este lugar, cercano a la localidad de Ucero, la Ermita de San Bartolomé. Su desconocido origen ha llevado a ligarla a los templarios. Un cariz misterioso que solo se agranda a raíz de las marcas de cantería y peculiar simbología que muestra el pequeño templo.

Se baraja que San Bartolomé de Ucero sea de origen templario
Se baraja que San la ermita sea de origen templario. | Shutterstock

El gran misterio del origen de la ermita de San Bartolomé

Este ejemplo del tardío románico del siglo XIII ha sido una enorme fuente de dudas. Diversas teorías consideran que fue la sede del convento y sede templaria de San Juan de Otero, dentro del obispado de Osma. Se tienen muy pocas referencias de esta encomienda del Temple. Francisco de Rades, historiador del siglo XVI, la menciona por un litigio entre las órdenes del Temple y Calatrava. Este surgió a raíz de la herencia de un caballero de la primera que posteriormente se hizo calatravo. En la liza legal se menciona la ermita de San Bartolomé.

De lo que no cabe duda es que sus bienes pasaron a la canónica de la catedral de Osma una vez se había suprimido la orden de Temple en 1312. Son varias las fuentes que defienden que San Juan de Otero se encontraba cerca de Soria. Desde luego la situación de San Bartolomé parece avalar dicha idea. No en vano, el topónimo de la encomienda apunta a un lugar en alto, lo contrario de la ermita. Debido a ello se ha propuesto que fuera una posesión del centro templario principal. Sea como fuere, la cuestión de por qué se ejecuto el pequeño templo sigue nublada.

Detalle de la cubierta y de la puerta de entrada de San Bartolomé de Ucero
Detalle de la cubierta y de la puerta de entrada. | Shutterstock

La curiosa simbología de San Bartolomé de Ucero

En cualquier caso, la edificación tiene muchas similitudes con la de San Juan de Otero. Luce planta de cruz latina y un crucero más bajo que la nave. Este pequeño santuario es un claro ejemplo del románico tardío, con algunos elementos que desvelan su clara evolución hacia el gótico. El ábside, muy sobrio, es semicircular y dispone de dos pilastras a modo de columnas y de ventanales de arco de medio punto. Cabe destacar que se dedica no solo a San Bartolomé, sino que además lo hace a Santiago Apóstol y San Juan.

El misterio y aura esotérica que rodean al templo tienen mucho que ver con dónde se construyó. Así, la distancia desde la ermita hasta el Cabo de Creus en Girona y el cabo de Finisterre en A Coruña es la misma. Por tanto, equidista de ambos puntos. A esto hay que sumar que al trazar una línea vertical de norte a sur por este punto la península queda dividida en dos mitades. El dibujo resultante es una cruz templaria. Sea o no casualidad, la curiosidad es notable.

Ermita de San Bartolomé de Ucero
Ermita de San Bartolomé de Ucero. | Shutterstock

Estos elementos se unen a un gran repertorio iconográfico que guarda ciertos paralelismos con otros vinculados a la orden de los templarios. Algo que ha hecho que desde antiguo la tradición asociara al templo con la magia. Claro ejemplo de ello es el crismón del ábside, una representación del nombre de Cristo con las letras X y P. También la “Pata de Oca”, símbolo cantero hecho por la cofradía de constructores de los Hijos del Maestro Jacques.

Asimismo, existen estrellas invertidas de cinco puntas, un pentáculo invertido, rosetones de seis corazones entrelazados y diferentes símbolos numéricos. Especialmente notable es la Cruz de las Ocho Beatitudes grabada en uno de los capiteles de la entrada. Esta cruz de ocho puntas era la que los templarios utilizaban como clave de un alfabeto secreto y la que utilizaban para realizar el trazado octogonal de las capillas templarias.

Rosetón de corazones entrelazadosde la puerta de entrada de San Bartolomé de Ucero
Rosetón de corazones entrelazadosde la puerta de entrada de San Bartolomé de Ucero. | Shutterstock

Los espectaculares alrededores de San Bartolomé de Ucero

La Ermita de San Bartolomé de Ucero se encuentra junto a la entrada a la cueva grande del Parque Natural del Cañón del Río Lobos. Tal oquedad, con una gran boca de unos 25 metros, posee algunas pinturas rupestres y un recorrido total de unos 100 metros. Al salir, se puede observar en todo su esplendor el santuario. Parece que el lugar fue usado ya por poblaciones de la Edad del Bronce, al tratarse de un paso natural entre la vega del Ucero y el alfoz de Lara.

Cañón del Río Lobos San Bartolomé de Ucero
Cañón del Río Lobos. | Shutterstock

Al igual que el espacio natural, el templo fue paso del Camino de Santiago. La leyenda cuenta que el Apóstol Santiago, montado sobre su caballo, saltó desde lo alto del cañón. Al caer quedaron las huellas sobre piedra de los cascos de su montura. La espada también cayó señalando el punto donde se edificaría la ermita.

El entorno natural destaca por la abundante vegetación y variedad de fauna. A parte del buitre leonado se encuentran otras especies rapaces como el águila real, el águila perdicera, el águila culebrera, el halcón, el azor, el milano, el ratonero, el cernícalo el búho. Conviven con diferentes tipos de anfibios y reptiles. Conviene ir con prismáticos para poder observar los nidos o el vuelo de las aves. En cuanto a su vegetación, el árbol más representativo es la sabina albar. Pese a ello se pueden observar pinos, quejigos, encinas, chopos y sauces. Al lado del río prosperan poblaciones de nenúfares y otro tipo de plantas flotantes.

Entrada de la Cueva Grande Rio Lobos
Entrada de la Cueva Grande. | Shutterstock

Próximo a este enclave se encuentra la Necrópolis Alto Arlanza en la localidad de Quintanilla de la Sierra. Se trata de un conjunto de tumbas labradas en roca arenisca o caliza, algunas como nichos y otras exentas con lajas y que se datan sobre los siglos IX y X. Se puede aprovechar también para visitar las ciudades de Soria y Burgos, con su catedral gótica catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Como curiosidad cinéfila, a unos 5 kilómetros de Santo Domingo de Silos se encuentra el cementerio de Sad Hill, escenario cumbre de El Bueno el Feo y el Malo.