Cuenta la leyenda que hace cientos de años en un lugar llamado El Sitio, se aparecía constantemente la Virgen de los Desamparados. Cada vez que llevaban a la talla de nuevo al pueblo, ésta volvía a El Sitio tarde o temprano. Pero El Sitio tiene también otro nombre, el de la ermita de los Desamparados, denominación que terminó adquiriendo después de tantas visitas de la virgen. Este es nuestro Rincón del Finde de la semana, un lugar, además de místico, de una gran belleza.
Un poco de historia de la ermita de los Desamparados
Ante la supuesta insistencia de la virgen en quedarse en la ermita, se terminó por llegar a un acuerdo que se mantiene hasta nuestros días. Así, la patrona de Buendía pasa ocho meses en la ermita, entre septiembre y mayo, y cuatro en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Cada vez que la talla se traslada se celebra una romería para acompañar a la virgen.
Por su parte, se conoce que la ermita de los Desamparados se construyó entre los siglos XVI y XVII sobre un pequeño eremitorio, es decir, un lugar muy solitario que antes habitaba un ermitaño. Antiguamente, este enclave albergaba la imagen del Cristo del Amparo. Más tarde, se amplió con la intención de dar cobijo a la Virgen de los Desamparados tras aquellas misteriosas apariciones.
Las claves de la ermita de los Desamparados

Como se exponía en un principio, además de por la ermita en sí y por la leyenda que circula a su alrededor, este rincón es especial por su ubicación. La ermita de los Desamparados se halla junto al río Guadiela a unos pocos kilómetros del pueblo conquense de Buendía. Para llegar a ella hay dos opciones. En primer lugar, se puede dejar el coche junto a una explanada desde la que habrá que andar poco más de un kilómetro. La segunda opción viene acompañada de una ruta senderista de un total de 12 kilómetros, cuyo inicio se sitúa en la presa de Buendía y cuyo recorrido pasa entre las sierras de Enmedio y Santa Cruz.
Ambos caminos desembocan en un mismo punto: la ermita de los Desamparados. Antes de entrar, recibe al visitante un amplio paseo junto al río. Bancos, merenderos y hasta servicios componen este área recreativa que finaliza en la ermita.
Encajado astutamente en un barranco, el templo dispone de una portada de sillería y medio punto con una nave de bóveda de cañón. En su altar se ubica la imagen de la virgen, cuya antigua imagen fue quemada en 1936. La que ocupa su lugar no dispone de un gran interés artístico. A las afueras de la ermita, unas escaleras ascienden hasta el mirador de Colmenar de Morisco, desde el cual se tienen unas maravillosas vistas del entorno.
Rincones cercanos a la ermita
El municipio de Buendía, a medio camino entre Madrid, Cuenca y Guadalajara, ofrece multitud de actividades. En primer lugar, se puede aprovechar el día, antes o después de visitar la ermita, para pasear por el pueblo, considerado como uno de los más bonitos de Cuenca. En su caso urbano destacan el conjunto que forman la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la plaza Mayor. También, a lo largo de sus calles se pueden ver aún algunos fragmentos de la muralla que lo rodeaba, construida durante el siglo XV. Justo en la entrada sur del pueblo, dando la bienvenida al viajero, se hallan las cuevas de Buendía. Antiguas cavernas-bodegas que actualmente sirven de lugar de reunión para las peñas.

Otro de los principales atractivos de la zona es el pantano. Construido en 1958, este embalse se sitúa en el cauce del río Guadiela, afluente del Tajo. Aunque su función principal es evidentemente la del suministro de agua, el embalse se usa también como un espacio recreativo. La pesca, el baño o los paseos en kayak o en paddle surf son sus mayores atractivos para los visitantes.
Por último, no se podía hablar de Buendía sin hablar de la ruta de las Caras, quizás la actividad que mayor fama ha dado al pueblo. Se trata de una ruta de apenas dos kilómetros, accesible para todos los públicos. Situada a las afueras de Buendía, junto al embalse, el sendero está salpicado por 18 esculturas y bajorrelieves tallados en 1992 por los artistas Jorge Maldadonado y Eulogio Reguillo.
Por tratarse de un rincón cargado de planes, por eso es nuestro Rincón del Finde
La ermita de los Desamparados es uno de esos lugares exentos de turismo masivo que constituye un destino perfecto para pasar el día. Su ubicación y la ruta que se puede hacer hasta ella son un plan aún por descubrir para muchos. Además, se trata de un lugar cercano a varios grandes núcleos de población y son muchas las actividades que hay a su alrededor. Por todo ello, creemos que esta ermita y sus alrededores pueden suponer el plan idóneo para disfrutar de un buen fin de semana.