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El Camino Ignaciano en Euskadi: exigente y sorprendente

Camino Ignaciano: Basílica de Loyola

Por Camino Ignaciano se conoce la ruta que siguió el malherido Iñigo de Loyola en 1522 desde la torre medieval de su familia –situada cerca de Azpeitia– hasta Manresa, la localidad barcelonesa en la que permaneció unos meses, experimentando las transformaciones personales que le permitieron redactar sus célebres ‘Ejercicios espirituales’. En los cientos de kilómetros que recorrió, tuvo unos avatares y transformaciones interiores que posibilitaron su progresiva transformación de caballero aguerrido y galante en servidor del prójimo.

El camino hacia la inmortalidad del futuro fundador de la Compañía de Jesús reúne las características de dureza, variedad y grandes tramos de soledad que los historiadores han asociado al gran santo vasco. Conviene recordar que el actual Camino Ignaciano él lo recorrió solo y a pie, estando cojo y con una salud deteriorada por su herida de guerra. Se trata de un trayecto con algunos tramos duros; solo aptos para ir a pie o para expertos en mountain bike (y con condiciones meteorológicas favorables).

Camino Ignaciano: Santuario de Arantzazu

Aunque el Camino Ignaciano en Euskadi está bien señalizado, para las orientaciones prácticas de realización del trayecto recomendamos echar un vistazo a la página correspondiente a Turismo en Euskadi. Se aconseja dormir en Azpeitia y pasar un día completo en el valle, empapándose de los lugares ignacianos: visitar el pueblo de Azpeitia, con especial atención a su iglesia; recorrer con atención el santuario de Loiola, disfrutando de su sensacional templo, del museo, de la antigua torre familiar, de la capilla de la conversión… Partir emocionalmente listo/a al punto de partida del Camino Ignaciano resulta tan fundamental como el equipo y la forma física.

De Loiola a Zumárraga hay 17,7 kilómetros; el Camino Ignaciano asciende suavemente un desnivel de 629 metros por la Vía Verde del río Urola. Caminando, son unas cuatro horas de marcha.

Esta vía perfectamente habilitada nos lleva hacia la villa foral de Azkoitia, una importante localidad –pues junto con San Sebastián y Tolosa, la localidad fue lugar de residencia rotatoria del Diputado general hasta el siglo XIX-. Fue en Azkoitia donde un pequeño incidente acarreó graves consecuencias en Europa y las Américas.

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El Camino Ignaciano asciende bordeando el Urola hasta Zumárraga, donde hay que hacer al menos dos cosas: visitar la Ermita de La Antigua (siglo XIV), conocida como “la catedral de las ermitas”; y presentar los debidos respetos a la memoria de Legazpi -conquistador de Filipinas- en su monumento.

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De Zumárraga al santuario de Arantzazu hay casi 19 kilómetros con un desnivel de 873 metros, lo que nos puede llevar seis horas y media de caminata. Es una ascensión por terrenos complicados, que pueden ser incluso impracticables para bicicletas si llueva o nieva; ojo con el parte meteorológico.

Desde la plaza de las estaciones se toma el ‘carril bici’ que conduce a Legazpi. Después de visitar la Iglesia de la Asunción, atravesamos la villa para continuar por la ribera del río Urola, donde vemos las antiguas ferrerías movidas por el agua, molinos de agua y caseríos. Podemos visitar las ferrerías de Mirandaola y Elorregi, así como el museo del pastoreo. En el barrio de Brincola vemos un importante viaducto de piedra para la estación términos de la línea de tren que va a Irún.

Tras atravesar el área recreativa de Olalde y la presa del embalse, entramos en el Parque Natural de Aizkorri-Aratz, ascendemos hasta el puerto de Biozkornia –un buen lugar para recuperar fuerzas y sacar fotos si las nubes lo permiten-. A continuación el Camino Ignaciano baja hasta el Santuario de Arantzazu, con su espectacular despliegue de arte contemporáneo.

Esta etapa cuenta con casi 16 kilómetros con unos 650 metros de desnivel, que nos llevará más de cinco horas recorrer; por estar en altitud y en zonas expuestas a los vientos, ojo con el parte meteorológico.

Comienza por una ascensión a través del hayedo en el que encontramos la fuente de Erroiti, donde la Virgen de Arantzazu se apareció al pastorcito Rodrigo de Balzategi en 1469. La ascensión entre hayedos continúa hasta el lugar de Portuzarra en donde se cruza con el Camino de Santiago del interior, para llegar en el kilómetro 9,6 al ‘Alto de la horca’; significativo nombre para donde se debieron de ejecutar a quienes se les atrapaba robando el ganado de la montaña.

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El descenso del Camino Ignaciano por territorio alavés pasa por la fuente de Iturrioz y deja a nuestra derecha la visión de las ruinas de una atalaya, que tienen el exagerado nombre de castillo de Marutegi. Seguimos hasta ver la Fábrica de San Pedro de Araia, durante un siglo la principal fundición de Álava. En la Iglesia de San Pedro finaliza la etapa.

Más de 21 kilómetros con un desnivel de bajada de 630 metros, que puede recorrerse en algo más de seis horas. Tras cruzar la carretera en dirección sureste, tomamos la pista que se dirige al pueblo de Albéniz, donde se encuentra la antigua calzada romana que conectaba Astorga con Burdeos y por donde ahora pasa la autovía N-1 y el ferrocarril Madrid- Irún.

Atravesados ambos continuamos el Camino Ignaciano hacia San Román de San Millán. Tomamos el sendero GR25 para ascender por el Parque Natural de Entzia, hasta el puerto de San Román. Continuamos en dirección sur hasta Kortagaña. Tras pasar frente a la ermita de Ullibarri Arana, llegaremos a Alda.

Sierra de Entzia

Desde la Sierra de Entzia, a lo largo de casi 18 kilómetros, vamos descendiendo unos 200 metros de altitud en unas cuatro horas y media. Nos dirigimos por una pista paralela a la carretera que conduce a San Vicente de Arana, situado a tres kilómetros.

El Camino Ignaciano sigue por la localidad de Oteo para luego dirigirse a Antoñana. Antes de llegar a esta villa, en primavera (y si las fuerzas lo permiten), puede interesar desviarse un rato a la cascada de Aguaqué. Después de Antoñana nos dirigimos al final de esta etapa, en la fortificada Santa Cruz de Campezo.

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Esta es una de las más largas etapas del Camino Ignaciano: 32 kilómetros, con casi 700 metros de suave descenso hacia la planicie de la Rioja alavesa, protegida por la Sierra de Cantabria (que atravesaremos). Se trata de una etapa de más de ocho horas en la que debemos reservar un poco de tiempo para una parada ‘obligatoria’ en Elvillar.

En el Parque Natural de Izki podemos encontrar la mayor extensión de marojal que hay en España. Merece la pena apreciarlo. Partimos de la ermita de Santo Cristo hacia Genevilla, a 5,4 kilómetros; para luego continuar hasta Cabredo y después Marañón. Continuamos sin demora hasta El Villar para disponer de tiempo suficiente para visitar el imponente dolmen de “La chabola de la hechicera” y sacarse una foto allí. A continuación proseguimos, rodeando la balsa del Prao de la Paul, hasta alcanzar el cerro fortificado de Laguardia.

Después de una de las más largas etapas del Camino Ignaciano, y con más de cien kilómetros de esfuerzo, puede ser una buena idea descansar un día en Laguardia, visitando concienzudamente una villa extraordinaria y la espectacular bodega Ysios.

semana santa en vitoria

Esta última etapa del Camino Ignaciano tiene 19 kilómetros que pueden llevar unas cinco horas de caminata. De hacerse en primavera aconsejamos destinar al menos un par de horas para detenerse a ver el ecosistema y las aves de las lagunas de Laguardia, que nos encontramos en el recorrido: primero la balsa que rodeamos el día anterior, para después ir a la laguna de Carravalseca y la de Carralogroño. Ambas son producto de la lluvia y tienen elevadas concentraciones de sal por el terreno en que se asientan.

El Camino Ignaciano continúa hacia Oyón-Oion, para después dirigirnos entre viñedos hacia Fuenmayor y Navarrete. En esta localidad finaliza nuestro recorrido por el Camino Ignaciano en Euskadi.