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Destinos que se vacían tras el verano: las escapadas perfectas para septiembre

Destinos que se vacían después del verano

Tal y como se establece en múltiples rankings y estudios de la Organización Mundial del Turismo, España es uno de los países que más turistas recibe. Es, por lo tanto, uno de los destinos preferidos a la hora de viajar incluso para los propios españoles, que confían cada vez más en todos los lugares increíbles que se pueden encontrar.

Este número de visitas se incrementa durante la temporada estival y baja el resto de meses, dejando poblaciones y destinos que siguen ofreciendo gran cantidad de planes prácticamente vacíos. He aquí un ejemplo de 9 destinos que sorprenden a todo aquel que los visita y que presumen de una gran vida más allá de los meses de verano. Es decir: son escapadas perfectas para disfrutar en septiembre.

Escapadas sin masificación a partir de septiembre

Calella de Palafrugell, la esencia de la Costa Brava

Calella de Palafrugell
Calella de Palafrugell. | Shutterstock

La ubicación de Calella de Palafrugell es privilegiada. Se encuentra justo en el corazón de la Costa Brava y es vecina de la pequeña población de Llafranc, el bonito municipio de Palamós y la aislada Cala S’Alguer. Su historia se remonta a un pequeño pueblo de pescadores que agrupaba varias calas y que a día de hoy sigue conservando su encanto único. Cuenta con una población aproximada de 700 habitantes que se ve duplicada durante los meses de verano gracias al clima soleado, las altas temperaturas que invitan a zambullirse en sus aguas y su rica gastronomía.

Una vez terminan los calurosos meses de verano llegan a Calella de Palafrugell unas temperaturas mucho más moderadas que en otras zonas de España. Gracias a este agradable ambiente, los paseos por sus blanquecinas calles y los vermuts en primera línea de playa acompañados de unas frescas gambas de Palamós se convierten en uno de los mejores planes. Otro de los quehaceres que ofrece la zona es ir a conocer el Camí de Ronda y recorrer el sendero que va desde la Playa del Canadell, la más grande de Calella, hasta la población costera de Llafranc.

Calella de Palafrugell y sus alrededores tienen mucho que ofrecer, desde faros que parecen sacados de una novela de piratas como el faro de Sant Sebastià, variedad de museos, playas o caminos donde andar largo y tendido. También cuenta con varias poblaciones cercanas de gran belleza como el pueblo medieval de Pals o la empedrada localidad de Castell d’Aro.

Almería ciudad y sus alrededores de película

Almería
La ciudad de Almería. | Shutterstock

Almería ha sido, desde años inmemorables, admirada por reyes, gobernadores y guardias del Al-Ándalus, hasta la toma de la ciudad por parte de los Reyes Católicos en 1489. Es una joya histórica y cultural que da la bienvenida a cada vez más personas durante las vacaciones, pero que también acoge a todo aquel que la visita en otra época.

Almería y sus cercanías ofrecen multitud de alternativas. Durante todo el año se puede seguir disfrutando de una Almería llena de vida con los bares de la capital llenos de lugareños, incluso los que se encuentran en la costa. Almería ofrece a todo aquel que la visita mucha historia, ya que cuenta con la segunda alcazaba más extensa de la península, justo por detrás de la alcazaba de Badajoz, la más grande de Europa. También cuenta con la imponente Catedral de Almería, con mucha historia.

La costa cercana a Almería ciudad es quizás una de las que más se ha visto afectada por la estacionalidad. Localidades como Las Negras o playas como la playa de Mónsul o Los Genoveses pasan de recibir visitas todos los días durante las vacaciones de verano a prácticamente ofrecer playas paradisíacas en las que poder disfrutar en soledad. El Parque Natural Cabo de Gata-Níjar no cierra en otoño, por lo que ir a disfrutarlo en otra época donde las temperaturas son también agradables es un verdadero tesoro.

Formentera, un paraíso también en otoño e invierno

Formentera
Formentera. | Shutterstock

Con tan solo 83,2 km2 y siendo la menor de las Islas Baleares, Formentera contagia a todo aquel que la visita de su magia y aires bohemios. Este oasis presume de aguas comparables a las que se pueden encontrar en el mismísimo Caribe. También de playas y espacios naturales protegidos.

La Formentera que se puede conocer en los meses otoñales o invernales no tiene nada que envidiar a la de junio, julio y agosto. Quienes la hayan visitado en otras épocas sabrán que es un oasis de paz y tranquilidad alejada de las grandes urbes. Las únicas preocupaciones son desde escoger la ruta que se hará, a qué playa ir, qué queso comprar o desde dónde ver la puesta de sol.

Formentera en otoño e invierno ofrece multitud de actividades, desde practicar yoga y realizar retiros espirituales hasta pedalear en bicicleta las más de 30 rutas que ofrece la isla. Otro plan perfecto podría ser visitar la capital, Sant Francesc Xavier, y disfrutar de su típico mercado navideño que se organiza cada diciembre. O sentarse en uno de sus restaurantes a probar el producto local.

Tarifa: uno de los lugares más cools del país

Tarifa
Tarifa. | Shutterstock

Ubicada en la punta meridional de Europa, es uno de los destinos escogidos año tras año por gran parte de los españoles. Sus largas e interminables playas, cálidas temperaturas, fina arena y la gran cantidad de deporte que se practica en sus aguas hacen que sea uno de los destinos favoritos.

Tarifa cuenta con una población aproximada de 18.000 habitantes que tiene el privilegio de seguir disfrutando de todo lo que la zona puede ofrecer una vez finalice el mes de septiembre. Es, sin duda, el destino más deseado durante los meses de verano pero lo cierto es que aún puede gustar incluso más en otoño.

En su agenda destacan varias actividades culturales e históricas como realizar una visita al Castillo de Guzmán, uno de los mejor conservados en Andalucía. Lleva en pie desde 960. Se puede contemplar las maravillosas vistas desde el mirador El Estrecho o disfrutar del Parque Natural que le da nombre. A tan solo media hora en coche de la ciudad de Tarifa se puede disfrutar también de las ruinas romanas de Baelo Claudia, conjunto arqueológico que data de finales del siglo II a.C. Vecina de la antigua ciudad romana, la maravillosa Duna de Bolonia tiene una altitud de aproximadamente 30 metros, formada por los vientos de levante.

Hay que reconocer que el paraíso del sol lo sigue siendo incluso en los últimos meses del año. Tarifa alardea de temperaturas máximas que oscilan entre los 17 y 18°C y que rara vez llegan a bajar de los 14°C. Por otro lado, los vientos que siguen soplando con fuerza hacen posible la práctica de varios deportes acuáticos, como kitesurf o windsurf, durante la mayor parte de los días.

Islas Cíes, el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia

Islas Cíes
Islas Cíes. | Shutterstock

Las Islas Cíes son uno de los destinos turísticos más visitados en Galicia. Se trata de un paraíso natural compuesto por tres islas ubicado justo en frente de la Ria de Vigo. Forman parte del Parque Natural marítimo-terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia y su acceso está restringido a 2.200 personas diarias.

Las Cíes son conocidas por sus playas y la tranquilidad que se puede hallar en ellas, pero lo cierto es que son mucho más. Son fauna, flora y varias rutas que permiten conocer gran parte de su interior. Es el destino perfecto para los amantes del senderismo y para aquellos que huyen del turismo durante los meses de verano. Entre los tesoros que salvaguardan se encuentran el Faro de Cíes, blanco y con vistas inigualables de la ría de Vigo, Faro da Porta y Faro do Peito.

Muy cerca y en la costa que las protege se pueden encontrar las localidades de Vigo, la bonita Baiona y Cangas. Se trata, por lo tanto, de un destino que se adapta a todos los gustos. Ofrece desde un turismo de sol y playa hasta un turismo de naturaleza o de carácter ecológico dejando la menor huella posible.

Benidorm, el Manhattan español

Benidorm
Benidorm. | Shutterstock

Conocida como la capital turística valenciana, Benidorm es todo un referente en lo que al turismo de sol y playa se refiere. Es destino de turistas europeos pero también de muchos españoles que buscan en sus playas unos días de desconexión. Lo malo es que una vez finalizadas las esperadas vacaciones la estacionalidad se adueña de la zona. Aunque cada vez sean más los hoteles y propiedades que deciden permanecer abiertos durante los meses siguientes al verano se sigue notando la tendencia a recibir menos visitas.

Benidorm tiene vida más allá del verano y muchos lugares interesantes que conocer sin las aglomeraciones propias de los meses más concurridos. Entre sus puntos de interés destaca el casco histórico donde es posible echar una mirada al pasado y ver cómo ha cambiado la ciudad, el blanquecino Balcón del Mediterráneo o la Iglesia de San Jaime y Santa Ana. Desafortunadamente, no se trata de un caso aislado que afecte solamente a Benidorm. También afecta a gran parte de la Costa Blanca, sin una cama libre en verano y sin mucha actividad en temporadas más frías.

Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa

La Graciosa
La Graciosa. | Shutterstock

Las Islas Canarias no encabezan los destinos que sufren más estacionalidad, pero una vez pasados los meses de verano quedan algo más vacías. Esta estacionalidad no debería notarse tanto en destinos como Fuerteventura, Lanzarote o el Archipiélago Chinijo ya que sus temperaturas envidiables hacen que sean destinos paradisíacos donde el verano no termina nunca.

Las islas más orientales del archipiélago canario son las más propensas a sufrir este “vacío” y son, por el contrario, lugares fascinantes que se han de visitar al menos una vez en la vida. Estas islas salvaguardan paisajes, fauna, flora, arquitectura y gastronomía muy distinta a la que se puede encontrar en la península. También reciben menos visitas ya que no son las islas con mayor número de habitantes del archipiélago canario.

La Graciosa, siendo la isla que menos habitantes tiene, es la más diferente. No tiene carreteras, solo caminos de tierra y cuenta con algunas tiendas en sus dos únicas poblaciones: Caleta del Sebo y Pedro Barba. El archipiélago Chinijo es un edén de paz y tranquilidad.

El otoño en Zahara de los Atunes

Zahara de los Atunes
Zahara de los Atunes. | Shutterstock

Zahara de los Atunes es desconexión, paz y felicidad. Es un refugio idílico al que se vuelve una y otra vez para encontrar esa calma que llena de energía para afrontar lo que queda de año. Es un destino que engancha a todo aquel que lo visita y no es de extrañar ya que el contraste del azul cristalino de sus aguas, la playa infinita y el verde de la Sierra del Retín crean una postal inmejorable.

Zahara forma parte de la provincia de Cádiz y es un tesoro del que se disfruta tanto en verano como en otoño. En las épocas más frías del año el sol sigue calentando pero no al ritmo al que trabaja en los meses de julio y agosto. El turismo desaparece dejando a su paso una tranquila playa en la que poder sentarse y pasear mientras se sigue disfrutando de maravillosos atardeceres.

Con poco más de 1000 habitantes, el pueblo blanquecino de Zahara no cierra después de vacaciones. Sus calles y algunos de sus locales siguen abiertos para aquellos que se deciden a conocer la localidad en temporada baja. Entre las actividades y planes que ofrece la zona destacan ir a conocer el museo del atún en Barbate, hacer una excursión al Faro de Camarinal o pasear por las playas de Zahara y la curiosa Playa del Búnker.

La costa asturiana: Llanes y sus cercanías

Niembru desde el cielo
Niembru desde el cielo. | Shutterstock

La población costera de Llanes y sus alrededores ha visto cómo durante los últimos veranos el número de reservas ha ido incrementando. Cada vez son más las personas que deciden escaparse de las altas temperaturas que azotan gran parte del país y probar suerte en la costa asturiana donde las temperaturas son más suaves. Los veranos en el norte son más ligeros y combinan naturaleza en estado puro junto con playas de todo tipo. Desafortunadamente, cuando llega el mes de septiembre sus playas y rincones quedan vacíos, dejando calles y paseos marítimos al alcance de unos pocos afortunados.

Son muchos los planes que ofrece la zona de Llanes para disfrutar durante los meses de otoño e invierno, quizás hasta cueste decantarse por solo algunos. Entre los principales atractivos destaca conocer el casco antiguo e histórico de Llanes, los ya famosos cubos de la memoria, junto a su puerto o su vecina Playa de Poo. También se puede fotografiar uno de los bancos más bonitos del mundo, disfrutar de la tranquilidad que se respira al caminar por la Senda Costera o visitar los bonitos acantilados de Tomasón.