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El tubo volcánico más largo de Europa y sus cuevas de lava

Cueva del Viento

La naturaleza ha diseñado espectaculares cuevas. En ocasiones lo hace durante millones de años, desgastando la roca gota a gota con un mínimo torrente de agua. Pero en otras parece no tener tanto tiempo y deja que sea un torrente de lava ardiente a presión el que haga el trabajo en un instante. Así nació esta increíble cueva que rompe récords a nivel mundial.

La Cueva del Viento, situada en la localidad de Icod de los Vinos, se encuentra a 57 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Se trata de un tubo volcánico de 18 kilómetros de longitud, el más largo de Europa y el quinto más grande del mundo. Cuenta con una biodiversidad única que le ha servido para estar declarada Reserva Natural Especial. La Cueva del Viento lleva dicho nombre debido a las corrientes de aire que se forman en su interior.

La historia del tubo volcánico más largo de Europa

Cueva del Viento
Cueva del Viento. | Shutterstock

La Cueva del Viento tiene una historia milenaria ligada a los pobladores originarios de las isla de Gran CanariaLos Guanches la utilizaban como lugar de enterramiento hace ya 2000 años. Las primeras referencias escritas que existen son de 1776, año en el que los Hermanos Bethencourt de Castro y Alfonso Molina la citan en su descripción de la cueva de San Marcos.

La primera exploración y topografía de la cueva la realizó la sección espeleológica de La Guancha del grupo Montañero de Tenerife, en 1969. En 1974, los espeleólogos del Shepton Mallet Caving Club descubrieron una cavidad de cuatro kilómetros de longitud que conecta el tercer piso con el piso inferior. A día de hoy es conocida como ‘el pozo de los ingleses’ en honor a los exploradores.

En 1989, el Grupo de Espeleología de Tenerife Benisahare descubre la conexión de la Cueva del Viento con la Cueva del Sobrado. Fue entonces cuando se amplió la longitud conocida de la cavidad a 14 kilómetros.

El Museo de Ciencias Naturales, centro integrado en el Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife, comenzó en 1994 las obras de acondicionamiento de la cueva para que el público pudiera visitarla. En el proceso de desescombro de una de las entradas descubre una sima de 17 metros de profundidad, con una cascada de lava, que conecta con otro piso del tubo volcánico, de 2,35 kilómetros de longitud.

Este descubrimiento daría a conocer los 18 kilómetros de la cavidad volcánica hasta el momento explorados, haciendo de ella la más grande de Europa. Las Islas Canarias es, con otros ejemplos como la Cueva de Los Verdes, en Lanzarote, uno de los centros más importantes de estudio para vulcanoespeólogos.

Geología y biología de la Cueva del Viento

Cueva del Viento
Cueva del Viento. | Shutterstock

La Cueva del Viento es una cavidad volcánica formada por las lavas basálticas procedentes de la primera fase eruptiva del volcán Pico Viejo, situado junto al Teide, hace 27 000 años. Es única en su geomorfología, ya que constituye una red de túneles con diversas ramificaciones en tres niveles superpuestos. Este fenómeno no encuentra réplica en ningún otro lugar del mundo.

Algunas de las ramificaciones de la cueva aún están sin explorar, por lo que no se descarta que en años venideros haya nuevos descubrimientos topográficos. Las cavidades formadas por la colada volcánica presentan un paraje espectacular de estalactitas de lava, cascadas lávicas, terrazas laterales y lagos de lava, así como otras concreciones exógenas de diferente composición.

Además de su espectacular formación geológica, la Cueva del Viento es conocida por poseer una fauna subterránea única. A día de hoy sigue siendo un espacio de investigación incansable para los expertos. Hasta el momento se han descubierto 190 especies, todas ellas adaptadas a vivir en la más absoluta obscuridad, la mayoría animales invertebrados.

Entre los nuevos hallazgos biológicos se encuentran 15 especies que eran desconocidas, como la cucaracha sin ojos Loboptera subterránea o los carábidos Wolltinerfia martini y Wolltinerfia tenerifae. Además, la cueva cuenta con una colección de fósiles de animales vertebrados ya extinguidos que son únicos de la isla de Tenerife. Por ejemplo, a rata y el lagarto gigantes. También otros restos óseos de especies ya desaparecidas, como la graja y la hubara.

Visitar la Cueva del Viento

Cueva del Viento
Cueva del Viento. | Shutterstock

La Cueva del Viento tiene un tramo adaptado al público que consta de 300 metros de longitud. El visitante podrá conocer de la mano de expertos los aspectos más importantes de la formación volcánica, así como de su fauna. El trayecto completo tiene una duración aproximada de dos horas. Para la ruta es obligatorio utilizar calzado y ropa adecuados.

La ruta comienza en el Centro de Visitantes, un local del ayuntamiento de Icod de los Vinos, donde unos paneles introductorios servirán de referencia para la posterior visita. Tras las explicaciones iniciales los visitantes recorrerán un tramo de aproximadamente un kilómetro en coche. Después continuarán a pie por un antiguo camino real que conducirá hasta la entrada de la cueva. Durante el paseo el visitante podrá observar las primeras muestras de coladas de lava solidificadas, que emergen entre los pinos que rodean el camino.

Para proteger a las especies que se han adaptado a la oscuridad la cueva no cuenta con iluminación artificial, por lo que la visita ha de hacerse con cascos provistos de una linterna. En el interior el visitante podrá contemplar las formaciones generadas por la lava al avanzar y apreciar los cambios de textura y color de las diferentes formaciones. Las explicaciones de los guías vienen reforzadas por carteles informativos que detallan los entresijos de los túneles, así como de la biodiversidad que allí habita.

Icod de los Vinos, la localidad que alberga la Cueva del Viento

Icod de los Vinos
Icod de los Vinos. | Shutterstock

Tras visitar la Cueva del Viento, no hay que dejar de descubrir Icod de los Vinos. Para empezar, es el hogar del Drago Milenario, un árbol de 800 años de antigüedad considerado uno de los iconos más importantes de la isla de Tenerife.

Este pequeño pueblo de calles y callejones empedrados, coloreados con las típicas casas blancas de la región, tiene múltiples lugares para visitar. Entre ellos la capilla de los Dolores, la iglesia de San Agustín o el exconvento de San Francisco. Además, Icod de los Vinos cuenta con una hermosa playa de arena volcánica negra, la Playa de San Marcos. Al tener forma de concha, queda protegida del oleaje del océano Atlántico, haciendo de ella una de las playas más tranquilas de la costa norte de la isla.

Icod de los Vinos tiene múltiples oportunidades para el turismo activo debido a que se encuentra situado entre los Parques Naturales de Rural de Teno y el Parque Nacional del Teide. Hacia el este, a tan solo siete kilómetros de la localidad, se encuentra el pueblo del Garachico, que cuenta con un interesante patrimonio histórico-artístico.

Icod de los Vinos y sus localidades aledañas son también conocidas por su tierras fértiles adecuadas para la vid, que han generado varias bodegas con Denominación de Origen. Por ejemplo, Valle de la OrotavaTacoronte-Acentejo y Ycoden-Daute-Isora. Además se pueden degustar una gran variedad de gastronomía propia, entre los que destacan productos del mar como el chicharro, la caballa o el atún, pero también las famosas papas arrugadas con mojo picón.

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