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La única cueva de origen marino en Europa

La única cueva de origen marino en Europa

La Cueva del Tesoro es toda una joya kárstica, así como la única cueva originalmente submarina de Europa y una de las tres que se conocen en el mundo. Se formó debajo del agua hace millones de años, como una cueva submarina, pero después emergió a la superficie, lo que la convierte en una singularidad muy rara en todo el planeta, la única de Europa.

Se encuentra situada en Rincón de la Victoria, en la provincia de Málaga, en la zona conocida como El Cantal. Curiosamente, esta zona se llama así por los cantales, que son acantilados de menor tamaño que se originaron durante el Jurásico. Además de los pequeños lagos que ver en su interior, la Cueva del Tesoro recibe su nombre de una antigua leyenda que la relaciona con un tesoro perdido entre sus cavidades y jamás encontrado. 

El nacimiento de una de las 3 cuevas de origen marino del mundo

Cueva del Tesoro
Cueva del Tesoro. | Shutterstock

Antiguamente llamada Cueva del Higuerón, la Cueva del Tesoro está situada a solo diez kilómetros de la capital malagueña, concretamente entre la cala del Moral y el Rincón. El origen de esta cueva se relaciona con el periodo Jurásico. Se trata de una cueva de roca caliza que emergió poco a poco desde el mar, a lo largo de distintas etapas. Mientras era submarina, el mar formó galerías características de este tipo de cavidades, con gargantas y columnas que hacen tan especial a la Cueva del Tesoro. Después, la cueva empezó a elevarse como consecuencia de presiones subterráneas. 

Con el paso del tiempo, la cueva ascendió sobre el nivel del mar, momento en el que tuvieron lugar distintas filtraciones de agua dulce que fueron dando forma durante miles de años, gracias también a la erosión, a majestuosas estalactitas y estalagmitas relacionadas con las cuevas de origen terrestre. Por lo tanto, no solo se ha convertido en la única cueva de origen submarino de Europa, sino que cuenta con la peculiaridad de tener particularidades relacionadas con las cuevas marinas y con las cuevas terrestres

De esta manera, en la actualidad la Cueva del Tesoro cuenta con aproximadamente 500 metros de galerías y una fascinante zona de lagos. La actividad humana a través de su historia también ha jugado una baza muy relevante, pues en sus galerías se hallaron restos del Paleolítico y de la Edad de Bronce. También se encontraron pinturas rupestres y determinados restos que indican que pudo ser un lugar de culto y de sacrificios. 

Hallazgos arqueológicos en la Cueva del Tesoro

Cueva del Tesoro
Cueva del Tesoro. | Shutterstock

En el interior de la Cueva del Tesoro también se han encontrado hallazgos arqueológicos de destacado valor, fruto de las diferentes excavaciones que han realizado los expertos a lo largo de los años. Una muestra de estos restos se expone en el Museo Arqueológico Nacional, localizado en Madrid. Así, dentro de la cueva se encontraron abundantes vasos y fragmentos de cerámica que se corresponden con el denominado Neolítico de las cuevas. También se han hallado numerosas piezas de sílex, como por ejemplo una punta de flecha. Pero no solo se han descubierto estos artilugios. Del Paleolítico Superior se encontró un hueso fósil de bisón, así como dos cráneos humanos completos. 

Las reliquias perdidas en la Cueva del Tesoro

Cueva del Tesoro
Cueva del Tesoro. | Shutterstock

Los datos más antiguos registrados sobre la Cueva del Tesoro y la leyenda de los cinco reyes mahometanos se remontan al siglo XVIII. El nombre de la Cueva del Tesoro forma parte de una antigua leyenda que bien podría servir de guión para una película de aventuras al más puro estilo Indiana Jones.

Según cuenta la leyenda, el tesoro de una dinastía almorávide se habría perdido en medio del mar tras embarcarlo con el objetivo de que llegara a Al-Ándalus. No se supo nada acerca del rastro de este tesoro hasta que en el siglo XVII un fraile recogió la leyenda en un manuscrito en el que sitúa como lugar en el que se ocultó el tesoro a la cueva del Higuerón. 

En 1789 la historia fue publicada por Cristóbal Medina Conde en una obra llamada Conversaciones malagueñas. En dicha obra se expone que la Cueva del Higuerón fue usada en el 86 a. C. por Marco Craso, aristócrata y político romano, para esconderse tras huir de Roma. Aquí se refugiaría durante ocho meses para no ser encontrado. 

Más tarde, el profesor Laza Palacio encontró, como parte de unas excavaciones en la gruta, un candil de cerámica en el que estaban escondidas seis monedas de oro almorávides que datan de la época del emir Alí ibn Yusuf. Este descubrimiento solo sirvió para avivar el deseo en torno a la búsqueda del tesoro. 

Son varios los que han dedicado tiempo de su vida a encontrarlo. Uno de los más conocidos es Antonio de la Nari, de Suiza. Dedicó 30 años a buscar el tesoro entre las cavidades de la cueva, por lo que llegó a conocerse como la ‘Cueva del Suizo’ en honor a su inquebrantable espíritu. Para conseguir tan ansiado objetivo, no dudó en usar dinamita y explosivos para abrirse camino entre las paredes de la cueva, lo que acabaría causándole la muerte en 1847 durante una explosión fallida. 

Qué ver en la Cueva del Tesoro

Cueva del Tesoro
Cueva del Tesoro. | Shutterstock

Es posible visitar el interior de la Cueva del Tesoro durante todo el año, y está adaptada para personas con discapacidad. Se trata de un recorrido que cuenta con diferentes salas, cada una con sus propias singularidades. La visita comienza en la sala de la Virgen, la última que se ha descubierto y el lugar en el que se encontraron las seis monedas de oro anteriormente referidas. Mientras se desciende por esta sala, se va observando una exposición de restos arqueológicos. En ella llama la atención el pozo del Suizo, obra de Antonio de la Nari surgida durante sus explosiones de dinamita. 

El recorrido continúa por la sala de Marco Craso, llamada así porque en ella se escondió el mismo Marco Craso durante nada más y nada menos que ocho largos meses. Existe también una zona de pinturas rupestres aunque está cerrada al público. 

Tras esto, el itinerario prosigue hasta llegar a la sala del Águila, en la que una gran roca recuerda la figura de este ave rapaz. Después aparecen las galerías Laberínticas, en la que se pueden observar muchas formaciones rocosas y juegos de luces

Quizá una de las salas más interesantes es la sala del Santuario de Noctiluca, diosa de la luna y de la noche. Aquí se halló un templo con cenizas de sacrificios de animales

Desde aquí se accede hasta la sala del Volcán, en la que se puede ver una oquedad que acaba en una sima que, se cree, finaliza en el mar. Su nombre proviene del aumento de temperatura que se da en esta sala, ya que es la que más al interior se ubica en la cueva. Volviendo a la sala de la Virgen se descubre ante el visitante la bella sala de los Lagos, donde se pueden ver corrientes de agua y tres bonitos lagos naturales que dan al espacio un ambiente mágico.

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