La provincia de Ciudad Real guarda sorpresas como el Campo de Calatrava, también conocido como provincia volcánica de Calatrava. Ubicada en el corazón ciudarrealeño, la propia capital descansa sobre varios de los volcanes que marcan el paisaje de esta tierra. En total hay más de 300, congregados en un espacio de 5.000 kilómetros cuadrados, que convierten a esta región en una de las tres zonas de vulcanismo reciente más importantes de la Península Ibérica. Las otras dos se encuentran en Cataluña y Andalucía: la zona de Olot, en Girona, y la de Cabo de Gata, en Almería. La provincia manchega, sin embargo, puede presumir de tener el primer volcán musealizado de la península.
300 volcanes dormidos en una zona activa
Como ya se ha dicho, los volcanes del Campo de Calatrava se extienden por un amplio territorio que ocupa más de 5.000 kilómetros cuadrados en la provincia de Ciudad Real. Su actividad empezó a desarrollarse hace millones de años, concretamente hace 8,5 millones, pero la última erupción se vivió hace apenas 5.000. Al considerarse una actividad reciente, pueden observarse los edificios volcánicos con su morfología original.
El vulcanismo del Campo de Calatrava está relacionado con el levantamiento de las Cordilleras Béticas y el desplazamiento de las placas Euroasiática y Africana. Puede distinguirse, por un lado, el tipo de vulcanismo estromboliano, que originó pequeños volcanes cónicos, actualmente cerros redondeados cuyos diámetros van desde los 100 metros a los dos kilómetros. Pero el vulcanismo más frecuente es el hidromagmático, que da origen a unas depresiones volcánicas difíciles de distinguir en el terreno. Son los llamados maares, cráteres volcánicos anchos y bajos que suelen llenarse de agua. En la época de lluvias reúnen una rica y variada biodiversidad.
La mitad de los volcanes, además, son considerados de peligrosidad extrema si se diera una erupción, pues el magma entraría en contacto con las aguas freáticas de los acuíferos, lo que liberaría una cantidad inmensa de energía. Esta zona es una zona dormida, pero activa, ya que ha experimentado episodios eruptivos hace menos de 10.000 años. En cualquier caso, no se espera que ninguno de los 300 volcanes vaya a despertar en un futuro cercano.
Conociendo el Campo de Calatrava
Lo que sí pueden observarse son fenómenos ligados a esta característica volcánica. Por ejemplo, la aparición de géiseres, un tipo especial de fuente hidrotermal que emite de manera periódica una columna de agua caliente y vapor. En los últimos años, se han podido ver en lugares cercanos a localidades como Bolaños de Calatrava o Almagro.
El principal centro de interés del Campo de Calatrava es el volcán del Cerro Gordo, en Valenzuela de Calatrava. Es de tipo estromboliano y destaca por ser el primer volcán musealizado de la Península Ibérica. Puede, por tanto, visitarse, aunque seguramente sorprenda a quien lo haga, pues no es el volcán que uno tiene en la cabeza. Se trata de un pequeño monte que permite, al apostar por una visita guiada, comprender la historia y particularidades de estos fenómenos.
Destaca también el volcán y laguna de Peñarroya, a cuya cumbre se puede ascender para observar el cráter y la laguna de las Maestras o de Alcolea. Es un espacio de gran belleza. Para los curiosos, el primer volcán de la zona fue el Morrón de Villamayor de Calatrava, mientras que el más joven es el Columba, entre Calzada y Granátula, que tiene 5.000 años de vida. La gran mayoría de estas formaciones han sido protegidas bajo la denominación de Monumento Natural.
Con todo, una ruta por este Campo de Calatrava, por esta provincia volcánica de Ciudad Real, es de lo más interesante. Por su todavía desconocimiento general, es también de lo más sorprendente.
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