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Qué ver en Cabra

Panorámica que ver en Cabra

Escenario de insólita batalla y paraíso del excursionista

Esta localidad fue escenario de una insólita batalla en la que Alfonso VI de León involucró a famosos caballeros en un conflicto entre Taifas, apoyando a ambos lados al tiempo. El lugar posee un interesante conjunto monumental, producto de su densa y agitada historia. Rodeada de olivares, su exquisito aceite tiene fama en todo el país. No te pierdas lo mejor que ver en Cabra.

Planifica tu escapada a Cabra

Al recorrido por esta importante localidad aceitera hay que destinarle un día completo de visitas. Entre lo que ver en Cabra destaca sus dos centros de interpretación sobre el olivo y el aceite, su museo arqueológico y sus numerosos templos. Muy cerca, en el Parque Natural de las Sierras Subbéticas, se sitúa el embalse de Iznajar.  Hay varias excursiones con las que largar la escapada. El santuario de la Virgen de la Sierra es uno de ellos, así como la tradicional Lucena y el Santuario de Araceli. La legendaria Carcabuey es otra alternativa atractiva, en tanto que al norte del queda el pueblo de Zuheros. También existe la posibilidad de acercarse a Córdoba capital.

La gastronomía local es notable y la localidad tiene una contrastada infraestructura turística. Así, las páginas sobre dormir y comer en Cabra contienen listados con restaurantes y alojamientos notables. Por último, el lugar es una acertada base para varias actividades de turismo activo

¿Quieres conocer este sitio?

La historia local, que se remonta a los íberos, merece ser conocida antes de pasar a lo que ver en Cabra. Se cree que en este lugar hubo un templo turdetano (siglos VII y VI a.de C.), en la actual “Villa Vieja”. El enclave se desarrolló más gracias a los cartagineses. En el 206 a. de C., cerca de allí se libró la batalla de Ilipa en la que triunfó el general romano Publio Cornelio Escipión. Tiempo después, los latinos tomarían Licabrum, célebre por su riqueza, cambiándole el nombre por el de Igabrum y declarándola municipio. Fue una de las primeras ciudades hispanas que tuvo una comunidad cristiana, datando esta del siglo III.

Los visigodos la convirtieron en un importante referente local bajo el nombre de Egabro. Así, pasó a ser sede de una extensa diócesis. De este periodo se conserva la piedra de consagración de un altar dedicado a la Virgen.

Los árabes, en el siglo VIII, aprovecharon la posición de poder de la ciudad. Por ello designaron a Qabra capital de la Cora homónima. La reducida población de orígen sirio que se estableció en la zona fue capaz en un solo siglo de inculcar su religión y modos de vida a los descendientes de visigodos e hispanorromanos. La mezcla de culturas propició que el poeta ciego Muqaddam Ben Muafa inventara las jarchas. Estas son estrofas finales en romance ubicadas en poemas árabes que se popularizaron en todo Al-Andalus. A comienzos del siglo XI, tras la caída del califato omeya, la población se integró en la Taifa de Granada.

En el año 1079 tuvo lugar la Batalla de Cabra, relatada en el Cantar del Mío Cid. Alfonso VI de León cumplió sus compromisos con sus dos tributarios. Envió al Cid Campeador y su mesnada en apoyo de Al-Mutamid de Sevilla. Por el lado de Ibn Buluggin de Granada actuaron el conde de Najera, García Ordoñez, y sus caballeros. Vencerían los primeros sobre los granadinos y riojanos. Esto provocó una extrema animosidad entre ambos paladines. En 1090, Cabra fue conquistada por los almorávides. Al siglo siguiente padeció las incursiones de Alfonso I de Aragón el Batallador y, más tarde, de los almohades.

calle Juan Ulloa en una antigua postal de Cabra
La calle Juan Ulloa en una antigua postal de Cabra.

Finalmente, durante 1240 los habitantes de Cabra firmaron unas capitulaciones con Fernando III, integrándose pacíficamente en Castilla. Hacia 1333 fue asediada por los moros granadinos. Sería perdida y reconquistada en dos ocasiones más, hasta que Alfonso XI la tomó definitivamente en 1342. Se la entregó como señorío a su amante, Leonor de Guzmán.

Según la tradición, en la fortaleza local nació el futuro rey Enrique II de Trastámara, siendo bautizado en la pila bautismal de la Iglesia de San Juan Bautista del Cerro. Prueba de todo esto es que el rey concedió el título de conde de Cabra a su hijo natural en el 1380. Llegado el siglo XV Boabdil, último rey de Granada, estuvo preso en el Castillo de Cabra. Como en el resto de la Andalucía central, el siglo XVI conllevó un fuerte crecimiento económico y demográfico. Así, se edificaron numerosos templos y edificios civiles.

Entre 1810 y 1812, las tropas napoleónicas ocuparon esta ciudad. Ya en 1836, la tropa del general carlista Gómez, en su deambular por España, la conquistó dos veces. Recibió el título de Ciudad en 1849. Esto, junto a las gestiones del líder local Martín Belda y otros emprendedores, produjo una importante mejora urbanística. El proceso culminó con la llegada del ferrocarril.

En 1938, en el marco de la Guerra Civil, se produjo el bombardeo de Cabra por parte de la aviación republicana. murieron 101 personas. Mucho después, su casco histórico fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1993.

A continuación, lo mejor que ver en Cabra.

La visita a lo que ver en Cabra arranca en el barrio de la Villa Vieja, en la imponente Iglesia de la Asunción de los Ángeles (S. XVIII). El templo se divide en cinco naves sustentadas por arcos sobre 44 pilares de jaspe rojizo. Sobresale el retablo mayor, obra de Melchor Aguirre, también en jaspe. Merece la pena prestar atención a la sillería del coro y a una llamativa lámpara de plata. Además, Mariano Benlliure ejecutó la tapa de la pila bautismal. La imagen de Nuestra Señora de la Asunción es obra de escuela granadina y data del 1693.

En esta parte de la ciudad hay algunos restos de la muralla de la alcazaba árabe. Allí está el Castillo de Cabra, donde según la tradición nació Enrique II. Actualmente forma parte del Colegio de las Escolapias. En su Capilla se guarda un cuadro de San Francisco de Asís, ejecutado por Valdés Leal. También se conserva el espectacular Salón Redondo en la Torre del Homenaje.

En la vecina calle de José de Silva se encuentra otro bello lugar que ver en Cabra, la Iglesia de San Juan de Dios (s. XVII). Su austera fachada principal contrasta con su decoración interior de yeserías rococó en la cúpula. Posee además las pinturas de los siglos XVI y XVII. Por su parte, la Iglesia y Convento de las Madres Agustinas (1697) contiene un interesante conjunto escultórico en su retablo mayor.

En la Casa de Cultura se ubica el Museo Arqueológico. Tal espacio ofrece un recorrido de las numerosas civilizaciones asentadas en el entorno. Entre su colección destaca la estatua de la Diosa Mitra. Por otro lado, de la Parroquia de los Remedios (s. XVIII) sobresalen las yeserías y la escultura de la Virgen de la Soledad (s. XVII).

Siguiendo con lo que ver en Cabra, se llega a la Iglesia de Santo Domingo. De ladrillo visto y con portada de piedra caliza, incluye una capilla dedicada a la Virgen del Socorro, en estilo manierista. La Virgen del Rosario y sobre todo el retablo de San Juan de Letrán (s. XVI) merecen especial atención. Asimismo, la capilla del Centro de Educacion Especial Niño Jesús Fundación Termens posee un panteón ejecutado en mármol de Carrara por Mariano Benlliure (s. XX).

Uno de los centros de enseñanza de mayor antigüedad de España se encuentra en Cabra. Se trata del Instituto Aguilar Eslava. Sus muros han contemplado tres siglos de tradición educativa. Por dentro, entre sus ricas colecciones, sobresalen el Museo de Historia Natural y el Museo de la Pasión.

Torre de la Iglesia de la Asunción de los Ángeles en Cabra
Torre de la Iglesia de la Asunción de los Ángeles en Cabra.

El Parque Alcántara Romero (1848), permite pasear entre sus bellas secuoyas, plátanos de sombra, castaños de indias y tilos. Otro lugar para dar una vuelta son las encaladas calles del barrio del Cerro. El ambiente del antiguo arrabal cristiano fue retratado con acierto por la obra literaria de Juan Valera. Allí se halla la Iglesia de San Juan del Cerro, fundada en tiempos de los visigodos por el obispo Bacauda. Se conserva todavía el ara de consagración que conserva la inscripción fundacional del año 650.

El conjunto paisajístico conformado por la Fuente del Río es otro de los lugares que ver en Cabra. Cuenta con un rico manantial con salutíferas aguas procedentes de la Sierra de Cabra. Además, hace gala de una hermosa arboleda. La ciudad cuenta con una notable tradición taurina, algo constatable al visitar su Plaza de Toros (1857).

También merecen una parada el Museo del Aceite, instalado en un molino del siglo XIX. La antigua estación de ferrocarril fue convertida en el Centro de Interpretación del Tren del Aceite. El espació se completa con la Vía Verde del Aceite que lleva al Parque Natural de las Sierras Subbéticas.

Para terminar con lo que ver en Cabra queda el Santuario de Nuestra Señora de la Sierra. Se sitúa en las afueras de Cabra y tiene un origen medieval (1260). El retablo de la Virgen fue ejecutado con mármol de la zona ya en período barroco.

Imprescindibles

Castillo de Cabra
Castillo de Cabra.
Dónde dormir en Cabra
Vista de la localidad desde la muralla

Datos prácticos

Coordenadas

37° 28′ 18.53″ N, 4° 26′ 0.82″ W

Distancias

Córdoba 79 km, Sevilla 162 km, Madrid 413 km.

Aparcamiento

Dificil en el casco urbano, con calles de zona azul. Recinto Ferial del Parque de la Tejera, a la entrada desde la carretera de Málaga (gratuito).

Altitud

452 m.

Habitantes

21 136 (2012).

Las grandes fiestas que ver en Cabra son estas. Carnaval, Semana Santa, Fiestas de la Cruz (mayo), Corpus Christi, Fiestas de la Virgen de la Sierra, patrona de Cabra y alcaldesa perpetua (del 3 al 8 de septiembre).

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Otra gran ocasión que ver en Cabra es la Feria de San Juan (junio).

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