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El Cabanyal de Valencia: barracas, modernismo y especulación

Cabanyal de Valencia

“Amontonabase en el fondo los edificios del Grao, las grandes casas donde están los almacenes, los consignatarios, los agentes de embarque, la gente de dinero, la aristocracia del puerto. Después, como una larga cola de tejados, la vista encontraba (…) una masa prolongada de construcciones de mil colores, que decrecía según se alejaba el puerto. Al principio eran fincas de muchos pisos y esbeltas torrecillas y en el extremo opuesto, lindante con la vega, barracas blancas con la caperuza de paja torcida por los vendavales”.

El valenciano Blasco Ibáñez dejó escrita esta descripción del Cabanyal de 1895 en su novela Flor de mayo. Un lugar, oficialmente llamado El Cabanyal-Canyamelar, que ha pasado por muchas fases. Así, el Cabanyal ha sido un barrio de barracas y un enclave pesquero. También ha sido recreo de la burguesía y foco de especulación inmobiliaria. Hasta llegar a la actualidad, donde The Guardian lo incluyó en 2020 entre los 10 barrios más cool de Europa.

El Cabanyal antes de ser el Cabanyal: un barrio de pescadores

Antes de llamarse Cabanyal, este barrio valenciano colindante con el de Malvarrosa fue un municipio independiente de Valencia. Su nombre entonces era el de Poble Nou de la Mar. Erigido en la primera mitad del siglo XIX, con ayuntamiento propio, estaba constituido a su vez por tres zonas: la del Canyamelar, la del Cabanyal y la de Cap de França. El Cabanyal ha sido siempre, desde antes de que tomara el nombre de Poble Nou de la Mar, un barrio de pescadores. Las referencias escritas del enclave que van sucediéndose ya en el siglo XVIII nos hablan, según el artículo Cabanyal, cada vez más cerca. Del lugar al espacio como mercancía, de sus habitantes: “labradores y, en su mayoría, pescadores dedicados a la pesca del bòu”.

El suburbio, que se había ido formando a las afueras del ahora barrio del Grao, se constituyó en torno a calles largas y rectas que corrían de norte a sur en paralelo al mar. Centenares de precarias viviendas, construidas con fachadas de blanco encalado y tejados de paja, se disponían así en interminables avenidas que dotan al Cabanyal aún hoy de una trama urbana de suma originalidad.

Según el documento mencionado con anterioridad, “el siglo XIX viene caracterizado por el crecimiento y el aumento constante de su población que se traduce en un peculiar trazado urbano”. Pero el barrio contó también con un arquitecto no invitado: el fuego. Los incendios de 1796 y 1797, así como el de 1875, transformaron la morfología del pueblo. De esta forma, numerosas barracas tuvieron que ser sustituidas por pequeñas casas, construcciones más sólidas. Finalmente se terminó por prohibir la construcción de nuevas barracas con el fin de minimizar los daños de posibles incendios.

Por otro lado, a mitad del siglo XIX, cada vez eran más los burgueses que adquirían una segunda residencia en el Cabanyal. Las familias acomodadas acudían a este barrio para pasar los veranos y su llegada trajo consigo un estilo arquitectónico nuevo para la zona: el modernismo.

El modernismo popular del Poble Nou de la Mar

Entre finales del siglo XIX y principios del XX llegó a Cataluña un movimiento artístico que tuvo una gran trascendencia, sobre todo en Barcelona: el modernismo. Esta corriente estética rompía con los estilos dominantes del momento y contó con grandes autores autóctonos (huelga casi mencionar el nombre de Gaudí). En Valencia también hubo grandes artistas modernos, como Vicente Ferrer o Demetrio Ribes, cuya obra más importante fue la Estación del Norte. Por otro lado, según señalan en la página Cabanyal portes obertes, organizada por un colectivo de artistas, “en los Poblados Marítimos se desarrolla una arquitectura de tipo popular”, de especial importancia en el Cabanyal.

Casa modernista en el Cabanyal
Edificio modernista en el Cabanyal. | Shutterstock

Los particulares del barrio, al principio solo los más adinerados y después también las familias más modestas, fueron adaptando este estilo arquitectónico a sus casas. “Esto contribuye a darle unas características de singularidad a cada una de las viviendas, aun dentro de la homogeneidad del estilo. Es decir, cada una está marcada por los gustos personales de su propietario”, apuntan desde Cabanyal portes obertes.

Así, “el recubrimiento de las fachadas con azulejos monocromáticos o decorados con motivos de diversa procedencia estilística representa una curiosa y original readaptación del gusto modernista en el ámbito de las clases más modestas, que encontraron en el azulejo cerámico el material idóneo para su expresión”. Todas estas características del barrio valenciano, que aún hoy se pueden apreciar en sus calles, le valieron su catalogación en 1993 como Bien de Interés Cultural.

Casa modernista Cabanyal
Detalle de una fachada modernista del Cabanyal. | Shutterstock

La batalla vecinal

A finales del siglo XX tuvo lugar en el Cabanyal uno de los acontecimientos que más han marcado a este barrio y cuyos ecos resuenan aún con fuerza. Perdida su autonomía desde finales del siglo XIX, este barrio se convirtió en el blanco del llamado Plan Especial de Protección y Reforma Interior. Este proyecto pretendía prolongar la Avenida Blasco Ibáñez para unir la playa con el centro de Valencia, lo que implicaba, a su vez, el derribo de casi 1.600 casas (algunas protegidas) y la partición del barrio en dos. Muchos vecinos se pusieron en pie de guerra y la noticia corrió por toda España.

La batalla legal se alargó en el tiempo y el plan se enfrentó, además de a los vecinos, a la protección de los edificios. Finalmente, perdió su batalla contra los tribunales. Pero, aunque el proyecto no se llevó a cabo, los enfrentamientos y tejemanejes políticos trajeron consigo una degradación del barrio, sobre todo en la conocida como zona cero, centro de los intereses especulativos e inmobiliarios de la polémica. En la actualidad y poco a poco, este barrio va rehabilitándose. “Los cambios son tan rápidos que de un mes a otro el paisaje urbano se ha modificado”, señala la valenciana Cristina Monzón en este artículo.

El Cabanyal en la actualidad

Casas en el Cabanyal de Valencia
Casas en el Cabanyal de Valencia. | Shutterstock

Con todo, el barrio volvió a ser el centro de las miradas en 2020, cuando, como se ha señalado al inicio, The Guardian lo catalogó como uno de los barrios más cool de Europa. Es posible que en una primera o rápida visita a Valencia, el Cabanyal pase por alto. Es de ese tipo de turismo que queda en segundo plano y que, sin embargo, es grato de descubrir. Además del interés histórico y turístico que suscitan sus calles y fachadas, el Cabanyal dispone de su propia playa, a la que los lugareños conocen popularmente como de las Arenas. La amplia oferta gastronómica de la que disponen sus bares y restaurantes es también uno de los mayores atractivos de la zona.

Y por supuesto, no se puede uno olvidar de su oferta cultural. En la Fábrica de Hielo, los autóctonos y visitantes pueden encontrar cada día una actividad diferente: música, talleres, literatura, cine, artes plásticas… El Teatre El Musical es también de suma importancia para la cultura del barrio. La oferta artística la cierra el festival Cabanyal Intim, en el que cada año hay obras de teatro, danzas o espectáculos de cabaret que se celebran en el interior de las casas o en espacios singulares del barrio.

Todas estas peculiaridades hacen del Cabanyal un enclave atractivo tanto para visitar como para vivir. Porque si de algo siguen presumiendo sus vecinos es de que aún en pleno siglo XXI la zona mantiene su carácter pesquero y su personalidad de barrio.