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Qué ver en Arévalo

Qué ver en Arévalo

Villa mudéjar y centro estratégico de Castilla

Situada en la confluencia del Adaja y el Arevalillo y capital de la comarca de La Moraña, es famosa por su arquitectura mudéjar y sus ‘tostones’ (cochinillos asados). Fue lugar escogido como estancia de la corte de algunos monarcas Trastámara, siendo residencia de la reina Isabel la Católica cuando aún era infanta. Es un excelente lugar en el que comer y descansar rodeado de historia de España. ¿Te animas a descubrir qué ver en Arévalo?

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Los lugares que hay que ver en Arévalo pueden visitarse en una mañana bien aprovechada. Después de comer bien en una localidad conocida por su gastronomía hay múltiples opciones para continuar la escapada.

Para los amantes de la historia de España, se puede completar la experiencia visitando durante la tarde la vecina Madrigal de las Altas Torres (ligada a la reina Isabel I). Para los aficionados a ‘lo romano’, un lugar cercano y muy poco conocido es la Villa romana de Almenara – Puras. A ella se accede por la SG 413 para luego tomar la N 601 hacia el norte. Si queda tiempo se puede seguir hasta Olmedo (buen lugar para comer y dormir).

Otra opción es subir por la autopista a pasar un día completo en Medina del Campo y su Castillo de la Mota. Hay muchos sitios donde almorzar con buena relación calidad – precio y unos cuantos hoteles con encanto. Se puede elegir y reservar a través de nuestra página Dormir y Comer en Arévalo.

¿Quieres conocer este sitio?

Para completar lo que ver en Arévalo es interesante conocer antes su historia. Se tiene constancia de un poblado cercano al río Adaja en el periodo Calcolítico. El yacimiento Arévalo-Don Hierro se fecha en torno al 2500-2200 a. de C. Hacia el 600 a. de C. llegan los pueblos celtas, de cuya mezcla con los íberos de esta zona procedían los vacceos que poblaron Arévalo.

De época musulmana se conservan topónimos como Adaia, Zapardiel, Almenara y Moraña. El nombre Arévalo puede derivar del celta are-valon (junto al muro o barrera). Otros lo consideran derivado de arevaccei (los vacceos en el extremo). En 1090 se había latinizado en Arevalum.

Fue repoblada a partir del año 1088 por Raimundo de Borgoña, y en 1090 entrega su Alfoz al obispo de Palencia. Los cinco linajes de la villa (los Montalvo, Briceño, Tapia, Verdugo y Sedeño) se ganaron un gran prestigio militar. Un refrán castellano reza “quien de Castilla señor quiera ser, a Arévalo y a Olmedo ha de tener” da cuenta de su relevancia estratégica y la fama de sus caballeros y villanos.

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En el 1111 sus “milicias concejiles” lucharon a favor de la reina Doña Urraca en la Batalla de Valdespino (Segovia). Más tarde, en 1177 en la toma de Cuenca y 1212 en la Batalla de Las Navas de Tolosa.

Qué ver en Arévalo
Plaza Mayor e Iglesia de Santo Domingo al fondo

Los caballeros de la villa se declararon partidarios de la dinastía Trastámara en la guerra contra el rey Pedro I. Por lo tanto, su rival Enrique II erigió por allí un palacio (ya desaparecido). En 1442 el rey Enrique IV concedió su ducado a Álvaro de Zúñiga. Esto no impidió que allí se fijara la “Corte” del príncipe-niño Alfonso de Castilla el Inocente cuando los nobles escenificaron la Farsa de Ávila contra Enrique IV.

Isabel la Católica pasó su infancia en Arévalo, a la que cita como “La mi villa”. Años más tarde los reyes Fernando e Isabel firmarán en esta misma localidad el Tratado de Tordesillas con el consiguiente reparto del Nuevo Mundo entre España y Portugal.

En 1506 fue enviado a Arévalo el joven caballero Iñigo de Loiola para incorporarse al séquito del Contador Mayor Juan Velázquez de Cuellar, cuya esposa era pariente de la madre del joven. El futuro San Ignacio de Loyola permaneció allí diez años. Tras esto, su protector se opuso a la voluntad del emperador Carlos V de regalarle Arévalo a su abuelastra (y amante) Germana de Foix lo que le hizo perder todos sus cargos y fortuna. En 1520 Arévalo permaneció leal al Emperador cuando se sublevaron los comuneros.

Estuvo ocupada por los franceses durante la mayor parte de la Guerra de la Independencia. En la fachada de la Iglesia de Santo Domingo se perciben las huellas de los fusilamientos de vecinos y guerrilleros.

El tren llegó a Arévalo tempránamente, en 1860. Recibió el título de ciudad de la regente María Cristina en 1894. Arévalo se ha ganado dos veces (1944 y 1989) el título de Muy Humanitaria por el socorro ante accidentes vinculados con el ferrocarril.

Localidad actualmente muy bien comunicada por carretera y tren con la capital de España. Esto, junto a sus atractivos históricos, monumentales, naturales, comerciales y gastronómicos, la convierten en un sugerente destino turístico.

A continuación, corresponde leer el apartado Qué ver en Arévalo.

Se conserva un gran legado monumental que ver en Arévalo, testigo de su esplendor medieval, por lo que la villa ha sido declarada Conjunto Histórico Artístico. La arquitectura mudéjar con su utilización del ladrillo caracteriza la localidad. Además, Arévalo cuenta con dos puentes. Destaca el que salva el cauce del río Arevalillo con su quíntuple arquería mudéjar qué ver en Arévalo.

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El Castillo de Arévalo fue levantado entre los siglos XIV y XV y sufrirá una reforma neogótica. Aún es perceptible la Torre del Homenaje circular mudéjar en la que actualmente se exhibe una muestra de cereales. Tiene la peculiaridad de poseer dos patios de armas que ver en Arévalo.

Al visitar lo que ver en Arévalo nos encontramos con un casco urbano que es una sucesión de plazas presididas por templos mudéjares construidos según el románico de transición.

Siempre hay que ver en Arévalo con especial detenimiento la Plaza del Arrabal o Plaza Mayor. Allí se encuentra la Iglesia de Santo Domingo de Silos (s. XVI) con un ábside enladrillado compuesto por arquerías ciegas, portada clasicista y torre barroca con linterna octogonal. Destaca en su interior la reja plateresca de cierre del presbiterio y la escultura de San Francisco, atribuida a Gregorio Fernández.

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Iglesia de Santa María la Mayor del Castillo

La Iglesia del Salvador, en la cercana plazoleta del mismo nombre, posee un aire clásico debido a unas reformas en el siglo XVI sobre la obra de ladrillo. Su Capilla de los Ávila-Monroy cuenta con un retablo del taller de Juan de Juni (s. XVI, interesante que ver en Arévalo).

Se conserva un resto de muralla llamado el Arco de Alcocer o Arco de la Cárcel que da paso a la Plaza Real. Esta es porticada, en torno a un templete central. Las estancias del arco acogen el Museo del Cereal, que explica la historia del cultivo cerealista en la zona.

En el mismo edificio que ver en Arévalo se encuentra el Centro de Interpretación de la Naturaleza. Está dividido en espacios asignados a los diferentes ecosistemas de la zona (casco urbano, la ribera de los ríos Adaja y Arevalilla, los pinares y las llanuras de cereal). Es posible contemplar la cría de cigüeña blanca mediante una cámara orientada a los nidos de la torre de Santa María.

Entre las casas nobiliarias de la Plaza del Real destaca la Casa de los Sexmos, antigua sede de la comuna de la comarca y recepción de la muestra CREDO, edición de las Edades del Hombre en Arévalo en 2013. En ella se instaló el Museo de Historia de Arévalo. Aquíe se muestran un centenar de restos arqueológicos, maquetas, cuadros y fotografías. También en la Plaza del Real se ubica el Palacio Consistorial renacentista o “Palacio del Río Ungría“.

La torre de la Iglesia de San Juan Bautista o de los Reyes destaca al otro lado de la plaza. Su parte superior tiene decoración mudéjar, pero la obra principal que ver en Arévalo corresponde a los siglos XV y XVI. El interior fue reformado en el siglo XVIII.

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La cercana Plaza de la Villa tiene amplios soportales sobre columnas de madera o piedra, entramados en los muros de las casas. Este rincón pintoresco que ver en Arévalo lo preside la fuente de los cuatro caños. Allí está la Iglesia de Santa María la Mayor del Castillo, mudéjar.

También la Iglesia de San Martín, mudéjar de los siglos XIII-XIV, que posee una cabecera de triple ábside, galería románica porticada de capiteles esculpidos y dos torres cuadradas asimétricas. La torre más baja se llama de los Ajedreces por el dibujo que forma el ladrillo y la otra de gran esbeltez. Esta iglesia es empleada como auditorio y sala de exposiciones.

Frente al Arevalillo y cercana a los restos de la muralla medieval se alza la Iglesia de San Miguel, con estructura mudéjar reformada en el siglo XVI. Su ábside es cuadrado, su portada lateral y su torre truncada. El retablo del interior incluye pinturas sobre tabla de influencia hispano-flamenca de comienzos del siglo XVI.

Desde Arévalo se puede visitar toda la comarca de la Moraña. Posee gran riqueza ecológica y artística con muestras de mudéjar en pueblos situados a pocos kilómetros. A 2 km de Arévalo, aparece, dominando el paisaje, La Ermita de La Lugareja. El edificio actual fue la cabecera de un convento cisterciense con un triple ábside del siglo XII, obra culmen del mudéjar.

En conclusión, esto sería todo lo que ver en Arévalo.

Imprescindibles

Dónde dormir en Arévalo
Castillo de Arévalo
Dónde dormir en Arévalo
Iglesia de San Martín

Datos prácticos

Coordenadas

41º 03’ 35’’ N, 4º 43’ 10’’ W

Distancias

Ávila 52 km, Segovia 62 km, Madrid 126 km

Aparcamiento

Sin dificultad.

Altitud

820 m

Habitantes

8203 (2013)

Además de todo lo que ver en Arévalo, nada como asistir a sus fiestas. Primero, la Fiesta patronal de la Virgen de las Angustias. Se celebra el día 9 de febrero, misa, procesión y subasta y la víspera hoguera y chocolatada. Segundo, Semana Santa. Tercero, la Fiestas patronales de San Victorino. Se celebran la primera semana de julio con numerosos actos culturales y lúdicos. Entre ellos destacan los tradicionales encierros diurnos y nocturnos de gran participación popular.

Son varios los eventos destacados que ver en Arévalo. La Feria de Muestras (en torno al primer fin de semana de mayo). También la Feria de Antigüedades (principios de mayo, se ha convertido en inportante referente con piezas anteriores al s. XVIII). El Mercado popular (los martes). Por último, las Jornadas gastronómicas del Tostón (desde el último fin de semana de febrero al primero de marzo).