La vida en Andalucía es la vida mejor y eso lo sabe todo aquel que ha tenido oportunidad de disfrutarla. Esta afirmación se extiende a cualquier época del año, incluso a los meses estivales en los que el sofocante calor puede llegar a nublar la mente. En esos momentos uno debe refrescarse tanto como sea posible, beber mucha agua y buscar refugio a la sombra, pero nunca se deja de amar la tierra. Claro que cuando más se ama quizá sea en primavera, cuando las temperaturas son más agradables, menos invasivas, y la comunidad florece y se llena de colores y fiestas y alegría y gente. Andalucía está para vivirla y, si es posible, que sea en primavera.
Andalucía florece
Llega la primavera y con ella el deshielo, que es el fenómeno del que puede disfrutarse en el Altiplano granadino. Las cumbres se vacían de nieve y esta termina en los embalses del Negratín, El Portillo y San Clemente, algo que siempre merece la pena contemplar. Para los más nostálgicos, Sierra Nevada, también en Granada, conservará un tiempo su gusto por el invierno.
Pero, en general, la primavera llega a Andalucía. En la Axarquía malagueña, el blanco y el rosa de los almendros y los cerezos compiten con el verdor propio del campo por ver quién se hace con la atención del viajero. Son una dupla perfecta para dar la bienvenida a esta estación que aterriza cubriendo todo de colores a su paso. Lo mismo sucede en sierra Mágina, en Jaén, una comarca que también sabe mucho de cómo se transforma el paisaje en época de floración.
Entre Málaga y Cádiz, la sierra de Grazalema ofrece una experiencia rural protagonizada por más de cuarenta especies de orquídeas. Las encinas, los olivares y los castaños inundan la sierra de Aracena, en Huelva. Mientras tanto, Sevilla queda invadida por los naranjos, las flores blancas y el característico aroma del azahar. Andalucía florece estos meses en un espectáculo imperdible.
Fiestas, ferias y gente en las calles
Así como florecen los patios de Córdoba, que se llenan de flores y macetas de todos los colores para celebrar la llegada del buen tiempo. La fiesta de los patios, como se conoce a este concurso oficial que dura unos días, permite que los vecinos y también los viajeros recorran estos históricos rincones, que comprenden así lo importante que es la época de las flores para esta tierra.
También es el momento en que se celebra la gran peregrinación del sur: la romería de El Rocío, con la que se recorren senderos con cientos de años de antigüedad que discurren por las proximidades de Guadalquivir. Y es momento, claro, de las procesiones de Semana Santa, que, dependiendo de en qué provincia andaluza se ponga la mirada, tienen expresiones diferentes, pero siempre un mismo sentimiento.
La Feria de Abril, en Sevilla, es quizá la más popular, pero no es la única. Es momento también de la Feria del Caballo de Jerez, donde este animal, el flamenco y el vino seducen al visitante. Con las Cruces de Mayo, Andalucía termina de hacer explotar el color vistiendo de flores este símbolo religioso.
Las calles andaluzas se llenan para celebrar estas tradiciones y otras muchas, para disfrutar de la llegada del buen tiempo y para acoger con su carácter alegre y amable a todo aquel que quiere sumarse llegado de otros rincones. Para concluir este viaje, no hay que olvidar lo siguiente: el llamado Mirador Romántico de la Alhambra de Granada abre al público también con la llegada de la primavera, hasta que el otoño acecha. A veces uno desea que no llegue nunca, sobre todo si tiene oportunidad de disfrutar de lo anterior en esta comunidad.
