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En esta revista ya hemos escrito de pueblos de nombres curiosos y graciosos e incluso de pueblos con nombres de alimentos o relacionados con la cocina. Fue entonces cuando empezamos a observar la pasión de España por bautizar a algunos lugares con denominaciones que evocan a las formas del órgano genital masculino. El más famoso, que repetimos en más listas, probablemente sea el de Villapene, pero hay más. Recorremos España buscando los pueblos y aldeas de nombres fálicos que, más allá de tener un nombre que llama la atención, tienen otras peculiaridades.
Pueblos de España de nombres fálicos
La Polla (Asturias)
Justo en el corazón de Asturias, formando parte del valle del Nalón, se encuentra el municipio de Langreo, cuyo legado industrial es de los más ricos de Europa. Langreo está formado por una ciudad del mismo nombre y ocho parroquias. Una de ellas es Ciaño, la cual tiene a su cargo 80 aldeas. Pues bien, una de ellas recibe el curioso nombre de La Polla, acreditado por un cartel a su entrada. Sin embargo, es un lugar tan pequeño que solo dispone de cuatro viviendas y está habitada por apenas cuatro habitantes.
Villapene (Lugo)
Más famoso que los dos anteriores es Villapene, conocido oficialmente como Santa María de Vilapene, una parroquia perteneciente al municipio de Cospeito, en Lugo. La celebridad de su nombre es tal que incluso hay turistas que pasan por allí solo para hacerse una foto con el cartel. Villapene está formada por 10 aldeas, una de las cuales está totalmente despoblada, y en 2019 tenía una población de 133 personas.
Berga (Barcelona)
Berga es localidad y municipio, capital de la comarca del Berguedà, situada en el valle alto del río Llobregat. Se trata de un destino conocido internacionalmente gracias a la fiesta de La Patum, una celebración tradicional durante el Corpus Christi. Además, su patrimonio histórico invita a descubrir monumentos como el santuario de Queralt, el puente sobre el Llobregat o el molino de la Sal. En cuanto a su nombre, se habla de que una tribu denominada bergistanos habitaban la zona, así que es posible que este sea el motivo.
El Pito (Asturias)
De nuevo, volvemos a Asturias, donde, formando parte del precioso concejo de Cudillero, se encuentra la pequeña población de El Pito. En ella se ubican dos importantes monumentos de la zona: la Iglesia de Jesús de Nazareno y la Quinta de Selgas. Este segundo lugar es un impresionante complejo palaciego, cuyo interior es un auténtico museo, con obras de artistas como Goya o El Greco.
Torrelapaja (Zaragoza)
Torrelapaja quizás no sea uno de esos pueblos con nombres fálicos como tal, pero es obvio el motivo por el que nos puede recordar a ello. El caso es que, en este caso, hablamos de un municipio de Zaragoza, colindante con la provincia de Soria y atravesado por el río Manubles, afluente del Jalón. Asimismo, varias teorías señalan que Torrelapaja es el lugar de nacimiento de San Millán, un ermitaño que fue santificado entre los siglos V y VI.
Rabiño (Ourense)
Y, de nuevo a Galicia. Parece que el norte de España tiene fijación por los nombres fálicos. En fin, en este caso hablamos de Rabiño, una aldea situada en el municipio de Cortegada. Esta pequeña población destaca por dos lugares. En primer lugar, tenemos el Monte da Feradura, cuya importancia radica en unos grabados en roca que se cree que pertenecen a la edad de bronce. En segundo lugar, encontramos el Santuario de San Benito do Rabiño, templo barroco famoso por la celebración de sus romerías en honor al santo.
Villanueva del Trabuco (Málaga)
Terminamos esta peculiar lista con un municipio situado al noreste de la provincia de Málaga: Villanueva del Trabuco, mayormente conocido por la celebración de sus Fiestas Patronales, donde tiene especial importancia el día denominado como “El especial trabuco”. Como lugar de interés, destaca la conocida como Fuente de los Cien Caños, muy próxima al municipio.
