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Qué ver en Azpeitia

Panorámica de Azpeitia

Emplazada en el centro del valle del río Urola, Azpeitia se halla rodeada por un espectacular paraje natural. Se la conoce internacionalmente por su cercanía con Loyola, donde en 1491 nació el fundador de la Compañía de Jesús.

Un poco de historia de Azpeitia

Panorámica de Azpeitia
Panorámica de Azpeitia. | Shutterstock

Para valorar en su justa medida lo que ver en Azpeitia es importante conocer su historia. Etimológicamente, su nombre hace referencia al hecho de que está asentada en la falda del monte Izarraitz. Su localización en el Camino Real que conectaba Arrasate-Mondragón con Getaria y sus numerosas ferrerías la convirtieron en un lugar muy transitado. Por ello, en el año 1310, Fernando IV de Castilla le concedió la categoría de villa con el nombre de Garmendia de Iraurgi. Al año siguiente se trasladó a la orilla del río Urola, en el llano de Soreasu. De esta forma pasó a llamarse Salvatierra de Iraurgi. Durante siglos este nombre convivió con el oficial, hasta que el primero quedó institucionalizado entrado el siglo XX.

En la Edad Media, Salvatierra de Iraurgi era controlada por el linaje de los Loyola. Estos tenían una torre en sus inmediaciones y pertenecían al bando oñacino. Se trataba de uno de los dos grupos en los que estaban divididos los linajes guerreros vascos, enfrentados violentamente en los siglos XIV y XV.

Hasta la organización provincial de 1833, Azpeitia fue una de las cuatro capitales de turno de las Villas de Tanda. Junto con Azkoitia, Tolosa y San Sebastián se rotaban el Corregidor nombrado por el Rey. También su Audiencia y el Diputado General de Guipúzcoa, elegido por las Juntas Generales. Así se convirtió en un lugar de poder y prestigio. Aquí nació Nicolás Sanz de Elola, uno de los conquistadores de Perú. También fue cuna de las sagas de militares Emparán y los marinos Iturriaga, ambas del siglo XVIII. Asimismo, la villa vio venir al mundo a Juan de Anchieta, gran músico de los Reyes Católicos, y el político Ascensio de Altuna. Rica por su industria del hierro, en los siglos XVI y XVII mantuvo once ferrerías. Fruto de esto hay gran cantidad de balcones de hierro forjado de estilo barroco en sus edificios.

Qué ver en Azpeitia

Antigua estación en Azpeitia
Antigua estación en Azpeitia. | Shutterstock

El casco histórico de Azpeitia está encabezado por la plaza Mayor, del siglo XIX, porticada en dos de sus alas. Allí se encuentran el edificio del ayuntamiento, del siglo XVI, y un interesante Quiosco de la Música, del siglo pasado. En la plaza Txikia, por su parte, se alza la Casa de Altuna. Se trata de una torre medieval reformada en el siglo XVI con un piso superior en ladrillo de estilo mudéjar. Mientras tanto, en la Eliz Kalea queda el antiguo ayuntamiento de Azpeitia y el Palacio Anchieta, del año 1507. Este último mezcla la piedra en la base con el ladrillo en el piso superior.

Muy cerca se halla el principal monumento de Azpeitia: la parroquia de San Sebastián de Soreasu. De estilo gótico vasco, posee tres naves de igual altura. Todas están cubiertas con un tejado colocado sobre estructura de madera, del siglo XVI. En el siglo XVIII se añadió un pórtico diseñado por el arquitecto Ventura Rodríguez a la portada plateresca. En el interior destaca la capilla de la Soledad. Tal espacio acoge el mausoleo renacentista de Nicolás Sáez de Elola, uno de los conquistadores del Perú. También importante es el retablo barroco del altar mayor y el sepulcro renacentista del Obispo Martín de Zurbano. Debajo del coro, protegida por una verja barroca, se haya una histórica pila bautismal. Tuvo el honor de acoger el bautizo del futuro San Ignacio de Loiola.

En la calle de Enmedio o Erdi Kalea se halla la Casa de los Madrazo, una construcción blasonada. Cerca se levanta el palacio Basozábal, de los siglos XIV y XV, la vivienda más antigua de Azpeitia. Se la conoce como Etxe Zar, “vieja casa”.

Al otro lado del río, pasado el puente de Emparán, se halla la casa-torre de Emparán. Fundada en 1320 en estilo gótico, en 1750 se le añadieron dos cuerpos laterales. Por suerte, respetaron el aspecto general de la edificación. De este lugar son originarios la saga de militares Emparán, famosos en el siglo XVIII. Hoy día es sede de la biblioteca municipal.

Siguiendo con lo que ver en Azpeitia se llega al hospital y ermita de la Magdalena, donde dieron cobijo durante tres meses a San Ignacio de Loiola allá por el año 1535. Este aprovechó el tiempo para predicar y enseñar el catecismo. El templo data del siglo XIV y fue restaurado en 1921 con ocasión del IV centenario de la herida de San Ignacio en Pamplona.

Especial mención merece el excelente Museo del Ferrocarril. Se ubica en la primera línea española que usó la electricidad como fuente de energía principal. Durante los fines de semana, entre Semana Santa y noviembre, es posible realizar el trayecto Azpeitia-Zestoa en un tren de época. También es recomendable visitar el Museo del Medio Ambiente, emplazado en la Casa Egibar.

Terminando con lo que ver en Azpeitia, toca dirigirse al camino a Loyola. Girando a la derecha, sobre un alto desde el que puede admirarse una magnífica vista del valle de Iraurgi, está la ermita de Nuestra Señora de Olatz, del siglo XIII. Su imagen es una excelente talla de madera. Llegó a ser lugar de reunión de las Juntas Generales de Guipúzcoa.

Los alrededores

Flysch de Zumaia
Flysch de Zumaia. | Shutterstock

He aquí algunas propuestas de escapada para completar la visita a Azpeitia. A tan solo media hora de paseo se llega al Santuario de Loiola, partida del interesante Camino Ignaciano. Un poco más lejos queda la coqueta Azkoitia. Yendo hacia el norte, en cambio, se llega al pueblo balneario de Zestoa y la cueva de Ekain. Otras alternativas de gran interés son San SebastiánZumaia con su parque del flysch.

Dónde dormir

He aquí algunas opciones para dormir en Azpeitia:

  1. El Apartamento Erdi Kale, con dos dormitorios, situado en el centro de la localidad. Ideal para quien quiera la independencia de este tipo de alojamientos.
  2. Muy cerca del santuario de Loiola, el Hotel Loiola puede ser una buena opción para quien busque este tipo de servicios.
  3. Para quien desee algo plenamente rural, la casa rural Baiolei es la mejor alternativa.