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Las tetas de España, las cumbres gemelas más curiosas

Tetas España

Una vez Shakira dijo “suerte que mis pechos sean pequeños y no los confundas con montañas”. Y menos mal, porque no será por falta de montañas o cerros en el mundo que acaban llevando el nombre de este órgano -no sexual- femenino. La imaginación de los que decidían poner estos apelativos no debía de ser muy ávida. ¿Dos cimas de montañas juntas? Tetas. Seguidas por el nombre del lugar, claro, porque cada teta es un mundo. En España hay varias formaciones con este tipo de nombre, algunas bastante famosas y, por cierto, muy bonitas y recomendables de visitar.

Las tetas de Vallecas

Aunque alejado de los centros turísticos, en Madrid es bien conocido el cerro del Tío Pío o, como se le llama popularmente, el parque de las Siete Tetas. Se trata de un parque situado en el distrito de Puente de Vallecas cuyo mayor atractivo reside en las vistas que ofrece de la capital. Se dice que desde estos pequeños montículos es posible disfrutar de los mejores atardeceres de Madrid y, además, de forma gratuita. Así, cuando se acerca el ocaso, este enclave se va llenando, poco a poco, de grupos de amigos y parejas que llenan de vida las tetas de Vallecas.

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Vistas desde el cerro del Tío Pio en Vallecas. | Shutterstock

Coincidiendo con el carácter obrero de este distrito madrileño, no hay que olvidar que el cerro del Tío Pío tiene un origen humilde. De hecho, hasta los años 90 aquí había un vecindario chabolista sobre cuyos restos se levantan ahora las famosas colinas.

Las tetas de Liérganes

Si de verdad fueran senos, los picos de Busampiro, también conocidos como tetas de Liérganes, tendrían una talla de sujetador mucho más grande que la del cerro del Tío Pío.  Además, la forma de estos picos sí recuerda bastante más a la forma de las mamas femeninas.

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Puente de Liérganes, con los picos de Busampiro al fondo. | Shutterstock

Las tetas de Liérganes se ubican en Cantabria. Concretamente, en la comarca de Trasmiera. Uno de estos senos recibe el nombre de Marimón, mientras que el otro, el de Cotillamón. La ruta de los picos de Busampiro es un habitual de la zona. Se trata de un sendero de cuatro kilómetros de ascensión y cinco de descenso. El desnivel acumulado es de al menos 300 metros en una senda que asciende hasta los 400. Por ello, hay que estar en una mínima forma física para ascender hasta la cima, desde donde es posible contemplar todo el municipio de Liérganes e, incluso, la bahía de Santander.

Las tetas de Málaga

El sur de España, que no iba a ser menos, tiene también sus propias tetas. En este caso se trata del monte San Antón, al que los ciudadanos han decidido bautizar como las tetas de Málaga. La figura de estas montañas se puede apreciar desde la propia ciudad, ya que se encuentran pegadas a ella.

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Ciudad de Málaga con el monte San Antón al fondo. | Wikimedia

Las tetas de Málaga constan de 500 metros de altitud integrados en los montes de Málaga. La Cruz de San Antón y el monte de San Antón son las dos cimas que configuran los pechos andaluces. Desde su cumbre el skyline malacitano se descubre en todo su esplendor. No en vano, se está en uno de los mejores miradores de la ciudad. Al mirar alrededor también es posible distinguir los montes de Málaga, el pico de la Maroma o la costa malagueña.

Las tetas de Viana

En la provincia de Guadalajara están las últimas tetas de España. En este caso la altura de los senos geográficos alcanza los 1145 metros. A las tetas de Viana se las conoce también por otros nombres como peñas Alcalatenas, aunque ninguno de ellos supera en popularidad al de las tetas. Y es que, en este caso, las formaciones son cerros testigos gemelos y sus cimas tienen otro color y textura, recordando, sí, a unos pezones, aunque recortados y circulares.

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Tetas de Viana. | Wikimedia

Esta última parte de los cerros está constituida de roca caliza a lo largo de entre 20 y 30 metros, que resultan casi inaccesibles debido a su verticalidad. No obstante, a una de las mesetas sí que se puede acceder de forma segura, a través de una escalera. En cuanto al resto del camino, es perfectamente viable. De hecho, hay dos rutas que conducen al declarado Monumento Natural. Desde la cima, los valles del Tajo y el Tajuña, las campiñas y los páramos se entremezclan en un bonito paisaje.