Salvador Dalí, genio y figura hasta la sepultura. Considerado uno de los grandes del surrealismo español, con tantos admiradores como detractores, el artista construyó un personaje de sí mismo. Extravagante, único y un poco loco, se describía así: “No soy un extraño. Simplemente no soy normal.” Esta ruta de Dalí por Cataluña nos traslada a los lugares donde el genio dejó su huella; sitios tan peculiares como él mismo.
Portlligat: Casa-Museo Dalí
La primera parada de la ruta de Dalí por Cataluña nos traslada hasta un pequeño pueblo de la Costa Brava. Portlligat se encuentra en un enclave privilegiado, en una cala en pleno Cabo de Creus. Aquí Dalí estableció su casa desde 1930 hasta la muerte de su esposa Gala en 1982. El edificio fue diseñado por él y responde al estilo surrealista del pintor. Es una casa situada a pie de playa donde lo más reconocible son los huevos que se sitúan sobre el tejado. El interior es fascinante y puede visitarse, pues se ha convertido en una Casa-Museo.
Dalí lo diseñó todo minuciosamente, con una precisión casi enfermiza, que le permitía afirmar con chulería que el sol se levantaba sobre su cama antes que en cualquier otro lugar en España. Esto se debe a un curioso sistema de espejos que instaló en el lugar, de tal forma que los primeros rayos de sol de la mañana se posaran directamente en su casa. Además, Dalí dormía con la cabeza hacia abajo, hacia el punto más oriental de España. Extravagancias que sólo los genios pueden permitirse.
La Casa-Museo de la ruta Dalí de por Cataluña puede visitarse con reserva previa o comprando las entradas online. El precio ronda los 10 euros, con descuentos para estudiantes, mayores de 65 años y usuarios del carnet joven.
Figueras: Teatro-Museo Dalí
La siguiente parada de la ruta de Dalí nos lleva hasta Figueras, lugar que vio nacer y morir al artista. En la Plaza Gala-Salvador Dalí, concretamente en el número 5, encontramos el Teatro-Museo Dalí. En 2017 fue el tercer museo más visitado de España, con un total de 1,2 millones de visitantes. Cuando Dalí falleció donó la mayoría de sus obras al Estado español, repartiéndose éstas entre este museo y el Reina Sofía de Madrid.
El Teatro-Museo también fue diseñado por el pintor surrealista. Los huevos del tejado vuelven a estar presentes. En el interior se encuentra la última habitación en la que habitó y su tumba. El edificio es fascinante y si además está decorado con las obras de Dalí, la experiencia se vuelve muy recomendable. El mobiliario, los cuadros, las esculturas, los grandes ventanales… todo lleva el sello del surrealista, lo que convierte a esta parada en el epicentro de la ruta de Dalí por Cataluña. El Teatro-Museo puede visitarse por un precio de 14€, con descuentos para estudiantes, mayores de 65 años y usuarios del carnet joven.
Desde Figueras recomendamos acercarse a Ampurias, a una hora en coche. Si eres un amante del arte y de la historia, la localidad no te defraudará. Allí se encuentran las más completas e interesantes ruinas de la Antigüedad en la Península Ibérica: datan del siglo V antes de Cristo.
Púbol: Castillo de Gala-Dalí
La siguiente parada de la ruta de Dalí por Cataluña nos traslada hasta Púbol. Forma, junto a Cadaqués y Figueras, el denominado “Triángulo Daliniano”. En 1962 Salvador Dalí compró el Castillo de Púbol para regalárselo a su esposa y musa Gala. Cuando lo adquirió se encontraba en muy mal estado, así que iniciaron las obras de restauración bajo las órdenes del pintor.La decoración interior está creada íntegramente por él y pueden verse dibujos y cuadros que Dalí regaló a Gala, además de las esculturas de elefantes de largas patas que decoran el jardín, la piscina con bustos de Richard Wagner y una colección de trajes de alta costura de Gala. En el subterráneo del Castillo de Púbol está enterrada Gala, fallecida en 1982, en un mausoleo diseñado por su marido. Ese mismo año, Salvador Dalí fue nombrado Marques de Púbol por el rey Juan Carlos I.
El castillo puede visitarse por un precio de 8€ con descuentos para estudiantes, mayores de 65 años y usuarios del carnet joven. Desde Púbol recomendamos acercarse a Pals, una villa medieval inmaculadamente restaurada. Aquí encontrarás más detalles.
Texto: Paloma Díaz Espiñeira
