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Carretera de los Sueños, cuando importa el viaje y no el destino

Ruta por la Carretera de los Sueños

152 kilómetros separan Burgos de Santander por la carretera N-623. Sin embargo, este camino no es solo un trámite de asfalto y gasolina, sino que esconde una de las rutas en coche más bonitas de toda España: La Carretera de los Sueños. Siendo en su momento el camino más rápido para juntar las dos ciudades, la Carretera de los Sueños ha conseguido perdurar en el tiempo por su espectacular paisaje lleno de cañones, montes, desfiladeros y pueblos cargados de encanto.

Un espectacular viaje entre Burgos y Santander

Los impresionantes Valles Pasiegos, en Cantabria
Los impresionantes Valles Pasiegos, en Cantabria. | Shutterstock

Como su propio nombre indica, este camino que une la ciudad de Burgos y la capital cántabra es un recorrido de ensueño. Se ha convertido en uno de los principales atractivos para la gente que disfruta del acto de viajar, los conocidos como slow travel. La Carretera de los Sueños es un camino hecho para ser disfrutado y para poder perderse en sus innumerables paisajes.

Ir recorriendo el final de la meseta ibérica y adentrándose en la entrada al mar Cantábrico es un espectáculo digno de ver. Los parques naturales y espectaculares parajes muestran lo que, en otro tiempo, era el fondo del mar en un planeta prehistórico. Cañones al más puro estilo texano, parques y reservas naturales llenas de frondosos bosques, yacimientos arquitectónicos y un sinfín de pueblos que han sabido sobrevivir al paso del tiempo.

La Carretera de los Sueños se presenta como un panorama ideal que recorrer, en coche o moto, en otoño, cuando las hojas de los árboles y los paisajes adquieren ese aire tan romántico. Además, el hecho de que las recientes carreteras principales hayan agilizado el desplazamiento entre Burgos y Santander ha hecho que esta magnífica carretera quede poco transitada para poder disfrutarla en su plenitud.

Las vistas a través de la ventana de la Carretera de los Sueños

Orbaneja del Castillo, uno de los pueblos que pueden descubrirse en este viaje por carretera
Orbaneja del Castillo, uno de los pueblos que pueden descubrirse en este viaje por carretera. | Shutterstock

La ruta de la Carretera de los Sueños se inicia en Burgos y, ya desde los primeros kilómetros, se puede disfrutar de unos paisajes únicos. Uno de los momentos que se deben desaprovechar para mirar por la ventana es la llegada al Parque Natural de Hoces del Alto Ebro y Rudrón. Este escenario de ensueño está formado por grandes acantilados y meandros. Da la sensación de estar visitando el Cañón del Colorado en pleno territorio burgalés. La carretera, al igual que si fuese un río, va serpenteando y haciendo que los visitantes puedan adentrarse en un laberinto de montes y riscos.

Más adelante, entrando ya en territorio cántabro, se llega a uno de los valles más verdes y singulares del norte de España: el valle de Valdebezana. Este lugar sirve como punto de acceso a toda la región de Cantabria. Esconde en su interior decenas de lugares naturales de interés, así como pueblos con encanto en medio de la naturaleza.

Pasado el valle y una vez que se sube el puerto del Escudo, el paisaje se torna más norteño, llegando al Valle de Luena y el de Toranzo. Después, a los Valles Pasiegos. Estos paisajes nos van anunciando la llegada al mar debido a sus grandes explanadas verdes, sus casitas de piedra y sus abundantes bosques y humedales. Cabe destacar las típicas casas pasiegas adornando el espectacular paisaje. Así como la llegada, al cabo de unos kilómetros, a la bahía de Santander, pasando por la zona de Piélagos y Camargo.

La llegada a Santander, después de varias horas al volante entre paradas y desvíos se torna como un auténtico descubrimiento. En poco tiempo el paisaje cambia de uno pedregoso e inhóspito, en Castilla y León, a los campos pasiegos de la Cantabria profunda, coronando con la recompensa del mar Cantábrico a su llegada.

Paradas imprescindibles de la Carretera de los Sueños

El Pozo Azul, una estupenda pozo
El Pozo Azul, una estupenda pozo. | Vanessa Herrero, Wikimedia

Sin embargo, a pesar de que, ya simplemente recorriéndola en coche, la Carretera de los Sueños merecería la pena, lo cierto es que tiene varias paradas obligatorias que harán el viaje inolvidable. Algunas de ellas son espacios naturales donde disfrutar de paisajes y realizar deportes de montaña. Otros son unas verdaderas joyas arquitectónicas que incluso conservan restos de la época prehistórica.

Una de las primeras paradas que se deben hacer es llegando al Parque Natural de Hoces del Alto Ebro y Rudrón. Allí se encuentra una de las pozas naturales más sorprendentes de toda Castilla y León. El Pozo Azul, tal y como lo llaman, es una poza en mitad del parque, rodeado de vegetación y con unas aguas que invitan al baño. Por esa misma zona también se puede encontrar la Fuente de Orbajena, una gran caída de agua de 25 metros de altura. Incrustada entre cañones y rocas, deja a las edificaciones enclavadas en ese paisaje. Es una de las fotografías más recurrentes del camino.

Si se continúa el viaje en carretera, a la llegada al Valle de Valdebezana, se puede realizar una parada para descubrir varios edificios que son reliquias de la época románica. En especial, el Castillo de los Porras y la iglesia de San Vicente de Villamezán. En este punto ya se estará en territorio cántabro y es interesante detenerse también a ver de cerca las típicas cabañas pasiegas que motean el paisaje. Algunas de las más atractivas se encuentran en San Pedro del Romeral, Vega de Pas y San Roque de Riomiera.

Por último, pero no menos importante, para los amantes de la arqueología y la historia, hay una parada obligatoria en esta Carretera de los Sueños, ya llegando al destino. Las regiones de Piélagos y Camargo contienen interesantes restos prehistóricos como la cueva de Santián, la de Pendos, la de Cobalejos y el Mato. Así como las impresionantes pinturas paleolíticas de la zona. Todo ello hará que el final de esta romántica ruta otoñal se selle con broche de oro.