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Que ver en Pasajes de San Juan – Pasai Donibane

Dónde dormir en Pasajes de San Juan

Pasaia Donibane, o Pasajes de San Juan, es un municipio formado por la unión de varios barrios históricamente dependientes de San Sebastián y Hondarribia, y que confluyen en una bahía conectada con el mar por un estrecho paso. Pequeño y pintoresco, hay mucho que ver en Pasajes de San Juan. Es uno de los más bonitos pasos del Camino a Compostela por el Norte, conectando Hondarribia con San Sebastián. Sus accesos por un gran cinturón portuario esconden un pequeño y magnífico entorno natural de la bocana de la bahía. Conviene aparcar y caminar, porque hay mucho interesante que ver. No hay que dejar de cruzar en bote a Pasajes de San Pedro y visitar la Factoría Albaola, donde se reconstruye una nao.

Un poco de historia de Pasajes de San Juan – Pasai Donibane

Pasajes de San Juan
Pasajes de San Juan. | Shutterstock

Dos pequeñas aldeas en la bahía de Pasajes recibieron su nombre en función de las advocaciones de sus parroquias: San Pedro y San Juan. Situada cada una a un lado de un estrecho canal natural que conecta la bahía de Pasaia con el mar Cantábrico. Durante el siglo XIII San Juan quedó bajo la circunscripción de Hondarribia y San Pedro en el área de influencia de San Sebastián. De este modo, el desarrollo de la zona portuaria se dio bajo dos circunscripciones diferentes.

Durante la Edad Media, desde Pasajes de San Juan se exportaba hierro, lana y demás mercancías hacia Europa, mientras diversos productos provenientes del continente entraban a España por este lugar. En cuanto a los astilleros de Pasajes, conocieron su época dorada a partir del siglo XVI. En los mismos se construyeron importantes navíos para la Corona y gigantescas embarcaciones pesqueras de bacalao y ballena que cada año partían a aguas canadienses a faenar. Esa tradición es recuperada en la Factoría Albaola, uno de los lugares que ver en Pasajes de San Juan, aunque realmente está en San Pedro. El carácter comercial del puerto de Pasajes se acentuó en el siglo XVIII, cuando se desarrolló la Compañía Guipuzcoana de Caracas, que promovió el comercio con el imperio español.

En 1770 San Juan se desvinculó de Hondarribia y en 1805 San Pedro siguió sus pasos emancipándose de San Sebastián. Tanto en 1794 como en 1808, Pasaia fue ocupada por los franceses. Al carecer de fortificaciones no hubo combates, por lo que su casco histórico pudo permanecer íntegro. Fue una excepción en la comarca. En 1805 se unificaron por orden del rey Carlos IV, en un único municipio, Pasajes de San Juan y Pasajes de San Pedro.

Dos personajes ilustres están vinculados a Pasajes de San Juan. En 1689 nació en allí Blas de Lezo, marino y militar que llegó a ser apodado “Medio Hombre” por haber perdido combatiendo un ojo, un brazo y una pierna. En 1741 en Cartagena de Indias infligió a la escuadra inglesa de 186 navíos y 27.600 combatientes una de las derrotas más sonadas de la historia militar de todos los tiempos. Además, entre 1906 y 1907 vivió y trabajó en la fábrica de cerámica de la villa el ceramista Daniel Zuloaga, creando numerosas obras para puentes, hoteles y casas de San Sebastián. Entre sus trabajos de estos años se encuentra, por ejemplo, el Mural del Puerto de Pasajes de San Juan.

Qué ver en Pasajes de San Juan

Pasajes San Juan
Pasajes San Juan. | Shutterstock

Pasaia-Pasajes está formada por cuatro núcleos de población situados en torno al río Oyarzun: Donibane (San Juan), San Pedro, Pasai Antxo y Trintxerpe. Reúne la particularidad de aunar lugares inmaculadamente preservados frente a instalaciones industriales. Pasajes de San Juan y Antxo son las dos caras del País Vasco. Los dos últimos barrios de Pasaia forman un continuo urbano con los barrios orientales de San Sebastián. De estos cuatro distritos, Pasajes de San Juan es el que tiene mayor encanto. Situado en la parte oriental de la bocana, sus bellos edificios discurren paralelos a la bahía a lo largo de una sola calle empedrada, Donibane kalea, con casas típicas de pescadores que se funden armoniosamente con las mansiones adornadas por escudos. En algunos rincones  la calle se convierte en túnel abovedándose por escasos metros.

Pese a sus escasas dimensiones, hay mucho patrimonio que ver en Pasajes de San Juan. La visita se puede empezar desde el embarcadero, en el que se encuentran las barcas que comunican ambos Pasajes. Allí se puede ver el Humilladero de la Piedad, una pequeña construcción renacentista del año 1580 que alberga un altar. Este recuerda, con un relieve, la victoria vasca sobre las tropas de Carlomagno en la batalla de Roncesvalles.

A su lado se encuentra el palacio de Villaviciosa, del siglo XVI, de estilo renacentista. Después podemos tomar la calle de San Juan, que concentra la mayor parte de los monumentos de la localidad, como la iglesia Parroquial de San Juan Bautista, del siglo XVII. Este templo tiene una nave única en forma de cruz latina y una fachada de estilo herreriano. En su interior se conserva, en una urna, el cuerpo incorrupto de Santa Faustina. Como dato curioso, resalta la cabeza de piedra incrustada en el muro de contención que hay cerca de su portada. A día de hoy se desconoce el significado y la autoría de la misma, aunque es muy popular entre los vecinos, que la llaman “mascarón de Iriberri”.

Más lugares que ver en Pasajes de San Juan. Su plaza de Santiago, la única abertura de la calle principal. En ella encontramos el barroco antiguo ayuntamiento, del año 1735). En la fachada oeste de la iglesia del Santo Cristo de la Bonanza, de 1399, encontramos una puerta de madera con representaciones, hechas a navaja, de embarcaciones de los siglos XVIII y XIX. Saliendo por la antigua puerta de la Muralla se puede llegar, paseando por el Puntal bordeando la bocana del puerto, hasta las ruinas del castillo de Santa Isabel, del siglo XVII. Esa fortificación fue construida para proteger la entrada del puerto, albergando una guarnición entre 1621 y 1867.

Desde ahí pueden disfrutarse de unas vistas excelentes, de lo más gratificante que ver en Pasajes de San Juan. También desde la ermita de Santa Ana, del año 1758 y construida en lo alto del pueblo. En su interior, además, hay que ver la imagen flamenca de Santa Ana con la Virgen, situada en el retablo del altar mayor, del año 1573.

Las palabras de Víctor Hugo

Pasajes de San Juan
Pasajes de San Juan. | Shutterstock

En esta misma calle se encuentran la casa Arizabalo, del siglo XVII, un edificio barroco en el que se ha situado el actual Ayuntamiento, la Casa Solar de los Platain, del siglo XVI, y la Casa Gabiria o de Víctor Hugo, una típica casa pasaitarra con acceso directo a la bahía. Alberga una exposición sobre el literato, la Oficina de Turismo y sala de exposiciones.

En esta casa se alojó el escritor francés, otro personaje ilustre, durante su estancia en 1843. Así habló de Pasajes: “lugar magnífico y encantador, como todo cuanto tiene el doble carácter de la alegría y de la grandeza; este rincón inédito es uno de los más bellos que yo haya visto y que ningún turista visita; este humilde espacio de la tierra y mar que sería admirado si estuviera en Suiza, que sería célebre si se hallara en Italia, y que es desconocido porque se encuentra en Guipúzcoa, este pequeño Edén a donde he llegado por un simple azar se llama en español Pasajes y en francés Passage“.