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Qué ver en Bergara-Vergara, el escenario de un abrazo histórico

Qué ver en Bergara

La monumental e histórica villa de Bergara, o Vergara en castellano, es especialmente famosa por haber dado nombre al abrazo que puso el punto final a la primera guerra carlista. Localizada en la provincia de Guipúzcoa, en Euskadi, no solo hay que descubrir la localidad sino también sus alrededores. Pero primero hay que repasar su historia, porque los lugares que ver en Bergara están muy ligados a su pasado.

Un poco de historia de Bergara

Seminario de Bergara
Seminario de Bergara. | josugoni, Wikimedia

La primera referencia escrita a Bergara data del año 1050. Entonces, el monarca pamplonés Sancho el Mayor la mencionó en un documento en el que donaba tierras al monasterio de San Juan de la Peña, cerca de Jaca.

Más tarde, tras la conquista castellana de las tres provincias vascas, Alfonso X el Sabio fundó la actual localidad. Su topónimo por entonces era Villafranca de Vergara y se asentaba en lo que hasta entonces era Ariznoa. Desde el principio fue un importante centro de comunicaciones, algo normal al ser punto de encuentro entre las vías que comunicaban Castilla con Cantabria y Guipúzcoa con Vizcaya.

Así, el comercio se convirtió en el principal motor económico de la población. Esto favoreció su crecimiento social, urbanístico e industrial. El mercado de trigo, por ejemplo, tenía lugar tres veces por semana. Los visitantes que acudían constantemente solían aprovechar la ocasión para llevar a cabo diversos negocios. De esta forma apoyaban el desarrollo de otros sectores, como el hostelero.

En el último cuarto del siglo XVIII, la recién creada Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País solicitó la cesión del antiguo colegio de los jesuitas para la fundación de un centro de enseñanza. De esta forma surgió el importante Real Seminario de Bergara. Ofertaba una variada serie de asignaturas que incluía las prestigiosas cátedras de química y mineralogía. En su Laboratorium Chemicum, Juan José y Fausto de Elhuyar lograron aislar en 1783 el wolframio. Diseñado para ser un centro de estudios de vanguardia, fue una especie de escuela de líderes provenientes de toda España. A mediados del siglo XIX el Real Seminario de Bergara comenzó a decaer. Acabó siendo un instituto de segunda enseñanza regentado por los dominicos. En él estudió Ignacio Zuloaga, futuro gran pintor, siendo expulsado del mismo por mal comportamiento.

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En 1766, en pleno estallido de la revuelta popular conocida como la Matxinada, Bergara se mantuvo fiel al rey, adoptando así una actitud distinta a la de las poblaciones vecinas.  Pero el episodio militar más recordado del lugar es el Abrazo de Bergara. Ocurrió en la fase final de la rendición de las divisiones carlistas de Guipúzcoa y Vizcaya, que se prolongó en 1839 a lo largo de varios días. El compromiso de paz se plasmó con un abrazo entre los generales Espartero y Maroto.

Más tarde, el 15 de agosto de 1897, fue juzgado en Bergara el anarquista italiano Michelle Angiolillo. El tribunal militar se reunió en la cárcel local, actualmente casa de la juventud, para dirimir qué hacer con el magnicida. Solo una semana antes había asesinado en Arrasate-Mondragón a Antonio Cánovas del Castillo, antiguo Primer Ministro. El asesino fue ejecutado allí mismo cinco días después, mediante el garrote vil. Estos son algunos de los hechos históricos que caracterizan el pasado de Bergara.

Qué ver en Bergara

Panorámica de Bergara
Panorámica de Bergara. | Wikimedia

Pese al desarrollo industrial de los últimos años, la ciudad siempre ha sabido mantener en perfecto estado su casco histórico. Así, hay muchos monumentos que ver en Bergara. La visita puede arrancar en la iglesia de Santa Marina de Oxirondo, a orillas del Deba. Este templo gótico es de planta rectangular y tres naves. Además, se construyó en dos fases diferenciadas entre los siglos XVI y XVII. Destaca en su interior un retablo barroco de Miguel de Irazusta, decorado con esculturas de Luis Salvador Carmona.

Desde aquí, cruzando el río y subiendo por el paseo Irizar, se llega al casco viejo. Lo primero que se ve es la parte trasera del palacio Egino Mallea, del siglo XVI. Es un perfecto ejemplo de arquitectura manierista. Antes de recorrer la parte antigua, se puede seguir por la calle Arruriaga hasta el parque de Errotalde. Tal espacio posee un palacio homónimo de estilo renacentista, que hoy alberga la Casa de Cultura de la villa. Al lado queda la ermita de Santa Ana, también renacentista.

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Volviendo a Barrenkale, en pleno casco histórico, se hayan varios de los edificios civiles más interesantes que ver en Bergara. Por ejemplo, el palacio barroco de Irizar, del siglo XVII, en el que tuvo lugar el Abrazo de Bergara. También la Casa Arrese, del siglo XVI, con un balcón achaflanado de Pedro de Ibarra, y el Palacio Aroztegi, del siglo XVI, famoso por su puerta gótica de entrada. Esta última, con veinticuatro paneles decorativos, que desde su restauración se exhibe en el interior y, ya haciendo esquina con la plaza de San Martín, la casa Izagirre-Moia, barroca del siglo XVII. También son célebres las casas situadas en los números 3 de la calle Goenkale y 5 de Artekalea, ambas del siglo XVI, aunque por la villa se distribuyen muchos palacios más. De hecho, la localidad cuenta con hasta 192 edificios declarados como de interés histórico-artístico.

Iglesia de San Pedro de Ariznoa
Iglesia de San Pedro de Ariznoa. | josugoni, Wikimedia

En la plaza de San Martín se asienta el ayuntamiento de Bergara, un bello edificio porticado de fines del siglo XVII. Cerca está el Real Seminario de Bergara, actualmente ocupado por la UNED. Mientras tanto, la plaza de Ariznoa es uno de los espacios públicos más representativos de la localidad. Allí está la Casa de Agirrebeña, del año 1541, con balcón esquinero de principios del siglo XVII, coronado por el escudo de armas familiar. Asimismo, posee una interesante fachada con 53 impresionantes placas de cerámica policromada alemanas del siglo XVI.

Más edificios notables son la casa de Monzón o casa-torre Olaso o el edificio del juzgado. También la parroquia de San Pedro de Ariznoa, alrededor de la cual se asentó la ciudad original. El templo actual es de estilo renacentista, del siglo XVI. Sin embargo, la torre barroca es de 1752 y el pórtico de 1645. Conviene prestar especial atención al retablo mayor, de estilo plateresco. También a la escultura del Cristo de la Agonía, del imaginero barroco Juan de Mesa. Dando la vuelta a la iglesia, por la parte del ábside, se accede al palacio Errekalde, una construcción renacentista rodeada de jardines. Acoge el Centro de Patrimonio Documental de Euskadi y el Archivo Histórico Municipal.

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Los alrededores de Bergara

Parque Natural de Aizkorri
Parque Natural de Aizkorri. | Shutterstock

En las inmediaciones de Bergara se halla la localidad de Oñate y el importante santuario de Arantzazu. El parque natural de Aizkorri no se encuentra especialmente lejos. Asimismo, otra opción para expandir la escapada es la capital de la provincia, Donosti.