El principal atractivo turístico que ver en Azpeitia es el vecino Santuario de Loyola. Al tener una página especializada, se pasa a los interesantes hitos de esta localidad guipzcoana. Su casco histórico está encabezado por la plaza mayor (siglo XIX), porticada en dos de sus alas. Allí se encuentran el edificio del ayuntamiento (siglo XVI) y un interesante Quiosco de la Música (siglo XX).
En la plaza Txikia se alza la Casa de Altuna. Se trata de una torre medieval reformada en el siglo XVI con un piso superior en ladrillo de estilo mudéjar. Mientras tanto, en la Eliz Kalea queda el Antiguo Ayuntamiento de Azpeitia y el Palacio Anchieta (1507). Este último mezcla la piedra en la base con el ladrillo en el piso superior.
Muy cerca se halla el principal monumento de Azpeitia: la Parroquia de San Sebastián de Soreasu. De estilo gótico vasco, posee tres naves de igual altura. Todas están cubiertas con un tejado colocado sobre estructura de madera (siglo XVI). En el siglo XVIII se añadió un pórtico diseñado por el arquitecto Ventura Rodríguez a la portada plateresca.
En el interior de la Parroquia de San Sebastián de Soreasu interior destaca la Capilla de la Soledad. Tal espacio acoge el mausoleo renacentista de Nicolás Sáez de Elola, uno de los conquistadores del Perú. También importante es el retablo barroco del altar mayor y el sepulcro renacentista del Obispo Martín de Zurbano. Debajo del coro, protegida por una verja barroca, se haya una histórica pila bautismal. Tuvo el honor de acoger el bautizo del futuro San Ignacio de Loiola.
En la calle de Enmedio o Erdi Kalea se halla la Casa de los Madrazo, una construcción blasonada. Cerca se levanta el Palacio Basozábal (s. XIV-XV), la vivienda más antigua de Azpeitia. Por dicho motivo es llamada Etxe zar («vieja casa»).
Al otro lado del río, pasado el puente de Emparán, se halla la Casa-torre de Emparán. Fundada en 1320 en estilo gótico, en 1750 se le añadieron dos cuerpos laterales. Por suerte, respetaron el aspecto general de la edificación. De este lugar son originarios la saga de militares Emparán, famosos en el siglo XVIII. Hoy día es sede de la biblioteca municipal.
Siguiendo con lo que ver en Azpeitia se llega al Hospital y Ermita de la Magdalena. Dieron cobijo durante tres meses a San Ignacio de Loiola allá por 1535. Aprovechó el tiempo para predicar y enseñar el catecismo. El templo data del siglo XIV y fue restaurado en 1921 con ocasión del IV centenario de la herida de San Ignacio en Pamplona.
Especial mención merece el excelente Museo del Ferrocarril. Se ubica en la primera línea española que usó la electricidad como fuente de energía principal. Durante los fines de semana es posible realizar el trayecto Azpeitia-Zestoa en un tren de época. Un gran plan para hacer con niños. También es recomendable visitar el Museo del Medio Ambiente, emplazado en la Casa Egibar. Asimismo, su Plaza de Toros, construida en 1903, acoge la Feria de San Ignacio.
Terminando con lo que ver en Azpeitia, toca dirigirse al camino a Loyola. Girando a la derecha, sobre un alto desde el que puede admirarse una magnífica vista del valle de Iraurgi, está la Ermita de Nuestra Señora de Olatz (siglo XIII). Su imagen es una excelente talla de madera. Además, fue lugar de reunión de las Juntas Generales de Guipúzcoa.
Finalmente, una vez hecho el recorrido por lo que ver en Azpeitia, descubre más planes por la provincia de Guipúzcoa, así como su turismo activo.