Llodio-Laudio ofrece al visitante muchas oportunidades de ocio al combinar el ambiente urbano y el rural del valle de Ayala y su entorno montañoso.
El núcleo urbano de Llodio, atravesado por el río Nervión, se articula en torno a la Herriko Plaza. Se trata de un espacio porticado cerrado por todos sus lados excepto por uno. En un extremo se alza el principal monumento que ver en Llodio: la Iglesia de San Pedro de Lamuza, de mediados de siglo XVII. De ella destaca su esbelta torre barroca y la gran anteiglesia con un excelente entramado de madera para soportar la cubierta. Formando parte de la plaza y perfectamente integrado en su estructura se encuentra el Ayuntamiento.
En la emblemática casona Zubiko etxea y rodeada por un jardín se encuentra el Museo Vasco de Gastronomía, el principal elemento etnográfico que ver en Llodio. Esta institución explica de forma entretenida distintas cuestiones. Por ejemplo, la trayectoria de los principales cocineros, los utensilios y aparatos empleados para cocinar. También cuenta la manifestaciones comunitarias de cocina y reunión que son las sociedades gastronómicas, el fenómeno de los pintxos, etc.
Dentro de los límites de la ciudad, el visitante puede relajarse en el Parque de Lamuza. Previamente fueron los jardines de la finca del marqués de Urquijo. Es el principal espacio natural que ver en Llodio. Una agradable extensión natural atravesada por el arroyo Aldaia que alberga en su interior una gran variedad de especies vegetales.
El conjunto se completa con el antiguo palacio de los Urquijo (ahora Casa de Cultura) y otros elementos arquitectónicos y de diseño de jardines, como el Casino, un estanque y un frontón en piedra de sillería.
Más allá del parque, a la orilla izquierda del río Lamuza, se encuentra, en el barrio de Ugarte, una casa-torre medieval del siglo XV. Se trata de otro interesante edificio que ver en Llodio, porque es la única que queda en pie de las diez que debió haber en la localidad en la Edad Media. La estructura de la torre, con planta baja y tres pisos de altura, está adosada a un segundo cuerpo conocido como “El Palacio”.
Un poco más allá, en el barrio de Santa Lucía, sobresale el Santuario Gótico de Nuestra Señora del Yermo (s. XV). Es un edificio de una sola nave y ábside ochavado. Destacan su precioso retablo de estilo plateresco y una talla románica de la Virgen datada en el siglo XIII.
Entre las casonas locales llama especialmente la atención el Palacio Katuxa (segunda mitad del siglo XVIII). Se trata de una residencia nobiliaria de grandes dimensiones levantada en piedra de sillería sobre una casa torre destruida por un incendio. El palacio, mandado construir por Pedro Antonio de Ugarte, cuenta con fachada de sillería de armoniosa composición, con la planta baja antecedida por un gran pórtico.
Otro ejemplo notable es el Palacio Anuntzibai, encargado por el marqués de Falces en el siglo XVIII. A su lado se encuentra el puente del mismo nombre. Permitía unir la casa-torre, la ferrería y el molino del marqués con la Ermita de San Miguel, situada en la margen izquierda del Nervión y también parte del conjunto. El puente está resguardado por dos leones de piedra en uno de sus extremos. En el otro, se abre bajo una portada rematada con un bello calvario en su tímpano.
El pasado romano es otra de las cosas que hay que ver en Llodio, quedando patente en los restos del Puente de Vitórica sobre el río Nervión. De éste tan sólo se conserva un arco. La estructura sufrió transformaciones en la Edad Media. Además, fue prácticamente eliminada como consecuencia de las terribles inundaciones ocurridas en 1983.
Y esto es lo principal que ver en Llodio.