Pese a que las primeras referencias escritas sobre Monreal daten del siglo XII, se piensa que con anterioridad ya existía un importante asentamiento. Así lo demuestran los restos de su castillo. Se trataba de una primigenia fortaleza defensiva. Más tarde sería ampliada y reformada como residencia temporal para los reyes de Navarra.
En 1149, García Ramírez concedió a la localidad los «fueros de Estella». Este gesto pretendía aumentar la importancia de Monreal, cuya población se había visto incrementada por la llegada de nuevos habitantes provenientes del sur de Francia. Los nuevos privilegios adquiridos lograron favorecer determinadas actividades, especialmente las comerciales. De esta forma la localidad se convirtió en un importante lugar de paso y parada en el Camino de Santiago. El Camino motivó que hubiera un hospital de peregrinos ya en el siglo XII.
La importancia estratégica, política y económica de Monreal quedó reflejada en hechos como su asiento. Esto le otorgaba el derecho a voto en las cortes navarras. Otras muestras serían la prosperidad de su judería y la capacidad, temporal, de acuñar moneda.
Ya entrado el siglo XV, el apoyo de Monreal a Juan II frente a su hijo Carlos de Viana reportó nuevos privilegios a la villa. Entre ellos se halló el de celebrar un mercado semanal. Años después, en 1521, la conquista de Navarra por Castilla marcó el inicio de su declive. Por ejemplo, se llevó a cabo la demolición de su castillo.
Pese a la desaparición progresiva de su relevancia política y económica, la villa se mantuvo como un punto estratégico de la vía jacobea. Hoy en día sigue siendo una de las paradas más populares del Camino de Santiago Aragonés.
A continuación, lo mejor que ver en Monreal.