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Qué ver en Estella-Lizarra

Panorámica que ver en Estella

La Capital de los Carlistas

Situada en las faldas del Montejurra, la que fue capital carlista acoge con su estrella de ocho puntas a los peregrinos del Camino de Santiago. También a una Virgen milagrosa. Sus monumentos y los numerosos hechos históricos allí acaecidos la convierten en un lugar épico. He aquí la historia y lo mejor que ver en Estella-Lizarra.

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Su nombre original en lengua vasca, Lizarra, significa tierra de fresnos. Esto denota la antigua abundancia de esta especie arbórea en sus alrededores. Su nombre castellano deriva del latín Stella y se debe relación con el Camino de Santiago. La estrella de ocho puntas de sus primeros edificios y de su escudo ha permanecido como emblema local. Su visita lleva entre medio y un día. Elizondo o la capital de la Comunidad Foral, Pamplona, son destinos apetecibles para extender la escapada.

La buena gastronomía de la zona y los lugares donde descansar quedan reflejados en las páginas especializadas sobre dormir y comer en Estella.

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En el burgo o barrio de San Pedro de Rúa hubo desde fechas tempranas una judería. De hecho, llegó a ser la tercera en importancia de Navarra. Así, a los estelleses se les llama en la comarca judíos por tal motivo. En todo caso, el lugar entra en la historia al ser tomado a los musulmanes por Sancho Garcés I en el 904. Ahí fundaría Sancho Ramírez, en 1090, un burgo de francos al servicio de los peregrinos europeos a Santiago. Debieron encontrar gran satisfacción a juzgar por el dictamen de Aymeric Picaud en su Liber peregrinationis:

“Estella es ciudad de buen pan, excelente vino, mucha carne y pescado y toda clase de felicidad”.

La celebración de un mercado al otro lado del río provocó que se creara el burgo de San Miguel. Además, Sancho VI el Sabio fundó en 1187 el burgo de San Juan para que lo poblase gente de toda condición social. Las minorías gozaban de una excelente situación. Así los derechos para francos y judíos eran superiores a los de los siervos navarros de religión cristiana. Este hecho contribuyó a la matanza de judíos del 6 de marzo de 1328.

En 1512 se produjo la invasión del ejército castellano del duque de Alba. La población se rindió, pero el castillo defendido por Juan Velaz de Medrano resistió. Motivada por la gesta, la parte agramontesa de la población se sublevó contra los castellanos y los expulsó. Sin embargo, pocas semanas más tarde, los beamonteses les abrieron las puertas de la muralla a sus correligionarios. El nuevo sitio culminó con éxito el 31 de octubre.

Fernando el Católico mantuvo una importante guarnición y fortificó la villa en 1520. Esto no impidió que los agramonteses se amotinaran en 1521 y en 1547.

El 14 de noviembre de 1833, los principales militares que apoyaban al infante Carlos de Borbón se reunieron en Estella. Estos designaron comandante en jefe de los insurrectos al general Tomás Zumalacárregui. Lizarra fue un bastión carlista hasta el verano de 1839. Entonces, el general Maroto pactó el Abrazo de Vergara tras fusilar a los generales que se negaron a negociar.

Plazuela de San Francisco en Estella a principios del siglo XX

Al comenzar la última Guerra Carlista en 1872, la guarnición gubernamental y los voluntarios liberales controlaron la población desde el fuerte de San Francisco. Tal situación continuó hasta que fueron sitiados por Dorregaray en julio del año siguiente.

Después de un dramático asedio fueron socorridos por el ejército. Semanas más tarde, los carlistas volvieron a atacar consiguiendo tomarlo. Durante dos años y medio se organizó allí la burocracia del emergente Estado Carlista. Así, acogió a los funcionarios de Guerra, Justicia y Hacienda y Negocios Extranjeros.

El 14 de junio de 1931 se reunieron en Lizarra un gran número de alcaldes carlistas, nacionalistas vascos y derechistas. Se declararon favorables a un Estatuto de Autonomía cuyo borrador se elaboró en la Sociedad de Estudios Vascos (Eusko Ikaskuntza). La iniciativa no se concretó, pero sembró un importante precedente.

Gobernada en 1936 por un alcalde nacionalista vasco, Fortunato Aguirre, advirtió al gobierno de Madrid de los detalles de la sublevación. Por eso, el 16 julio, acudió al Monasterio de Irache el general Batet para reunirse con el general Mola. Este último le dio su palabra de que era leal a la Segunda República. Dos días después se produjo la sublevación. Tanto Batet como el alcalde serían fusilados por los rebeldes.

Mucho después, el 12 de septiembre de 1998, representantes de seis partidos, siete sindicatos y nueve organizaciones sociales de todo el espectro del nacionalismo vasco firmaron el “Pacto de Estella”. Este promovía un diálogo para acabar con la violencia como camino para la independencia del resto de España. Fue clave para que ETA declarara una tregua. Las posteriores negociaciones acabaron sin acuerdo, aunque a la postre la organización terrorista desapareció.

A continuación, lo mejor que ver en Estella-Lizarra.

En el siglo XV se conocía al lugar como “Estella la bella”. Una muestra clara del gran patrimonio que poseía en tal momento. De esta forma, lo primero que ver en Estella es su casco monumental. Este se concentra en torno a la Plaza de San Martín, con la fuente de los chorros (siglo XVI) al lado izquierdo del Puente del Azucarero.

En la Plaza de San Martín, junto a la gran escalinata que sube a San Pedro, se alza el dieciochesco Antiguo Ayuntamiento. Hoy Juzgado Comarcal, es un edificio renacentista del siglo XVI. Se levantó sobre una capilla franca y dos escudos de la ciudad adornan su fachada.

La contigua y cisterciense Iglesia de San Pedro de la Rúa posee tres naves góticas. Dispone de una cabecera de tres ábsides románicos tardíos. Dentro hay pinturas murales y capillas de épocas posteriores. Por ejemplo, la Capilla de San Andrés (1596), cubierta por cúpula de yeserías barrocas. Desde la nave de la epístola se accede al claustro. En las pandas (galerías) norte se muestran escenas de santos y la vida de Cristo. Mientras tanto, en la galería oeste hay motivos vegetales y cuatro columnas entrelazadas en la arquería central. Tal motivo se repitió en el Burgo de Osma y Santo Domingo de Silos.

El resto de galería de San Pedro de la Rúa se perdieron en 1572. La causa fue la demolición del castillo situado encima. Cada tramo constaba de nueve arcos de medio punto, apoyados en columnas pareadas de bellos capiteles. La portada principal luce influencias cistercienses y moriscas, como el arco lobulado. Asimismo, la torre rectangular con saeteras le proporciona una apariencia de iglesia-fortaleza.

Por otro lado, el Palacio de los Reyes de Navarra o Palacio de los Duques de Granada de Ega data de finales del siglo XII. Es el único ejemplo de románico civil que ver en Estella y el resto de Navarra. Sobre el flanco izquierdo de su fachada, hacia la calle de San Nicolás, se encuentra el famoso capitel que narra la lucha entre Roldán y Ferragut. En el extremo sur de esta calle está la Puerta de Castilla, la única que pervive del recinto amurallado.

El Palacio de los Reyes de Navarra alberga el Museo Gustavo de Maeztu. Dedicado al gran pintor de la Generación del 98, al lado se sitúa la Oficina de Turismo. En rúa de las Tiendas, llamada así por los viejos arcos góticos que daban entrada a comercios y hospederías jacobeas, se asienta la Casa de Cultura Fray Diego. Es un palacio plateresco del siglo XVI con gran portal y hermoso patio.

Más adelante se encuentra el Palacio del Gobernador, de 1613. Es un indispensable que ver en Estella. A él se ha anexado un edificio de nueva planta, sede del interesante Museo del Carlismo que custodia las colecciones cedidas por el Partido Carlista.

Estella Lizarra

Siguiendo el recorrido por lo que ver en Estella se alcanza la calle Curtidores. Tal vía precede El puente de la Cárcel o San Agustín. En esta zona se alza la Iglesia del Santo Sepulcro, románica y del siglo XIII. Mientras tanto, la portada de doce arquivoltas sobre la calle de los peregrinos es del siglo XIV. Está decorada con estatuas de los apóstoles y una figura de Santiago Peregrino. El espacio denota la gran relación entre Lizarra y el Camino de Santiago Francés.

Por su parte, la calle Curtidores lleva al barrio Judío. Ahí se emplaza el Convento gótico de Santo Domingo (1259), otrora foco de actividad académica y cultural. Próxima está la Iglesia de Santa María Jus del Castillo fundada en 1145 y edificada sobre la antigua sinagoga. Su nombre alude al castillo de Zalatambor. De la fortaleza se conservan aún algunos restos. Combina ábside románico, interior gótico y fachada barroca. Después de muchos años cerrada se ha adecuado para la Exposición Navarra Románica.

Tras cruzar el Puente de la Cárcel se llega a la de Iglesia de San Miguel (siglos XII a XIV). Su zona más destacable es la portada norte, con un fuerte conjunto escultórico románico de influencia cluniacense. La cabecera del templo está integrada por tres ábsides del románico final, con el central de arco apuntado. Ya dentro, se divide en tres naves de cuatro tramos. El retablo de Santa Elena se compone de 13 tablas de pintura gótica.

Sobre la calle Ruiz de Alda, se levantan el renacentista Palacio de los Eguía (XVI). También la Mansión Señorial de los Ruiz de Alda (XVII), que cuenta con una espléndida escalera barroca.

Otro punto de reunión que ver en Estella es la Plaza de los Fueros, rodeada de hermosos edificios. Dos de ellos son palacios del siglo XVIII. Un tercero es la Iglesia de San Juan Bautista, de fachada neoclásica. La primera construcción data del siglo XIII, como su Virgen de las Antorchas. Ya dentro, merece atención el retablo de Pierres Ricart (1562).

Fuera de la ciudad se sitúa la Basílica de Nuestra Señora del Puy, consagrada a la patrona de la ciudad y lugar de peregrinación. Tiene asociados varios eventos milagrosos. El cuerpo actual es de 1951, aunque conserva el antiguo pórtico. Custodia la imagen de la Virgen de Puy bajo un palio con forma de estrella de ocho puntas y el sable empleado por Carlos VII en la Primera Guerra Carlista.

Estación de tren de Estella
Estación de tren de Estella

Es recomendable el paseo por el parque del Paseo Los Llanos, circundado por el río Ega. Tras él puede uno refrescarse en el Agua Salada. Se trata de una piscina natural con propiedades medicinales situada en una de las orillas del río. Un lugar que ver en Estella perfecto para los peregrinos que tengan los pies cansados.

A 11 km de Estella, en el valle de Allín, se emplaza el Museo de la Trufa. Cuenta con paneles de contenidos, proyecciones multimedia interactivas y audiovisuales sobre su búsqueda y ciclo biológico. También dispone de vitrinas expositivas, un puesto interactivo infantil y puestos de venta de dicho producto.

Una vez disfrutado lo que ver en Estella, descubre otros estupendos planes por la Comunidad Foral de Navarra, así como su turismo activo.

Imprescindibles

Iglesia del Santo Sepulcro en Estella
Iglesia del Santo Sepulcro en Estella.
Iglesia de San Pedro de la Rúa, cisterciense, en Estella
Iglesia de San Pedro de la Rúa, cisterciense, en Estella.

Datos Prácticos

Coordenadas

42° 40′ 0″ N, 2° 1′ 0″ W

Distancias

Pamplona 44 km, Madrid  374 km.

Altitud

421 m.

Habitantes

13 947 (2013).

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