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La gran estrella de Pamplona

Vista aérea de la ciudadela de Pamplona

“7 de julio San Fermín”. Cuando se piensa en Pamplona se piensa en verano, se piensa en la fiesta y se canta esta canción. Pero la capital de Navarra presenta un abanico histórico y cultural mucho más extenso. Entre sus encantos destaca por ejemplo su oferta gastronómica en las estrechas calles del casco viejo. También presume de su patrimonio arquitectónico. Ahí queda una verdadera estrella, Premio Cultural de la Unión Europea por su excelente conservación. Es, claro está, su ciudadela.

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Un poco de historia de la Ciudadela de Pamplona

En el 1571 Felipe II mandó construir en Pamplona la ciudadela como protección contra el enemigo más cercano a Navarra. Es decir, el ejército francés. Nace así este fuerte de estrella, a la italiana, que acompaña a los pamplonicas y pueden visitar los turistas desde finales del siglo XVI. Fue una de las varias fortalezas que reforzaron el norte, siendo otra gran muestra la de Jaca.

Fortaleza y muralla de la ciudadela de Pamplona
Fortaleza y muralla de la ciudadela de Pamplona. | Shutterstock

Es uno de los elementos más representativos de la capital de Navarra. Aunque esa belleza e importancia no se ha quedado solo para los navarros. La ciudadela fue declarada el 8 de febrero de 1973 como Monumento Histórico Artístico Nacional. Además de esta distinción, también se hizo con el ya mencionado galardón del Premio Cultural de la Unión Europea, Europa Nostra, por su magnífica conservación.

Aunque al inicio surgió como un elemento arquitectónico militar y sirvió para ese cometido durante siglos frente a los ejércitos de los enemigos, en la actualidad su misión ha cambiado. Dota a Pamplona de una de las zonas más verdes de la capital y con ello forma parte de uno de sus pulmones. Además, el paso del tiempo y las edificaciones que han ido expandiendo la urbe han hecho que la ciudadela termine por ubicarse en el centro de la ciudad.

Bastión de la ciudadela de Pamplona
Bastión de la ciudadela de Pamplona. | Shutterstock

Una anécdota curiosa de este lugar es que durante su años de historia, nunca fue tomada por el enemigo, salvo una vez. Esa ocasión fue en 1808, cuando Pamplona fue testigo de una gran nevada. Más de la habitual. El ejército francés aprovechó ese factor meteorológico, bastante común en Navarra por otro lado. Hubo una batalla simulada de bolas de nieve con la que los franceses distrajeron a los guardias españoles. Aprovechando este caos, consiguieron hacerse con el control de la fortificación.

Las claves de la Ciudadela de Pamplona

La ampliación de la ciudad no solo ha hecho que termine situándose en el centro, también ha supuesto cambios en la estructura del conjunto militar. Su figura original fue la de un pentágono en forma de estrella con cinco puntas. Siglos más tarde, entre finales del XIX y principios del XX, dos de los baluartes desaparecieron para dar paso a nuevas edificaciones que ampliarían la ciudad. Los dos que derribaron para este objetivo fueron el de San Antón y La Victoria. Estas estructuras, también conocidas como bastiones, se situaban como extensiones de los vértices de las murallas y permitían defender en profundidad varias caras del fuerte.

Entrada a la ciudadela de Pamplona
Entrada a la ciudadela de Pamplona. | Shutterstock

La ciudadela de Pamplona no es solo una fortificación de estilo renacentista. Cuenta con un jardín interior que contiene numerosos elementos típicos de estos espacios, como fuentes o diferentes especies de árboles y vegetación. Tanto lugareños como turistas pueden recorrer los distintos caminos peatonales y disfrutar de las magníficas vistas. Además, cuenta con una escultura del famoso artista vasco Jorge Oteiza. Consiste en una obra escultórica abstracta fabricada en acero negro que representa al guerreo vasco Odiseo.

El conjunto está levantado con un material principal que es la piedra. Su pasado bélico se refleja en la muralla, distintos pabellones, fosos e incluso un puente levadizo. Este garantizaba, en época de invasiones, la protección de la fortificación. Pese a este tipo de paisaje con tantos elementos militares, es un espacio fascinante para el disfrute al aire libre de un entorno más natural en medio del mundanal ruido. Incluso para los más pequeños, pues tiene amplias zonas especialmente adecuadas para ellos.

Fortaleza de la ciudadela de Pamplona
Fortaleza de la ciudadela de Pamplona. | Shutterstock

Aquí, la historia completa de otra ciudadela de España

Rincones cercanos a la Ciudadela de Pamplona

Pamplona es una ciudad rica en historia y que conserva gran parte de esta en sus monumentos y edificaciones. No solo destaca la ciudadela, también cuenta con más lugares de interés turístico como puede ser su casco viejo, o casco antiguo. Barrio histórico de la capital Navarra que ofrece a los visitantes una amplia oferta gastronómica entre los bares y restaurantes repartidos en sus míticas calles estrechas.

Vista aérea de la ciudadela de Pamplona
Vista aérea de la ciudadela de Pamplona. | Shutterstock

Para acceder a Pamplona en coche se pueden tomar distintas rutas. Si se parte desde Madrid se puede acceder a través de la A-2. Si se parte desde el suroeste como puede ser Huelva, la A-5. En cambio desde el sureste, Almería, se recomienda viajar por la A-4. En el otro extremo, por el noroeste, la A-52 si se parte desde Galicia. Y por último, desde Cataluña se recomienda la A-22.

En cambio para acceder a la ciudadela, que se ubica en una zona muy céntrica de la ciudad, para acceder a su interior se puede ir por diferentes vías. Cuenta con un total de cinco puertas de acceso, aunque más transitadas son dos. La primera de ellas es la de la Avenida del Ejército, vía que como se ha comentado corta dos de los bastiones de la ciudadela. La segunda es el acceso principal por La Vuelta del Castillo, un paseo entre la arboleda y un extenso campo verde.

Ficha ciudadela de Pamplona
Ficha ciudadela de Pamplona.

Una de las ciudadelas mejor conservadas de Europa

Pamplona no solo es fiesta y Sanfermines. Siglos de historia y una amplia oferta arquitectónica y folclórica son algunos de los ases que Navarra ni se molesta en guardar bajo la manga. La ciudadela, premiada por su conservación y su belleza, es un símbolo de Pamplona, Navarra y de España.