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Qué ver en Medina del Campo, desde su gran feria a su emblemático castillo de la Mota

Qué ver en Medina del Campo

Medina del Campo tuvo un protagonismo esencial en la historia de Castilla durante el reinado de Isabel la Católica. De hecho, la monarca terminó sus días en el palacio de la villa. Fue un centro internacional de comercio en los siglos XV y XVI, prosperidad que se puede comprobar en sus monumentos. La visita al casco histórico y el Centro de Interpretación de Isabel la Católica, en el Palacio Testamentario, lideran los lugares que ver en Medina del Campo. A esto habría que sumar el Museo de las Ferias, la colegiata de San Antolín o el castillo de la Mota, su emblemática fortaleza.

Un poco de historia de Medina del Campo

Panorámica de Medina del Campo
Panorámica de Medina del Campo. | Shutterstock

Antes de recorrer los lugares que hay que ver en Medina del Campo, conviene repasar brevemente su historia. En el siglo V a. C. en las lomas del Alto de la Mota, donde hoy se levanta el castillo de la Mota, ya hubo poblados celtíberos. De los romanos que les sucedieron quedaron vestigios en el paraje de Las Peñas. Al igual que ocurre con Medina de Rioseco, es probable que el topónimo provenga de los repobladores mozárabe. Estos emigraron desde el sur durante los siglos IX y X.

Alvar Fáñez de Minaya, en 1077, conquistó el lugar. Más tarde, Alfonso X el Sabio confirmó los fueros de la villa. Durante el siglo XIII se crearon sus famosas ferias anuales, que aportaron un gran auge económico. Se la denominó “villa de reinas” por el mucho tiempo que allí residieron varias reinas castellanas. Las más recordadas son Leonor de Alburquerque, María de Molina e Isabel la Católica. Como consecuencia de ello, también fue cuna de tres reyes: Fernando I de Antequera, Alfonso V y Juan II.

El dominico valenciano San Vicente Ferrer visitó la villa en 1411. De esta forma instauró las procesiones de disciplina, origen de las procesiones de Semana Santa más antiguas de España. 23 años después Juan II recibió en el castillo de la Mota a Suero Quiñones. El caballero había contraído una promesa con su amada doña Leonor de Tovar. El resultado es el Passo honroso más famoso de la Historia, desarrollado en Hospital de Órbigo.

Llegado 1445, Juan II de Castilla decretó la incautación de las rentas que Medina del Campo pagaba a su propietario. Este, nacido además en la villa, no era otro que Juan de Navarra. El monarca navarro se acercó con su ejército hasta Olmedo, donde fue derrotado.

Castillo de la Mota, lugar imprescindible de Medina del Campo, desde el aire
El emblemático castillo de la Mota desde el aire. | Shutterstock

Durante el reinado de Juan II y Enrique IV, el castillo de la Mota estuvo varias veces en poder de sus opositores. La villa, sin embargo, fue leal al rey. Lo contrario ocurrió en agosto de 1520, cuando la fortaleza apoyó a Carlos I. Por el contrario, los villanos se negaron a entregar a las tropas reales artillería para acabar con la Comunidad de Segovia. Los vecinos llevaron los cañones a la actual plaza de Segovia, resistiéndose a su entrega. Aunque el ejército prendió fuego a varios edificios con el fin de dispersar a la multitud, esta aguantó hasta que los soldados se retiraron. Mientras tanto, el incendio se extendió hasta novecientas casas. Incluso alcanzó el convento de San Francisco, donde los comerciantes guardaban sus mercancías. Los habitantes asesinarían y descuartizarían por ello a un regidor partidario del rey. Después se unieron abiertamente a los rebeldes comuneros, entregándoles la artillería.

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Entre 1476 y 1483 los Reyes Católicos habían adaptado el castillo de la Mota para resistir ataques de artillería. Su muralla estaba considerada como la más avanzada de Europa en su tiempo. El edificio se empleó en el siglo XVI como prisión de importantes presos de los reyes castellanos De una de sus ventanas se descolgó, una noche de 1506, el turbulento César Borgia, huyendo a Navarra.

Desde finales del siglo XV Medina del Campo fue un gran centro del comercio lanar con Europa. En sus ferias y mercados podían adquirirse todo tipo de mercancías. A los banqueros locales se les atribuye la invención de la letra de cambio. Las deudas que Carlos I y Felipe II contrajeron con ellos nunca llegaron a saldarse. Más tarde, Teresa de Ávila decidió fundar un convento de monjas en la villa.

La gran prosperidad fue decayendo progresivamente a partir del siglo XVII. La recuperación llegó a finales del siglo XIX con el ferrocarril. Bien comunicada por tren y carretera, sus principales actividades hoy día provienen del sector servicios, la agricultura y la industria.

Qué ver en Medina del Campo

Plaza Mayor de Medina del Campo
Plaza Mayor de Medina del Campo. | Shutterstock

El recorrido por todo lo que hay que ver en Medina del Campo puede comenzar por su plaza Mayor. Este espacio rectangular posee casas porticadas de épocas muy distintas. Allí se halla además la colegiata de San Antolín, en 1635. De estilo gótico tardío, desde su balcón plateresco solía decirse misa los días de mercado para que los comerciantes no pecaran e hicieran su trabajo. El interior queda dividido en tres naves cubiertas con bóvedas estrelladas. Destacan su retablo mayor del siglo XVII y su capilla de la Concepción, decorada por La Piedad, altorrelieve de Juan de Juni.

El ayuntamiento, edificio barroco del siglo XVII, es otro edificio notable que ver en Medina del Campo. Luce hermosas balconadas corridas y un elegante patio interior. En el Palacio Testamentario Isabel la Católica dictó su última voluntad, en el año 1504. Tal acto inspiró siglos después al pintor Eduardo Rosales para crear un lienzo expuesto hoy en el Museo del Prado. Al respecto, el Centro de Interpretación de Isabel la Católica ofrece información a través de una serie de paneles interactivos y audiovisuales.

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Por la calle del Almirante se alcanza el palacio del Almirante, del siglo XVI. Más adelante la calle de San Martín se encuentra llena de casonas con escudos en sus fachadas. También contiene el Museo de las Ferias. Este espacio narra las actividades comerciales que hicieron prosperar a la villa durante los siglos XV y XVI. Así, se centra en el el funcionamiento de las letras de cambio o el comercio de la lana y obras de arte.

A través de la cercana plaza del Pan se llega al Palacio de los Dueñas, ligado a esa antigua familia de cambistas de monedas. Se trata de una construcción de ladrillo de estilo renacentista, con planta cuadrada y un torreón en un ángulo. Por dentro hace gala de un espléndido zaguán y un patio con claustro, columnas platerescas y medallones con efigies de reyes. Actualmente funciona como centro de enseñanza.

Más templos religiosos en Medina del Campo

Hay otros tres monumentos religiosos que merece la pena ver en Medina del Campo. El primero es la iglesia de Santiago el Real, del siglo XVI. Perteneció al antiguo colegio de los jesuitas y muestra un austero aspecto exterior. Posee planta de cruz latina y capillas situadas entre los contrafuertes de los muros. En la sacristía se encuentra una notable capilla-relicario de finales del siglo XVII. El segundo edificio sacro que contemplar es el convento de San José. Fundado por Santa Teresa para las carmelitas descalzas en 1567, tiene una iglesia de una sola nave con bóveda de cañón. Además contiene un pequeño museo con recuerdos de la santa.

Por último, el Convento de Santa Magdalena, del año 1551. El promotor de la construcción fue Rodrigo Dueñas, cambista y consejero de Hacienda de Carlos I. Su objetivo era dar cobijo a las monjas agustinas que lo habitan desde su creación. Contiene numerosos retablos de gran calidad y también merece atención su coro.

Al otro lado del río

Si el visitante continúa hacia el puente sobre el río Zapardiel llegará, por el paseo de los Ferroviarios, a las Carnicerías Reales. Este edificio del siglo XVI se caracteriza por estar cubierto de escudos. Fue concebido como mercado de carne, función que todavía desempeña. Está estructurado en tres naves sobre columnas y cuenta con portadas en tres de sus lados.

Al otro lado del río hay más monumentos reseñables que ver en Medina del Campo. Por ejemplo, la iglesia de San Miguel, del siglo XVI, hace gala de una portada clasicista. Por su lado, el hospital de la Purísima Concepción, del siglo XVII, es también conocido por el nombre de Simón Ruiz. Dicho cambista propició su creación. El conjunto muestra proporciones simétricas, un patio con dos niveles de galerías y una iglesia. Además, el convento de Santa María la Real, de los siglos XV y XVI, funde elementos mudéjares, góticos y renacentistas con gracia.

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El emblemático castillo de la Mota

Castillo de la Mota
Castillo de la Mota. | Shutterstock

En las afueras, sobre la loma que le da nombre, se erige el castillo de la Mota. Esta fortaleza gótico-mudéjar se levantó con ladrillos y argamasa. No se conoce apenas nada del edificio original, de la época de Pedro I, pues la construcción actual data del siglo XV. Por entonces reinaba Juan II, padre de Isabel la Católica. Sin embargo, sería su hijo Enrique IV quien finalizase las obras del interior y la Torre del Homenaje.

Ya en tiempo de los Reyes Católicos se añadió una muralla a modo de barrera defensiva. Tan épico edificio que ver en Medina del Campo posee una galería de tiro y un foso que rodea el conjunto. Esto convirtió al castillo de la Mota en el más avanzado de su tiempo al estar adaptado al uso de artillería. En el llamado “Peinador de la Reina” Doña Juana, hija de los Reyes Católicos, se desesperaba aguardando el regreso de Felipe el Hermoso. El lugar fue prisión del príncipe italiano César Borgia en 1506. No obstante, el famoso general logró huir descolgándose por sus muros.

El castillo de la Mota fue declarado Monumento Nacional en 1904. Más tarde se restauró, entre 1939 y 1942, por la Sección Femenina de la Falange, que lo convirtió en su centro de formación. Actualmente es propiedad de la Junta de Castilla y León. La Consejería de Cultura lo utiliza para realizar cursos, conferencias y otras actividades culturales. El ayuntamiento por su parte desarrolla su uso turístico a través del Centro de Recepción de Visitantes del Castillo de La Mota. El recorrido propuesto incluye la visita al yacimiento arqueológico de la Edad del Hierro.

Los alrededores

Tordesillas
Tordesillas. | Shutterstock

Un gran complemento para los lugares que ver en Medina del Campo es recorrer la denominación de orígen Rueda. La escapada puede continuar en otros dos lugares muy asociados a la Reina Católica: Madrigal de las Altas Torres y Arévalo. Por otro lado, al oeste queda la literaria villa de Olmedo. Mientras tanto,  al norte se encuentra la “Villa del Tratado que dividió el mundo”, Tordesillas. No hay que descartar acudir a la capital provincial, Valladolid.