Fruto de las distintas invasiones que sufrió A Guarda se encuentran dos construcciones de particular interés. La primera de ellas es el Castillo de Santa Cruz, iniciado en 1663 tras la toma de las tropas portuguesas. Su nombre fue dado en homenaje a Álvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz de Marcenado, Capitán General de la Armada Española durante los reinados de Carlos V y su hijo, Felipe II, que falleció en 1588 mientras organizaba la Escuadra Invencible contra los ingleses. Edificado sobre las antiguas murallas medievales, el castillo, con planta trapezoidal, está dotado de cuatro baluartes con forma irregular.
Abandonado en la actualidad, es imposible visitarlo por la vegetación que invade las murallas y accesos. En cuanto a la segunda, de la misma época, es la Atalaya. Una antigua fortaleza circular construida por los portugueses cuando A Guarda estuvo en poder del país vecino.
Fue reconstruida en 1997 en el paseo marítimo y hoy alberga el Museo del Mar. Además de contenidos etnográficos, expone una importante colección malacológica (una rama de la zoología que estudia los moluscos). Un espacio interesante que ver en A Guarda.
Desde el centro del pueblo está señalizada la subida al Monte de Santa Tegra (en castellano, Santa Tecla). Es el punto en el extremo más suroccidental de Galicia que ver en A Guarda. Desde el pico de San Francisco, a 341 metros de altitud, hay unas magníficas vistas sobre el estuario, la desembocadura del río Miño en el Océano Atlántico y las vecinas tierras de Portugal al otro lado del río.
Además de la riqueza paisajística, el monte posee una riqueza etnográfica, religiosa e histórica de enorme interés. Son muchos los devotos que visitan la Capilla de Santa Tegra. Patrona de la villa que se conmemora en la romería del 23 de septiembre.
En el ámbito arqueológico destacan los petroglifos dispersos por todo el monte. Y, particularmente, el Bien de Interés Cultural poblado castrense de Santa Tegra. Uno de los más grandes yacimientos arqueológicos que ver en A Guarda pertenecientes a la cultura castreña y el más emblemático y visitado de los castros gallegos.
El recinto amurallado del mismo, con una extensión aproximada de 700 m de largo por 300 m de ancho, alberga una serie de viviendas que se agrupan en barrios de ocho casas. Predominan las de planta circular con vestíbulo. Sin embargo, también hay otras de plantas ovales y cuadradas, estas últimas debidas, seguramente, al influjo romano.
El área arqueológica se completa con la visita al Museo Arqueológico de Santa Tegra (MASAT). Allí se guardan objetos hallados en las excavaciones. En sus vitrinas se pueden observar piezas del Paleolítico, Neolítico, de la Edad de Bronce, de la cultura castreña y de la época romana.
¿Se te ocurre algún otro monumento imprescindible que ver en A Guarda?