Hay mucho que ver en Zalamea de la Serena, permitiendo disfrutar de su espectacular pasado romano, medieval y moderno. En la céntrica Plaza de la Constitución está un monumento conmemorativo llamado el Dístylo, fechado en el año 102 de nuestra era. De carácter funerario, estuvo instalado fuera del recinto amurallado de la antigua Iulipa. Su periplo es impresionante, siendo un trozo de Delfos en Extremadura. Si bien procede de la localidad griega, consta que fue trasladado a Siria. A lo largo de la Historia se encontró vinculado a grandes personajes como Alejandro Magno y el Emperador Trajano.
Curiosamente, hasta 1961 fue empleado como campanario de la iglesia parroquial. Ejecutado enteramente en granito, conserva aún el pódium, el basamento y el entablamento. Alcanza una altura de 23,23 metros y fue declarado Monumento Nacional ya en 1931.
En la misma plaza que el Dístylo está la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Milagros. El templo más notable que ver en Zalamea de la Serena fue severamente reformado en los siglos XV y XVII. Debido a ello, hace gala de un aspecto ecléctico. En el conjunto se entremezclan portadas bajomedievales y una puerta románica, coronada por el escudo de los Zúñiga, que conduce al campanario. Dentro hay elementos góticos como la escalera y el púlpito de la sacristía.
En el patio de una vivienda de la actual calle Prisca, empleada como pajar, se halla una Cisterna Romana conformada por cuatro estancias dispuestas en línea. Por otro lado, el Castillo de Arribalavilla se encuentra en un lugar no demasiado elevado y responde a las características propias del siglo XV. Tiene cuatro torres angulares: la del Homenaje, Oscura, La Higuera y Mocha.
También resultan interesantes las ruinas del Palacio de Don Juan de Zúñiga (s. XV), adosado a la fortaleza. Por el pasaron algunas de las personalidades más importantes de la cultura española. En el aposento situado a mayor altura del palacio, Juan de Zúñiga hizo que pintasen el cielo, con sus planetas, astros y hasta los signos del Zodíaco. La decoración fue fruto de la influencia del célebre astrólogo Abasurto. Entre 1485 y 1502 vivió allí temporadas Antonio de Nebrija, escribiendo la primera gramática castellana y un pionero diccionario. Por todo ello, es un gran lugar que ver en Zalamea de la Serena.
Llama la atención por su sencillez la Casa de Pedro Crespo (ss. XV-XVI), un labrador acomodado. Su breve fachada presenta un hermoso arco escarzano y muchos rasgos aún góticos. Incluso conserva el suelo de granito. Además, sobrevive la viga del techo de la que fue ahorcado el Capitán Álvaro de Ataide en 1580.Además contiene la sede del Museo El Alcalde de Zalamea.
Otra construcción relevante que ver en Zalamea de la Serena se encuentra en la Plaza del Santo Cristo. Se trata de la Real Capilla del Santísimo Cristo de la Quinta Angustia (s. XVII). La obra, adscrita al estilo herreriano, está trazada en forma de cruz latina de una sola nave coronada por una bella cúpula de casetones. Edificada en 1607, incluía también un hospital y destaca por la azulejería exhibida en el presbiterio y en la Sacristía. En la zona del altar los azulejos explican la Pasión del Señor. Mientras tanto, en la Sacristía se relata el Génesis.
Otras fundaciones eclesiásticas de interés que ver en Zalamea de la Serena son el Convento de San Francisco (1584), el de las Monjas de la Concepción (1606) y el de la Trinidad (1665). En lo civil, la Casa de los Caños fue el solar de la mujer de Pedro de Valdivia, conquistador de Chile. También tenían residencia habitual numerosos linajes como los Dávila, Arce o los Zúñiga. Por último, Antonio de Nebrija tuvo casa en el barrio de Arribalavilla, muy cerca del castillo.
A tres kilómetros de Zalamea se puede visitar el Yacimiento de Cancho Roano, asociado a los Tartessos. Se sitúa en la carretera de Quintana de la Serena, asentado en una llanura rodeada de dehesas. El asentamiento estuvo ocupado en los siglos V y VI a.de C. debido a la explotación de las riquezas mineras próximas. Asimismo, se han descubierto tres construcciones superpuestas. Por otro lado, probablemente se practicara la prostitución sagrada en uno de sus santuarios, algo habitual en lugares similares de Chipre, Sicilia o Siria. Se desconoce la divinidad titular de Cancho, pero es claro que se hacían numerosas ofrendas, muchas de ellas vinculadas con la comida.
Al oeste (a 3 km) de este importante lugar arqueológico está la Cueva del Valle, un abrigo artificial del que han salido numerosas muestras de cerámica contemporáneas a las del Cancho. Por último, se confirma nuevamente la ocupación temprana de la zona en el Cerro del Tesoro. Allí se asienta el túmulo protohistórico de La Serena, un recinto-torre luego aprovechado por los romanos. Con este viaje al pasado concluye el recorrido por los mejores lugares que ver en Zalamea de la Serena.