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Qué ver en El Barco de Ávila

Dónde dormir en El Barco de Ávila

Donde el Gran Duque de Alba dictó una amenazadora sentencia

Entre la sierra de Béjar y el macizo de Gredos se levanta esta antigua villa de la Casa de Alba en la que el Gran Duque dejó su huella. El Barco de Ávila cuenta con un bello castillo y son famosas sus exquisitas judías. ¿Te unes a nuestro recorrido sobre lo que ver en el Barco de Ávila?

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La visita al puente medieval, el castillo y el casco histórico es lo que —desde la perspectiva monumental— hay que ver en el Barco de Ávila. Aunque el principal suele ser el realizar actividades de turismo activo en el extenso Parque Natural de la Sierra de Gredos.

Quienes pernocten allí harán bien en ir hacia el oeste por la carretera CL-500 para pasar un día en la localidad salmantina de Béjar. En dirección al centro de España se puede pasar medio día visitando Piedrahita, recorrido que puede concluir en la ciudad de Ávila. En nuestra página Dormir Comer en El Barco de Ávila explicamos los platos locales y donde reservar para dormir bien.

¿Quieres conocer este sitio?

Aquello que ver en el Barco de Ávila está ligado a su historia. Los vettones se asentaron en el castro situado en la colina dominante. Los romanos construyeron el puente que unía esa zona con la calzada que llegaba a Extremadura.

Los nombres de Navamorisca, Navalmoro y Navamures recuerdan la ocupación mahometana. Los árabes mejoraron la agricultura y construyeron pozos de agua dulce. Cada casa de la Calle Mayor contaba con uno para autoabastecerse en caso de asedio.

En 1088 nace en el Barco de Ávila el niño Pedro. Al quedarse huérfano se instala en sus inmediaciones, ganándose una fama de santidad que indujo al obispo de Segovia a nombrarle canónigo de la Catedral. Más tarde, en 1149 regresó a su pueblo para retirarse, acompañado de su amigo Pascual (ambos serían santificados tiempo después).

Se cuenta que predijo su muerte para cuando el agua se transformara en vino. Un día pidió a su mozo que le trajera agua y éste se equivocó y le trajo vino. A los tres días Pedro falleció. A su muerte, las disputas sobre donde enterrarlo motivaron que sus restos se colocaran sobre una mula a la que se dejó libre de ir donde quisiera. Al cabo de días de vagabundeo, el animal cayó muerto en la ciudad de Ávila, donde Pedro fue enterrado.

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A finales del siglo XI el rey Alfonso VI de León creó el Señorío de Valdecorneja para su hija Doña Urraca, antes de que fuera declarada heredera del trono. Su marido, Raimundo de Borgoña fue el responsable de la repoblación de esta comarca.

Qué ver en el Barco de Ávila
Puente medieval sobre el Río Tormes

En 1366 el rey Enrique II de Trastámara concedió el Señorío a García Álvarez de Toledo, a cambio de que renunciara a su título de Maestre de la Orden de Santiago. La localidad permanecería vinculada a la familia de la Casa de Alba desde su constitución hasta la desaparición de los señoríos en el siglo XIX.

Fue notable la presencia judía en el pueblo. El rey Alfonso VIII concedió un Fuero específico para esta Villa en el que se establecía la libertad de cultos. Amparados por éste, se celebraron importantes mercados y ferias de ganado que han sobrevivido hasta nuestros días.

El 10 de noviembre de 1556, Carlos I de España y V de Alemania descansó en la posada de esta localidad durante su viaje para retirarse al Monasterio de Yuste.

En 1578 el Gran Duque de Alba, conocido como ‘La Espada’ por su implacabilidad, regresó a España de la Guerra de Flandes a descansar en Piedrahita, capital de sus posesiones en ese Señorío. Allí unos regidores le pidieron justicia ante los supuestos agravios que les causaba el alcaide de El Barco. Irritado y poco convencido, el duque les contestó que de ser ciertas las acusaciones ahorcaría al alcaide. No obstante, de no serlo los ahorcados serían sus acusadores. Una vez comprobada la verdad, el alcaide fue ahorcado ante una puerta que conserva su nombre.

Hasta 1833 perteneció a la provincia de Salamanca. La actividad agrícola-ganadera sigue siendo la principal dedicación de sus habitantes, son famosas sus judías. El Barco de Ávila es cada vez es más valorado por su calidad de centro veraniego.

A continuación, corresponde leer el apartado Qué ver en el Barco de Ávila.

Comenzamos la visita a lo que ver en el Barco de Ávila por el Castillo de Valdecorneja. Se alza en un pequeño cerro que se eleva sobre el cauce del Tormes. Se estima que éste construyó en el siglo XII sobre los restos de un antiguo castro vetón, siendo reconstruido en el siglo XIV.

Lo primero que llama la atención es el arco gótico de grandes dovelas de la entrada. Tras esto, traspasar una barbacana con almenas y torreones que protegen su planta rectangular, presidida por una torre del homenaje. A finales del siglo XV en esta se abrirían huecos de iluminación y ventilación decorados con ajimeces -ventanas divididas en dos por una columna) y se embelleció el patio de armas.

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Se ha estimado que las habitaciones destinadas a las mujeres pudieron estar situadas en paralelo al muro que da a la cuesta de la Viñas. Las de los caballeros daban a la vista del Puerto de Tornavacas. Como es habitual en estos edificios, en su parte noble se hallaba la capilla, los comedores y el gran salón de juntas y audiencias.

Tras su adaptación a castillo – palacio se debieron de abrir más ventanas con ajimeces, dotadas de asientos para disfrutar de las hermosas vistas. A mediados del siglo XIX el castillo fue habilitado como cementerio municipal, lo que aumentó su deterioro. La restauración actual ha permitido habilitarlo para usos culturales. Por lo tanto, un espacio interesante que ver en el Barco de Ávila.

Siempre hay que ver en El Barco de Ávila el casco urbano medieval con el debido detenimiento. Especialmente sus fragmentos de la muralla (algunos de los cuales han sido restaurados). Merece destacarse la Puerta de Ávila o Puerta del Ahorcado. Está formada por un arco de medio punto entre dos torres avanzadas para su defensa. Su segundo nombre deriva del ahorcamiento del alcaide, que allí mismo tuvo lugar en 1578.

El centro de el Barco de Ávila se dispone en torno a una plaza irregular. Esta se caracteriza por sus pórticos, edificios y casonas con blasones de antiguos linajes de la población.

Detrás de la plaza en dirección a la iglesia, una Capilla restaurada ocupa el solar de la casa natal de San Pedro del Barco. Una santidad local que allí murió, pero que una mula llevó en un legendario periplo hasta la ciudad de Ávila, donde sería enterrado.

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Nave central y reja de la Iglesia de la Asunción

En la plaza contigua a ese edificio se puede disfrutar de la fachada del Antiguo hospital de San Miguel. Actualmente es una residencia de ancianos. También de la Iglesia Parroquial de la Asunción.  Su estilo gótico en el siglo XIV conserva algunas trazas románicas. Destacan en el exterior en éste templo que ver en el Barco de Ávila los volúmenes de la triple cabecera, la torre adornada con pináculos y la portada principal. Las arquivoltas y matacanes le confieren un aspecto defensivo.

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Ya dentro del templo apreciamos las bóvedas de crucería de las tres naves y el coro de la nave central. Éste fue añadido en el siglo XV, al igual que algunas capillas y sacristía. Destaca también la reja de cierre de la Capilla Mayor. Resulta interesante el Museo Parroquial. Reúne retablos, pinturas y esculturas de los siglos XIV a XVI que ver en el Barco de Ávila.

Al salir de la iglesia, si se baja por la calle accedemos al paseo del magnífico puente medieval del siglo XIII. Sus 125 metros de longitud están sostenidos por siete arcos desiguales.

Atravesando el puente se llega al espacio de la Ermita del Cristo del Caño. Se trata de un habitual destino de los paseantes locales. Acuden allí a disfrutar de la vista panorámica que ofrece el castillo con la sierra como telón de fondo. Esa ermita tiene una historia legendaria que confiere de aún más encanto al lugar.

En el siglo XII una gran crecida del Tormes arrastró a la orilla izquierda del río la imagen de un Cristo de madera de tamaño natural. Los vecinos intentaron por tres veces colocarla en la iglesia parroquial. Sin embargo, esta volvía a aparecer a la entrada del puente. Por ello erigieron allí una ermita que inicialmente se llamó “del humilladero”.

Declarada en ruina cuatro siglos después, la ermita se reconstruyó en 1672. Al excavar en sus cimientos durante las obras apareció una corriente de agua que se recogió en una fuente de tres caños. Esta dio nombre a la fuente y al Cristo del Caño.

En conclusión, esto sería todo lo que ver en el Barco de Ávila.

Imprescindibles

Dónde dormir en el Barco de Ávila
Castillo de Barco de Ávila
Dónde dormir en el Barco de Ávila
Puente medieval

Datos prácticos

Coordenadas

40º 21’ 35’’ N, 5º 31’ 25’’ W

Distancias

Madrid 196 km

Aparcamiento

Sin dificultad.

Altitud

1009 m

Habitantes

2653 (2013)

Entre todo lo que ver en el Barco de Ávila, asistir a sus fiestas es un plan excelente. Primero, las Fiestas de San Pedro del Barco (tres días anteriores al 12 de agosto). Segundo, las Fiestas de Santiago o de los Quintos (tres días en torno al 25 de julio). Por último, las Fiestas del Santísimo Cristo del Caño (primer fin de semana de septiembre).

Son varios los eventos destacados. El Certamen de teatro “amateur” Lagasca (mayo y junio). También el Verano cultural (agosto). La Feria Concurso de Ganadería (octubre).

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