Del pasado romano aún quedan huellas arqueológicas de la antigua Vía Augusta en la calle Salvador y zonas aledañas. Con ellas se inicia el recorrido por lo que ver en Valencia.
De su muralla árabe sigue en pie la Torre de la Posada del Ángel (del s. XI), y del tiempo almohade (S. XII) perdura la Galería del Tossal. En el lugar en que estaba el Alcázar musulmán se puede contemplar la curiosa construcción conocida como el Almudín (reedificada en ss. XIV-XVI). Se trata de un hermoso inmueble porticado dedicado a almacenar el trigo. Tal conjunto se alza en plena Plaza de San Luis Beltrán.
Las Torres de Quart (s. XV), de imponente silueta redondeada, presentan los desperfectos del asedio francés de 1812. Ya en la plaza de los Fueros están las Torres de Serranos (s. XIV), que fueron cárcel para notables. En el primitivo puerto están las Atarazanas (S. XIV), donde se construían y atendían las embarcaciones. Un resumen del pasado de Valencia se puede comprender en el subterráneo Centro Arqueológico de L’Almoina.
La Catedral (ss. XIII-XVIII) cuenta con una portada tardorrománica. Además, posee un buen número de construcciones góticas y espacios tempranamente renacentistas como la Capilla de la Resurrección. Del interior sorprende el Retablo Mayor (s. XVI), de Hernando Yáñez de la Almedina.
El célebre Campanario de El Micalet (ss. XIV-XV) supera los 50 metros de altura. Dentro guarda una campana del siglo XIV, junto a otra decena de diversos períodos. En el Museo de la Catedral se conservan destacadísimas esculturas y pinturas. Estas, en buena medida, pertenecen al período de esplendor cultural que vivió Valencia a finales de la Edad Media.
En la llamada Plaza de la Virgen, se levantó la Real Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados (s. XVII). El nombre del templo recuerda la primitiva cofradía que se ocupaba de dar cristiana sepultura a los ajusticiados y pobres. La Plaza del Mercado alberga el bello frente escultórico de la Real Iglesia de los Santos Juanes, gótica con decoración interior barroca.
La Lonja de Valencia (1483) destaca por su singular torre central. Mientras tanto, el cercano Consulado del Mar (1498) refleja la pujanza mercantil de la época.
Por otro lado, la Iglesia de Santa Catalina es gótica con rasgos renacentistas y barrocos. Siguiendo la senda de la Catedral valenciana posee un importante campanario. Más adelante, la Plaza del Carmen contiene un templo está ahora dedicado a parroquia de la Santísima Cruz. También es importante la Iglesia de San Juan del Hospital (s. XIII), de sobrio aspecto.
La Avenida de la Constitución da cobijo al grandioso Monasterio de San Miguel de los Reyes (s. XVI). Tan impresionante edificio es sede de la Biblioteca Valenciana. A su vez, su iglesia es de los siglos XVI y XVII y el edificio dispone de dos claustros.
Otros conventos dignos de visitar son los del Corpus Christi (s. XVII), La Encarnación (XVI-XVIII), San José y Santa Teresa (s. XVII) o Santo Domingo (XIII-XVI). En este último se llegó a desposar con Margarita de Austria el monarca Felipe III. Al tiempo, también resulta sobresaliente el gótico Real Monasterio de la Trinidad.
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