Aquello que ver en Cullera está ligado a su historia. El poblamiento más antiguo está en su célebre Montaña de las Zorras. Montaña, atalaya y refugio desde tiempos prehistóricos, como es el caso del Abrigo Rupestre Lambert, llamado así recordando a su descubridor.
En él se conservan varias figuras, de color rojizo y forma esquemática, representando hombres y animales. Han sido declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. A su lado se halla el poblado Les Olivaretes, de la Edad del Bronce.
Ha sido identificada como la Sicana, del siglo V a. de C., a la que hacen referencia textos clásicos. Los romanos la llamarían Sucroy Portum Sucrone (Xúquer, es el nombre valenciano del río Júcar). Dejaron allí diversos vestigios (bajo el actual Barrio de la Rápita), destacando los de una fábrica de salazones (en la actual calle Agustín Olivert).
Los árabes edificaron la localidad de Qulayra a los pies de la fortaleza de Hisn Collirant, ampliando el pequeño núcleo que se encontraron. En el siglo X, por orden del califato de Córdoba se fortifica la montaña sobre la población. Así, se edifica una albacara (castillo “de refugio”, no residencial por la imposibilidad de surtirlo o almacenar agua) con varios cinturones de murallas.
Como quiera que llegaban, a través del río Júcar, abundantes mercancías para ser embarcadas en navíos y exportadas. Así, se convirtió en una población muy próspera. Sería parte del Reino taifa de Valencia entre los años 1010 y 1239.
En el Cantar del Mio Cid se la denomina Gujera. Fue una de las poblaciones moras que le pagaron tributo al efímero rey de Valencia a finales del siglo XI. Después de asediarla infructuosamente en el año 1235, en 1238 el rey Jaime I llega a un pacto con Zeyyan, rey de la taifa valenciana. De esta manera, se la entrega mediante un pacto para salvaguardar los derechos de la población musulmana.
Desde su puerto partiría hacia África Zeyyan y sus leales. En 1247 se produce una rebelión general de los moriscos que se quedaron, que asaltan el castillo. Tras ser sofocada, y por motivos de seguridad (pues eran mucho más numerosos que los cristianos) los moriscos son trasladados fuera de los muros de la villa, al nuevo Barrio de la Vila.