Antes de visitar el conjunto histórico artístico que ver en Prades, es recomendable subir hasta al cercano Cerro de la Baltasana (1.201 m). De esta forma entenderemos la inaccesibilidad del lugar y las amplias llanuras circundantes que durante siglos esquilmaron los bandidos basados en sus montañas.
Una vez situados en el casco urbano de Prades, teñido de un característico tono rojizo de su piedra, nos dirigimos hacia la fortaleza edificada originalmente por los árabes. Por su parte, la mayoría de las ruinas visibles son de las edificaciones realizadas por los cristianos. Sabemos que ya estaba en muy mal estado en el siglo XVI, cuando era sede del condado y que fue vendido en el siglo XVIII. Entre sus muros destaca aún parte de la estructura de la Iglesia de San Miguel (ss. XII-XIII), de estilo románico.
De la muralla medieval que defendía la villa permanecen aún numerosos restos entre el caserío. Por ejemplo, el lugar conocido como Planet del Pont (s. XIII) que aprovecha parte de la estructura de dicha muralla.
Lo más conocido que ver en Prades es su Plaza Mayor, que recuerda el floreciente pasado mercantil de la ciudad medieval. Allí se sitúa la Iglesia Mayor de Santa María (1194). Se trata de un magnífico templo de una nave que mezcla elementos medievales con su fachada renacentista. Puede observarse que la construcción fue ampliada a costa de la muralla de la ciudad. En su interior sobresale la capilla de Santa Florentina.
En el mismo entorno llama la atención la presencia de una Cruz de Término (s. XIII). También se encuentra en la plaza la construcción más emblemática que ver en Prades. Se trata de su cuidada y hermosa Fuente Esférica ejecutada en pleno Renacimiento. Su calidad motivó que fuera reproducida en el espacio temático del Poble Espanyol de Montjuic. En la popular fuente se celebra, cada tercer sábado de julio, la Fiesta del Cava, que mana allí para gusto de todos.
Del mismo modo de gran pintoresquismo es la Plaza de la Pau. Aquí se encuentra otra fuente, en forma de roca de dos metros de alto, de la cual mana el agua al accionar su pulsador. También resulta interesante el conocido Arco del Ponos, de estilo gótico.
No se puede ir uno de Prades sin comprar una buena cantidad de las patatas. Allí se siguen cultivando de forma natural. Sus condiciones geológicas y climáticas confieren el doble de almidón que las demás. Especialmente recomendable es acudir allí en el tercer domingo de septiembre, cuando comienza la campaña y se celebra la Fiesta de la Patata.
Entre todo lo que ver en Prades alrededores se encuentra el venerado Santuario de la Mare de Déu de L’Abellera. En realidad es una cavidad natural que antes del siglo XVI se tranrformó en ermita. El paraje es espectacular dada su posición dominante y la exuberante naturaleza del entorno.
Según la leyenda la imagen de la Virgen la encontró un pastor local. Ya en el siglo XV la cueva alojó a un eremita llamado Bernardo Boil. No obstante, la construcción no se iniciaría hasta bien avanzada la centuria siguiente y hubo de ser modificada en el XVIII.
Este templo que ver en Prades se completa con un pequeño campanario también del tiempo fundacional. En su interior se custodia la imagen de la titular, vinculada a los apicultores, en realidad una copia moderna de la posguerra, pues la original fue destruida en 1936.
Finalmente, esto es todo lo que ver en Prades.
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