Para completar lo Que ver en Arties es conveniente conocer antes su historia. A pesar del tradicional aislamiento del valle de Arán, en fechas muy tempranas fue ocupado por comunidades humanas. Así, existen restos materiales procedentes de la Edad del Bronce. Ya en la antigüedad los romanos aprovecharon las propiedades de los acuíferos termales de la zona como los de Arties. A la caída de Roma siguió un período sin noticias en la historia de Arties.
En el siglo X aparecen las primeras noticias del valle de Arán, vinculado al condado de Ribagorza. Sin embargo, también estuvo vinculado al condado de Comiges, un señorío soberano situado al lado norte de los Pirineos.
En el año 1104 estaba guerreando en el valle el rey Pedro I de Aragón, falleciendo allí. La población local se inclinó por la protección del lejano rey de Aragón frente a los señores feudales de la cara norte de los Pirineos. Por ello, en el año 1175 el rey Alfonso II el Casto firmó con los habitantes del valle el Tratado de Amparanza. Por aquel, estos se comprometían a pagar cada año un Galin Reiau (el grano cosechado en 216 metros cuadrados de terreno) por cada una de las familias del valle.
A lo largo de los siglos XII y XIII continuaron las luchas entre los condes de Cominges y el reino de Aragón. En un momento dado Pedro II le cede a los Cominges el valle, pero Jaime I lo recupera. En el año 1283 el papa Martín IV declara una Cruzada contra el Reino de Aragón, produciéndose la invasión del valle de Arán por las tropas francesas del rey Felipe III.
Después de conquistar todas las localidades, los últimos defensores resistieron en el castillo de Artiés, que acabó siendo conquistado y destruido. Posteriormente sería reconstruido por los vecinos en el año 1379, con la autorización del rey Pedro III de Aragón. Ésta fortaleza también permitiría a los araneses defenderse de los intentos del conde Hug Robert de Pallars de someterlos a su autoridad.
En el siglo XIV, Jaime II concede al Valle la Querimonia, un reconocimiento más a la autonomía y personalidad de estas tierras. En 1411 el sindico del valle ofreció la unión “libre y pactada” con el reino de Aragón. Con la abolición de los fueros catalanes por Felipe V en el siglo XVIII, el valle de Arán salvó su histórica posición. No obstante, tuvo que pagar por ello impuestos más elevados.
En el marco de la Guerra de la Independencia, los franceses ocuparon la zona en 1810. Cinco años más tarde, es entregada de nuevo a España por el monarca Luis XVII. En el siglo XIX la población de esta particular comarca fronteriza se ve privada de todos sus privilegios y se integra en la provincia de Lérida.
El 2 de septiembre de 1907 la localidad fue visitada y estudiada por la Misión Arqueológica y Jurídica de la Raya de Aragón, encabezada por el famoso arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch e integrada por otros notables estudiosos. A partir de entonces comienza la puesta en valor de esta localidad.
En octubre de 1944 unos tres mil combatientes republicanos realizan la invasión del valle con el fin de provocar una insurrección popular en toda España. Serían desalojados por el ejército una semana después. No sería hasta la creación de la Comunidad Autónoma de Catalunya, a finales del siglo XX, cuando se vuelvan a reintegrar algunos de esos históricos derechos suprimidos. Así, se vuelve a instaurar la peculiar autonomía aranesa.
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