La historia de la localidad está unida a aquello que ver en Figueres. Los íberos dominaron el lugar hacia el año 600 a.C. Junto a un cruce de caminos imperiales (Vía Augusta) los romanos fundaron otro núcleo en el siglo II a.C, siendo desplazados por los invasores godos a partir del siglo V.
Los árabes permanecieron en la historia de Figueres entre 715 y 785. Los francos los sustituyeron. A principios del siglo IX se habla ya de Villa Ficerias y en la centuria siguiente de Figariae. La comarca estuvo bajo el señorío del conde de Besalú y luego del conde de Barcelona.
En 1267 Jaime I el Conquistador la convierte en villa real y le concede su carta puebla favoreciendo el asentamiento de judíos. La disputa sobre su señorío provocó que en el año 1274 fuera asediada y tomada por el conde Hug V de Empúries, quien incluso robó las puertas de la ciudad y se las llevó a su castillo. Por ese motivo, el rey Pedro III el Ceremonioso amplió las murallas. Este monarca llegó a residir largas temporadas en Figueres. Desde 1419 pasó a tener feria propia (Santa Cruz).
Durante la Guerra dels Segadors llegará a ser ocupada por el ejército francés, que colaboró con los catalanes rebeldes. En los años siguientes, entre 1660 y 1666, allí se celebraron las Conferencias de Figueras para tratar los límites territoriales. El 3 de noviembre de 1701, tuvo lugar en la iglesia de San Pedro el matrimonio de Felipe V con María Luisa de Saboya. A partir de 1705, la sublevación de Cataluña volvió a convertir la población en escenario de combates.
En 1753 el rey Fernando VI promueve la construcción de una de las fortalezas mayores de Europa, con una extensión de más de 30 hectáreas. La localidad adquiere un marcado carácter militar y crece de nuevo en el siglo XVIII. En 1794, durante la Guerra de la Convención, los franceses tomaron el castillo, aunque lo devuelven al año siguiente.
En 1808 los franceses tomaron la fortaleza de forma pacífica, pero al cabo de un tiempo comenzaron a ser hostigados y bombardearon la población. El 10 de abril de 1811 el sacerdote de Banyoles, conocido como mossen Rovira, empleando una llave de la fortaleza, tomó la gran fortaleza por sorpresa. Unas semanas después la recuperarían los franceses, que en 1812 la anexionarían al departamento francés del Ter. En 1814, en su regreso a España, el restituido Fernando VII pernoctó en Figueres.
Durante la Primera Guerra Carlista de 1835, la fortaleza y la villa resistieron los ataques carlistas. En la segunda mitad del siglo XIX el jienense -nacido en Alcalá la Real– José María “Pep” Ventura, residente en Figueres, fue el creador de la sardana moderna, de mayor duración y con instrumentos de viento.
En 1874 Figueres volvió a resistir los ataques carlistas. Como recompensa, al año siguiente, el rey Alfonso XII le concedió el título de ciudad. En 1904 nace aquí Salvador Dalí.
Durante la Guerra Civil, la ciudad fue cruelmente bombardeada en numerosas ocasiones. A finales de diciembre de 1938 el Presidente del Gobierno, Negrín, ordenó el traslado de la capital gubernamental a Figueres, donde se instalaron las Cortes y el Gobierno. El 1 de enero de 1939 en el castillo de San Fernando se celebró la última sesión de las Cortes. En 1983, el golpista coronel Tejero fue encerrado en la prisión del castillo de San Fernando.
A continuación, todo lo que ver en Figueres.