También se puede visitar Cal Granotes, que aloja una antigua curtiduría preindustrial del siglo XVIII. No obstante, por su espectacularidad destaca aún más Cal Sabaté (1912-1914), la “Catedral de los Curtidores”, ejemplo de la arquitectura industrial de estilo modernista en Cataluña. Se trata de un lugar emblemático que ver en Igualada.
Fruto de la pujanza económica de Igualada es la existencia de varias casas modernistas como Cal Maco (1914), en la plaza de la Cruz, cuya fachada exhibe una gran balconada en el piso noble. El inmueble acoge actualmente un importante archivo comarcal. Otro ejemplo es Cal Ratés (1908), en la calle Santa María, que posee un frente urbano de aire medievalizante.
Sin embargo, una de las más espectaculares que ver en Igualada es la Casa de María B. Prats (1905). Cuenta con una llamativa torre esquinada de original remate. En ese mismo sentido, no falta un Círculo Mercantil, Industrial y Agrícola (1899), dotado de un llamativo frente acristalado.
El teatro municipal es en realidad el antiguo Ateneo Igualadí de la Classe Obrera (1878). Destaca por su antigüedad y belleza el Neptuno (1832) de la fuente situada en la Plaça del Rei. Su ejecución se debe al escultor neoclásico Damià Campeny.
Entre las sorpresas del centro urbano se encuentra Cal Pla (1888), una antigua pastelería situada en la rambla Nova donde son llamativas sus decoraciones pintadas en 1900. Lo mismo se puede decir de Cal Targarona (1929), cuyo mobiliario conserva la estética novecentista originaria.
La oferta turística que ver en Igualada tiene uno de sus principales atractivos en el Museo del Traginer. Aquí se puede contemplar la colección etnográfica de Antoni Ros, fundamentalmente centrada en los medios de transporte tradicionales y con especial dedicación a oficios vinculados como el de los arrieros. Resulta espectacular su colección de carros.
Cal Boyer (s. XIX) alojó una importante industria algodonera y hoy es la sede del Museo de la Piel, sin duda el principal reclamo de Igualada. Allí se explican de forma detenida todos los pormenores de la elaboración del cuero.
Otro de los hitos es el Gasógeno de Cal Pasqual, edificio industrial construido en la posguerra y coronado por una gran y estilizada torre. Su función era producir gas de baja calidad para alimentar las necesidades de los telares.
Existen otros templos de interés que ver en Igualada. Por ejemplo, la Iglesia de Sant Jaume Sesoliveres (ss. XII-XIII) que, aunque muy restaurada, mantiene su carácter de ermita rural vinculada a un camino. En las inmediaciones de Igualada se pueden visitar las ruinas de la Villa Romana de l’Espelt (s. II a. C.). Aquí ya se elaboraban tejidos y son significativas las calidades de los mosaicos encontrados.
En Igualada hay varias fiestas tan antiguas como importantes. Sus Tres Tombs (Tres Vueltas) en honor de San Antonio Abad. Las celebran unos carruajes tirados por caballerías cada 17 de enero, ininterrumpidamente desde 1822. Hablamos de una conmemoración importante en una población con gran tradición de transportistas. Su Cabalgata de los Reyes Magos es la segunda más antigua de España. Se celebra desde 1895 de forma espectacular.
En conclusión, esto sería todo lo que ver en Igualada. ¿Añadirías algo más?