Las numerosas edificaciones que ver en Ciudad Rodrigo son de los más variados estilos. Con todo, lo más impresionante del lugar es el Recinto amurallado mirobrigense, que cuenta con fosos, parapetos, falsabragas o muros bajos. La muralla tiene forma de elipse y más de 2 km de longitud. La muralla es medieval, siendo la mayor construido en el siglo XII, con guijarros y argamasa.
Tras los asedios de los siglos XVII y XVIII, durante el reinado de Felipe V, las murallas de Ciudad Rodrigo fueron modernizadas para resistir los ataques de la artillería. De esta forma se redujo su altura y se incorporaron bastiones exteriores. Actualmente, la parte superior es un paseo acondicionado con miradores en algunos de sus tramos. A través de sus siete puertas, de distintas épocas, se puede acceder al casco urbano. Por la Puerta de la Colada, situada al oeste, se sube hasta el promontorio sobre el que se eleva el Castillo de Enrique de Trastámara.
En la Plaza del Castillo se encuentra el Verraco, tosca mole posiblemente esculpida por lo vetones, de 2.500 años de antigüedad. El Castillo de Enrique de Trastámara fue remodelado por tal monarca en 1372, después de haber fracasado en su asedio varios años antes. Su cuadrada Torre del Homenaje, de grandes proporciones, ha sido habilitada como Parador de Turismo.
En la Calle de la Colada está la Casa de la Cadena (siglo XV), situada haciendo esquina. Algo más lejos queda la Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo, de una llamativa irregularidad. En su perímetro destacan la antigua Audiencia Real, la cárcel (siglo XVIII) y el Palacio del primer Marques de Cerralbo. La esquina con la calle de Madrid acoge la llamada Casa de los Cueto (siglo XVI) con su fachada bellamente decorada.
Por su parte, el Ayuntamiento es otro edificio que ver en Ciudad Rodrigo. Se halla alojado en un palacete renacentista. Cuenta con un pórtico y galería de arcos, además de torreones embellecidos con blasones y decoración plateresca. Asimismo, luce una espadaña con campana, que servía para alertar por situaciones de peligro.
En el paseo de Fernando Arrabal, a la entrada de la puerta del Conde, está el Centro de Interpretación de la Ruta de las Fortificaciones. Dicho espacio difunde la historia defensiva de la ciudad y las plazas fuerte cercanas. El conjunto, integrado por Saelices, Castillejo de Martín Viejo, Villar de la Yegua y Aldea del Obispo, conforma la ruta de fortificaciones fronterizas.
Por la calle Cardenal Pacheco se abre a la derecha la Plaza del Buen Alcalde, cuyos edificios de estilo castellano, con soportales del siglo XVIII, se disponen en torno a una fuente. Siguiendo, la Plaza de San Salvador es llamada popularmente “Isabelina”. Allí se pueden ver la fachada renacentista de la Casa de los Miranda (siglo XVI) y la fachada neogótica del Palacio de la Marquesa de Cartago (siglo XX).
Por otro lado, la Capilla de Cerralbo, a pesar de su humilde nombre, es un gran templo de estilo herreriano que ver en Ciudad Rodrigo. Fue construido en los siglos XVI y XVII como panteón de esa familia. Si algo llama la atención sobre el resto, es la gran cúpula con cimborrio. Dento, aportan prestancia los retablos del siglo XVII en madera de nogal. También es notable el mausoleo del último marqués de Cerralbo, con un escultura orante obra del Mariano Benlliure.
La Catedral de Ciudad Rodrigo fue iniciada en 1165, durante el reinado de Fernando II de León, rey que tanto promovió la localidad. El estilo que se aprecia transita del románico al gótico. Ha perdido dos torres a causa de las numerosas destrucciones sufridas en los asedios y guerras. Por eso mismo, numerosas reformas han retocado su figura.
Destaca mucho la Portada de las Cadenas, hacia la plaza del Salvador. Su conjunto se halla enmarcado por columnas estriadas con remates góticos. Al tiempo, un arco protege cuatro arquivoltas sobre ellas, disponiendo cinco bajorrelieves románicos de influencia bizantina. Por encima del arco, un friso recorre una galería gótica muy decorada compuesta por arquerías. Estas, a su vez, rodean doce relieves escultóricos de personajes del Antiguo Testamento.
Pasando al interior de la Catedral de Ciudad Rodrigo, conviene detenerse en la Capilla del Pilar (siglo XVIII) y los tres ventanales románicos situados tras de ella. La fachada occidental (siglo XVIII) está flanqueada por una torre neoclásica. Allí se encuentra el importante Pórtico del Perdón (siglos XII y XIII), cuyo románico recuerda al pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago. En su parteluz hay una imagen de la Virgen con el Niño en una mano y una flor en la otra. Asimismo, las jambas contienen efigies de los apóstoles. Escenas del Nuevo Testamento cubren tímpano y arquivoltas en torno a la Coronación de la Virgen.
En el lado norte del crucero del mayor templo que ver en Ciudad Rodrigo se asienta la puerta de Amayuelas. Semejante a la de las Cadenas, se diferencia al tener un arco inferior compuesto de cinco lóbulos, así como una menor decoración. A su lado hay un arco ciego decorado con pequeñas cabezas. Por otro lado, la Catedral de Ciudad Rodrigo hace gala de una nave central más alta que las laterales. Los ábsides se apoyan en unos pilares que cuentan con unos bellos capiteles muy decorados. Mientra tanto, las bóvedas son de crucería.
Uno de los principales atractivos del edificio son los ventanales de las naves laterales. De estilo románico, están profusamente decorados. En la bóveda próxima al crucero hay varias esculturas, destacando la de San Francisco. Es considerada la única representación conocida del Santo realizada durante su vida. La Capilla Mayor es obra de Gil de Hontañón (siglo XVI) y guarda una imagen de la Asunción obra de Juan de Mena (siglo XV). El coro es de estilo gótico plateresco. Además, las capillas contienen retablos barrocos, un altar de alabastro del siglo XVI y sepulcros. Partiendo de la nave izquierda se accede al claustro, con dos galerías cuya base se edificó en estilo románico tardío y otras dos de estilo gótico tardío.
Siguiendo con lo que ver en Ciudad rodrigo, se llega a la Plaza del Conde, próxima a la catedral. En primer lugar destaca el Palacio de Moctezuma (siglo XVIII) edificado por los descendientes del monarca mexicano. Hoy día ejerce como Casa de Cultura. También llama la atención el Palacio de los Castro (siglo XVI). Su elemento más notable es la portada plateresca, entre columnas salomónicas y con leones de remate. Finalmente queda el Palacio de los Condes de Alba de Yeltes (siglo XVI, reforma siglo XVIII), ahora una sucursal bancaria.