La placita baja del pueblo es un buen lugar para empezar la ruta por lo mejor que ver en Candelario. Presiden el enclave la Ermita del Humilladero y el Crucero. También llamada “del Santísimo Cristo del Refugio” (siglo XVIII) es similar a una iglesia parroquial. Así posee un porche de entrada sostenido por cuatro columnas. Su retablo despierta una gran admiración entre los vecinos. Dentro, el artesonado muestra la imagen del Cristo Flagelado de González Macías. Además, guarda una talla extraordinaria de San Vicente.
Desde ahí las casas están escalonadas en calles empedradas, con bastante pendiente. La mayoría aparecen cortadas transversalmente, recorridas un sistema de acequias laterales de desagüe de los neveros, las regaderas. Las casas típicas alcanzan las tres plantas, sostenidas por vistosos entramados de madera. Muchas son de los siglos XVIII y XX. Suelen contar con gruesos muros, aleros salientes y cubiertas verticales de teja en las medianerías, para asumir el frío y la nieve.
Para facilitar la dedicación a la producción de chacinas en el hogar, disponían de un patio interior enlosado o picadero. En la parte superior de las viviendas, las balconadas estaban pensadas como secaderos. Las llamadas batipuertas, al igual que las argollas de los dinteles, presentan diseños encarados a optimizar la matanza. Al respecto el Museo Etnográfico Casa Chacinera es un lugar de alto interés que ver en Candelario. Dicho espacio documenta la vida de los vecinos entre finales del XIX y los años veinte.
Otro templo que ver en Candelario es la Iglesia Parroquial de la Asunción (siglo XVI). Presenta estilo gótico tardío, de mampostería. La construcción queda levantada sobre sillares de piedra, sobre un edificio primitivo románico cuya primera piedra se puso en 1329. En lo tocante a la portada, sus arquivoltas se coronan con un complejo rosetón gótico. El lado norte la portada es sencilla, mostrando las armas de los Zúñiga, duques de Béjar y señores de la villa de Candelario que sufragaron la reconstrucción de la iglesia. Por otra parte, la torre reloj era antes más alta. Sin embargo, la parte superior no llegó a restaurarse completamente tras la tormenta de 1929 que la destruyó.
Por dentro, el espacio se divide en tres naves separadas por grandes arcos. Destaca la techumbre mudéjar de la Capilla Mayor, situada en el ábside poligonal. Asimismo, el retablo contiene una alegoría de la Asunción de la Virgen María. En las naves laterales se alojan altares dedicados al Sagrado Corazón, la patrona del pueblo Santa Ana o el Cristo de la Misericordia. Cerrando la Iglesia Parroquial de la Asunción queda el retablo más valioso, dedicado a los Santos Mártires (óleo sobre tabla del siglo XVI).
El entorno del pueblo de castaños y robles, al pie de verdes praderas con cumbres nevadas, remata su aire pintoresco. La Sierra de Candelario pone fondo a las estampas locales. Se trata de un paraje al oeste de la Sierra de Gredos cuya máxima altura es el Pico de la Ceja de 2.425 m. Alberga una colonia importante de aves rapaces: alimoche, buitre leonado, águila real, águila perdicera, azor y gavilán.
Una ruta senderista muy apreciada es la que asciende hasta el Pico Calvitero (2.397 m). Desde lo alto se abarca con la vista Ávila, Salamanca y Cáceres. Para comenzar esta ruta es preciso tomar desde Candelario la carretera en dirección a la Plataforma y el Travieso. Desde ahí se inicia el camino señalizado que, una vez alcanzada la cumbre, conduce tras dos horas de caminata hasta las Lagunas glaciares del Trampal.
La Dehesa de Candelario es otro enclave de gran belleza que ver en Candelario. Una vez que se recorren cinco kilómetros se llega a un conjunto de pastizales de montaña similar al originario de los pastores trashumantes asturianos que poblaron la zona.
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