El principal atractivo para visitar Santo Domingo de Silos es el extraordinario Claustro románico. Se accede por el arco de las Vírgenes, un resto de la iglesia originaria. Pese a su disposición asimétrica en forma de rectángulo irregular, se trata de un recinto de gran armonía. Construido a lo largo del siglo XI, está compuesto por dos pisos con arquerías alzadas sobre dobles columnas.
Posee 64 capiteles, decorados en el nivel inferior, que se deben a dos artistas diferentes pese a mantener cierta unidad. Abundan los motivos de animales, como leones, águilas, flamencos y otras aves. También destacan los seres mitológicos: arpías, trasgos, grifos, centauros y geniecillos. Además, se pueden observar cestillos con flores y frutos y follajes de acanto. Muchos de los motivos, en especial los del ala este del claustro, están esculpidos con trazos sinuosos y coronados por ábacos adornados con diseños geométricos y entrelazados. Ello evidencia una influencia oriental e islámica. Por otra parte, los bajorrelieves situados en las esquinas representan escenas de la vida de Cristo.
El Claustro barroco tardío y neoclásico posee mayor sencillez. El techo de sus galerías está cubierto de artesonados mudéjares del siglo XIV. Estos conservan su policromía gótica de escenas galantes, cinegéticas y satíricas. En el ángulo nororiental se puede admirar la Virgen de Marzo del siglo XIII, tallada en piedra y policromada. En el centro de la galería norte se encuentra el primitivo sepulcro de Santo Domingo, excavado en la roca. Le precede una estatua yacente sostenida por leones del siglo XIII. En uno de los lados del jardín se levanta ese ciprés al que loara Gerardo Diego con su conocido soneto.
El Ciprés de Silos
“Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado así mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos”
Otro de los lugares que ver en Santo Domingo de Silos es la Botica, del siglo XVIII. Posee una colección de tarros de cerámica de Talavera de la Reina. El museo del monasterio, por otra parte, contiene varias salas con objetos litúrgicos y tablas góticas y flamencas. También se hallan esculturas en piedra policromada, sarcófagos medievales y manuscritos. En cuanto a orfebrería, destacan sobre todo el cáliz de Santo Domingo de Silos (s. XI), la arqueta relicario (s. XII-XIII), la Cruz con gemas (s. XIII) y la Custodia procesional (s. XVI). En escultura resaltan el tímpano románico del siglo XII de la primitiva construcción que representa el Nacimiento, Presentación y Adoración de los Reyes y la talla de Santa Ana, La Virgen y el Niño del siglo XIV.
La Iglesia, construida sobre proyecto de Ventura Rodríguez entre 1752 y 1790, es neoclásica. En ella puede escucharse el canto gregoriano del Oficio Divino cada mañana, en la misa de nueve. También se puede escuchar en la misa de doce de los domingos.
Además, la entrada al Monasterio incluye la visita al Museo de los Sonidos de la Tierra. Este se encuentra en la antigua Casa Cárcel rehabilitada. Allí la Asociación de Amigos de Silos ha reunido un centenar de instrumentos musicales de distintas épocas y procedencias. Se incluyen los más antiguos de la comarca, como la carraca, la ocarina, la esquila y el rabel.
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