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En la localidad de Covanera, en la provincia de Burgos, se encuentra un manantial para muchos desconocido: el Pozo Azul. Al sur de la Cordillera Cantábrica, las aguas azules de este manantial desembocan en el río Rudrón. Se trata de una joya para el espeleobuceo español, pues la cueva se sumerge bajo el agua, haciendo posible su acceso submarino.
En la actualidad, se han recorrido 14 kilómetros de túnel de la que, según los expertos, podría ser la cueva submarina más larga de España. Sin embargo, el Pozo Azul continúa sin tener fin, pues el ser humano todavía no ha conseguido encontrar donde acaba la cavidad, con tramos inundados y otros con galerías aéreas.
Perfecta para refrescarse en verano
Ubicado en el valle del Rudrón, el Pozo Azul también es perfecto para refrescarse durante los calurosos meses de verano. Además de ser uno de los rincones más visitados del valle, es el lugar escogido por muchos de los vecinos para darse un chapuzón durante la temporada estival. Destaca la calidad del agua de este pozo, pues ejemplo de su pureza son las truchas que viven en él. La temperatura de estas aguas son constantes durante todo el año, oscilando entre los nueve y los once grados.
El acceso al Pozo Azul se puede realizar andando desde el pueblo de Covanera. La concavidad del pozo cuenta con un diámetro de entre siete y ocho metros y una profundidad de 10 metros. Sin embargo, el pozo cuenta con cuevas submarinas que quedan en manos de los profesionales del espeleobuceo, lo que añade misterio a la experiencia de bañarse en sus aguas, aunque sea en la superficie.
Otra de las curiosidades que envuelven a esta surgencia de origen cárstico son las muchas especies de fauna acuática endémicas que se han localizado, acreditadas por el Museo Nacional de Ciencias Naturales en 1983.
Una cueva submarina sin final conocido
El Pozo Azul esconde en su interior una de las cuevas submarinas más grandes del mundo, teniendo en cuenta que todavía no se ha explorado de manera completa. “Solo” se conocen 14 kilómetros de su longitud, que se han descubierto tras bucear entre distintos sifones y galerías.
En los años sesenta buceadores españoles comenzaron las exploraciones del Pozo Azul de Covanera. Más tarde, en los 90 se unieron otros grupos profesionales de ingleses y holandeses. Con el paso del tiempo se ha ido descubriendo más y más sobre el Pozo Azul, que parece no tener fin. En 2010 el Pozo Azul consigue un récord mundial en penetración subacuática, pues fue la cavidad con mayor recorrido lineal sumergido del mundo. Así hasta día de hoy, en la que el final explorado es de 14 kilómetros. El espeleobuceo es una de las actividades más peligrosas que se pueden realizar, en la que los buceadores se pasan días bajo las profundidades de la tierra, explorando.
Tanto es así, que solo existen siete personas en el mundo que hayan conseguido atravesar los primeros seis kilómetros de esta curiosa cueva. El motivo es que las condiciones en las que se encuentra esta cueva inundada la transforman en todo un reto para los amantes del espeleobuceo. Según se avanza en la exploración del Pozo Azul, más se complica su recorrido, reduciéndose a su vez el número de personas que llegan a entrar en los últimos tramos. Al segundo sifón denominado “Tipperary”, de los seis que componen la cueva, solo logran llegar los mejores. Así, solo hay tres personas que han conseguido bucear por los 14 kilómetros conocidos del Pozo Azul.
Completamos la visita
Siempre es conveniente reservar parte del día para visitar la localidad de Covanera, con sus bonitas calles de piedra y los puentes que aquí se levantan para cruzar el río Rudrón. Para completar la visita a menos de 20 minutos en coche se halla Orbaneja del Castillo, pueblo famoso por la cascada que lo atraviesa.
