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Cernégula, donde se reúnen las brujas castellanas

Cernégula, el pueblo de Burgos donde se reúnen las brujas castellanas

“Cuando las brujas van a Cernégula, ata a tu vieja que acaso lo sea”, reza un dicho popular antiquísimo. Este pequeño municipio de Burgos ha estado ligado históricamente a la brujería, hasta el punto de ser considerado el epicentro, incluso el origen, de las brujas castellanas. Cernégula, conocido como el pueblo de las brujas de Castilla y León, tiene una merecida fama.

La leyenda que persigue a Cernégula

La comarca de Páramo de Masa es una de las más peculiares de Burgos
La comarca de Páramo de Masa es una de las más peculiares de Burgos. | Jesús Serna, Wikimedia

La leyenda persigue a Cernégula porque, al parecer, las brujas persiguieron los alrededores de este pequeño municipio en siglos pasados. Cuentan las fuentes orales, también ciertas crónicas de la época, que en torno a la laguna de este lugar se reunían las brujas castellanas para compartir rituales, consejos y hechizos. Hoy es conocida como la Charca de las Brujas.

Su popularidad ascendió hasta el punto de que comenzó a ser visitada por aquelarres de otros rincones, sobre todo de Cantabria, a un paso de Cernégula, y de Navarra. Con respecto a esta última, puede pensarse que sus brujas buscaban huir de la Inquisición, teniendo en cuenta los acontecimientos de Zugarramurdi y sus consecuencias. Pero lo cierto es que Cernégula también fue señalada por el Santo Oficio, ya en el siglo XV y especialmente en el siglo XVI.

“Los sábados las brujas de Cantabria, tras churrar y al grito de sin Dios y sin Santa María, por la chimenea arriba, parten volando en sus escobas rumbo a Cernégula donde celebran sus reuniones brujeriles alrededor de un espino, para luego proceder al bailoteo y chapuzarse en una charca de agua helada”, dice otro texto de épocas pasadas.

Los habitantes de Cernégula se protegieron de estas brujas. Aquellos que no formaban parte de los aquelarres, claro. Cuentan que, entre otros remedios, las mujeres embarazadas ponían ramos de ajo o cardos en las ventanas de sus hogares para espantar a estos seres. Esta es solo una de las muchas tradiciones que han trascendido hasta el tiempo presente.

La historia real del municipio

Así luce esta zona de Burgos.
Así luce esta zona de Burgos. | LBM1948, Wikimedia

Con menos de un centenar de habitantes, Cernégula es hoy en día un pequeño pueblo muy cercano al Páramo de Masa, una gran explanada que vive azotada por el viento del Norte. Las temperaturas son bajas y toda la comarca presenta un cierto aspecto de desolación que acentúa esa leyenda mencionada. Cuadra que fuera aquí y no en otro lugar donde las brujas se asentaran durante tanto tiempo.

Hay referencias documentadas a este lugar desde comienzos del siglo XI. En sus mejores años, a finales del XIX, llegó a tener más de 400 habitantes. Su economía ha estado siempre asentada en la actividad agropecuaria, a pesar de que las duras condiciones climáticas no han permitido nunca la producción de grandes cosechas.

Al margen de la leyenda, Cernégula fue realmente señalado por la Inquisición como uno de los rincones que debían ser vigilados por su actividad brujeril. Esta laguna señalada es poco más que una charca, como así la conocen los habitantes del pueblo. Se alimenta de aguas pluviales y de aquellas procedentes de los deshielos. En invierno, además, puede patinarse sobre su superficie, pues permanece completamente congelada. Nunca se la ha conocido seca. ¿Cosas de brujas?

¿Se puede visitar… o será lo último que hagas?

Si te atreves, la Charca de las Brujas es visitable
Si te atreves, la Charca de las Brujas es visitable. | Shutterstock

Tanto Cernégula como sus alrededores son, por supuesto, visitables. La charca es un lugar muy atractivo para aquellos interesados en sumergirse en el ambiente brujeril que se espera encontrar. Desde un punto de vista paisajístico, además, también esta laguna puede ser interesante. Incluso después de haber sido alterada con la construcción de una isla artificial.

Esa laguna crea reflejos y colores que contrastan con las tierras rojas y los páramos de los alrededores. Zona de paisaje kárstico, la imagen que puede obtenerse en esta Charca de las Brujas varía no solo con el paso de las estaciones: cambia también de hora en hora. Así que además de acercarse uno a este epicentro de las brujas castellanas, se tiene la oportunidad de descubrir también imágenes diferentes y estimulantes para los sentidos. Hoy en día no hay brujas, al menos que se dejen ver a la luz del día, pero otros seres como sapos y culebras acompañan al visitante.

Tierra de brujas, un rincón encantadísimo

“De la cueva de Ongayo salió una bruja con la greña caída y otra ‘brujuca’. Al llegar a Cernégula ¡válgame el cielo! un diablo cornudo bailó con ellas. Por el Redentor, por Santa María, con el rabo ardiendo ¡cómo bailarían…!”, dice otro texto popular. Las referencias a Cernégula están repletas de la relación que esta ha tenido con las brujas, temida y popular a partes iguales. Pocos pueblos más encantados que este.