La vida urbana de Priego gira en torno a la Plaza Central, donde se sitúa el Hospital del Niño, casona blasonada del siglo XVI, y el Palacio de los Condes de Priego, sede actual del Ayuntamiento. Este último es un edificio renacentista en el que destaca la fachada con balconada de arcos de medio punto sobre los que descansan un friso con triglifos y metopas. Paseando por cualquiera de las calles que desembocan en esta plaza, también llamada de los Condes, podemos encontrar varias casas señoriales de magníficas rejerías, como las Casas de la Inquisición, la Casa Pareja, y la antigua Cárcel, situada en la plaza de la Batalla de Lepanto. Es también interesante el Museo Etnográfico, situado en la calle de la Cruz.
Entre las construcciones religiosas cabe destacar la Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari, construida en 1540 sobre una más pequeña de estilo románico. Es de estilo gótico tardío y lo más sobresaliente de su arquitectura son los enormes pilares cilíndricos del interior, que soportan los nervios de las bóvedas de crucería a modo de columnas. Se conserva la torre, fechada en el año 1562 y de almohadillado florentino y el retablo mayor, que alberga ocho tallas de madera del escultor vallisoletano José Salvador Carmona.
A las afueras del municipio nos encontramos con los restos del Convento de Nuestra Señora del Rosal, del siglo XVI, y el de San Miguel de la Victoria, construido por Fernando Carrillo de Mendoza bajo la promesa de que si salían vivos él y sus dos hijos de la batalla de Lepanto, levantaría un cenobio en ese lugar. Es el edificio religioso más emblemático de la comarca de Priego y en una de sus capillas se custodia una imagen barroca del Cristo de la Caridad.
La artesanía sigue siendo uno de los motores económicos y culturales de Priego; especialmente el mimbre y la cerámica. Numerosos talleres amontonan las ramas maduras de una forma parecida a las tiendas de los indios, creando un particular paisaje que no pasará desapercibido a los ojos del visitante. En el centro de la localidad podemos visitar otra de las industrias que aún sobreviven utilizando los mismos métodos que hace siglos: la alfarería. Por eso, son de obligada visita las cesterías y alfares donde contemplar el trabajo del artesano y adquirir algún producto.
Una época ideal para visitar Priego es en agosto, cuando la Asociación de Gancheros rememora este ancestral oficio con unas jornadas en las que los hombres del pueblo desempolvan sus ganchos y bajan al río para mostrar cómo se realizaba el transporte de la madera por vía fluvial.
Comentarios Facebook