La historia de Uclés es más que interesante y merece la pena leerla para saber luego que ver en Uclés.
El primer documento conservado es del año 893. En este tiempo el rey moro Mussa Ibn Zennun se retira desde Toledo a la fortaleza entonces llamada Uqlish, que convirtió en su nueva capital. La dotaría de una alcazaba tres años después.
En el año 1024 el califa cordobés Mohamed III se refugió de una revuelta en ese castillo. Allí fue envenenado. Ya en 1085 la fortaleza es tomada por el rey Alfonso VI. No obstante, al año siguiente se pierde de nuevo por la derrota castellana en la batalla de Sagrajas. Pero poco duró en manos moras. Su nuevo señor –el rey de la taifa de Sevilla Al-Mu’tamid– se lo entrega de nuevo hacia el 1091 a Alfonso VI cuando éste se alía con él. Así, acoge a sus nietos y a su nuera Zaida para protegerlos de los almorávides.
Viuda Zaida por haber sido asesinado su esposo por lo almorávides, le dio a Alfonso VI un príncipe heredero: Sancho Alfonsez. Éste, en el año 1108 -con tan solo quince años de edad– fue uno de los capitanes del ejército castellano durante la batalla de Uclés contra los almorávides. Tras la derrota, el príncipe se refugió en la localidad de Belinchón. Allí sus pobladores musulmanes le cogieron por sorpresa, dándole muerte.
Mientras tanto, los sitiadores de la fortaleza de Uclés simularon su retirada propiciando una salida de la guarnición cristiana, que cayó en la trampa y fue aniquilada.
Siglo y medio después, en el 1157, Uclés volvió a manos cristianas tras un acuerdo de intercambio de castillos entre Alfonso VIII y el llamado rey Lobo de Murcia. Para asegurar la defensa de una fortaleza tan estratégica, el rey cristiano se la cedió a la Orden religiosa y militar de Santiago, la más poderosa y rica del reino.
Desde este momento y hasta el siglo XV, Uclés fue la residencia del maestre de la orden. Su decadencia le sobrevino cuando los Reyes Católicos acabaron con los maestrazgos y la Orden de Santiago pasó a depender de la Corona.
Ahora corresponde leer el apartado Qué ver en Uclés.