A continuación, encontrarás todo lo que hay que ver en Alarcón.
Lo primero que llama la atención es su espectacular acceso. Un único y angosto camino que a modo de istmo nos conduce hasta un casco antiguo rodeado de tres conjuntos amurallados.
Destaca, por su ubicación en lo más alto del cerro, el Castillo, escenario de importantes episodios históricos en tiempos de la Reconquista. Ahora es sede del Parador de Turismo. Fue construido por Alfonso VIII sobre una fortaleza árabe. Sin embargo, el aspecto actual se debe a las reformas que inició el Infante Don Juan Manuel. Lo convirtió en su residencia y lugar de inspiración. En él destaca la Torre del Homenaje, de aspecto renacentista, con almenas rematadas en punta de flecha.
Cuenta la localidad con un casco antiguo de trazado medieval. Está declarado Conjunto Histórico-Artístico por la belleza y conservación de sus monumentos y de su recinto amurallado. Destacan la Torre de Cañavate y la de Alarconcillos, ésta última de planta cuadrada con torrecillas semicirculares en las esquinas.
En el extremo opuesto al castillo se encuentra la Plaza del Infante Don Juan Manuel. La plaza es una construcción abierta y empedrada donde se sitúan los edificios más importantes. Entre estos sobresalen el Ayuntamiento o Palacio del Concejo, montado sobre una lonja renacentista de arcos rebajados.
La Casa Palacio Parroquial, de un sobrio barroco popular. Y la Iglesia de San Juan Bautista, edificio herreriano del siglo XVI, que en la actualidad alberga el Centro de Arte Pintura Mural de Alarcón. Creado por el joven artista Jesús Mateo, se trata de un proyecto artístico relevante. Se ha convertido en un referente dentro de la región.
El más emblemático de los edificios de carácter religioso que ver en Alarcón es la Iglesia de Santa María. Fue construida en el siglo XVI bajo el precepto renacentista. Su mayor valor arquitectónico quizás sea su espléndida fachada plateresca. Platerescos son también el retablo, la pila bautismal y la bóveda de estucos de la sacristía, obras del polémico escultor renacentista Esteban Jamete.
De igual interés son la Iglesia de la Santa Trinidad, edificio de dos naves y portada plateresca. Sobresale también la Iglesia de Santo Domingo de Silos, templo románico pero con claras influencias góticas. Y no podemos marcharnos sin ver en Alarcón el Palacio de Castañeda. Se trata de un edificio de portada renacentista donde se guarda el arca que contenía el Fuero y los privilegios reales.
Aparte de su rico patrimonio, Alarcón dispone de un espacio natural de gran belleza. Hablamos de las Hoces de Alarcón, un paisaje de rocas labradas por el río Júcar durante millones de años. Existe la posibilidad de recorrerlas a pie, a caballo o en piragua, y no perderse así ninguno de los tesoros que esconde esta tierra.
Así, esto es lo principal que ver en Alarcón.