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El pueblo medieval sin coches escondido en un parque natural

Bárcena Mayor

Este Conjunto Histórico Artístico Rural está situado en el Parque Natural de Saja Besaya. Tiene el honor de ser uno de los pueblos más antiguos de Cantabria. Todavía hoy conserva sus típicas casas montañesas y las calles empedradas. Su historia está ligada a sus ancestrales oriundos, los foramontanos, y la localidad conserva el aire medieval de cuando se fundó en el siglo IX.

Su maravillosa ubicación hace que el caminar por sus sendas sea indispensable. El encantador paisaje que lo rodea y la arquitectura montañesa de sus casas crean una atmósfera de gran serenidad. Además, solamente pueden acceder a él en coche sus habitantes. Merece la pena ascender valle arriba para disfrutar de la cascada del Pozo del Amo, así como de la hermosa panorámica del Balcón de la Cardosa.

Breve historia de un pueblo de cuento

Bárcena Mayor
Bárcena Mayor. | Shutterstock

Conocer la historia local es conveniente antes de pasar a lo que ver en Bárcena Mayor, que es el nombre de esta bella localidad. De su pasado se conservan restos de una calzada romana. Esta debió de servir para que el Imperio mantuviera la vigilancia sobre los indomables cántabros que tanto costó dominar. Tal infraestructura siguió sirviendo de acceso a los visigodos al remoto valle de Cabuérniga. Allí debieron de ser capaces de resistir a la invasión musulmana, ya que no se han encontrado vestigios árabes en el lugar.

Durante el siglo IX, Alfonso II de Asturias expulsó a los musulmanes del norte de León y de Castilla. Por otra parte, para afianzar su dominio requería de pobladores. Por ello promovió la emigración de campesinos cántabros hacia el sur. Al provenir del otro lado de los montes, estos inmigrantes fueron llamados en sus poblaciones de destinos foramontanos.

Bárcena Mayor, la villa de los foramontanos

La llamada Ruta de los Foramontanos era una vía que partía de Malacoria, hoy Mazcuerras. A través del puerto de Palombera, enlazaba con la comarca de Campoo. El trayecto fue popularizado por el periodista Victor de la Serna y Espina, hijo de la escritora montañesa Concha Espina.

El hecho de que Bárcena Mayor esté en el corazón de uno de los valles más inaccesibles de la cordillera ha motivado que sea considerado uno de los pueblos más antiguos de Cantabria. A ello ayuda también que se haya mantenido habitado ininterrumpidamente desde la época visigótica.

Bárcena Mayor
Bárcena Mayor. | Shutterstock

En el siglo XII, en tiempos de Alfonso VIII, la localidad pasó a depender del monasterio burgalés de San Pedro de Cardeña. Más adelante, como el resto del valle de Cabuérniga, pasó a la jurisdicción señorial de la casa de la Vega. Se trataba de uno de los linajes más importantes del territorio, emparentados con los Mendoza.

Más tarde, hacia el 1517, el emperador Carlos V utilizó la Ruta de los Foramontanos en su primer viaje a España, cuando pernoctó cerca de Bárcena Mayor. Se cuenta que pasó muy mala noche, asediado por las pulgas instaladas entre las pieles de oso y jabalí de su aposento. A mediados del siglo XVIII, el pueblo debió de atravesar un periodo de gran prosperidad. El catastro del marqués de la Ensenada (1750-1753) registró casi doscientas casas, abundante ganadería y una importante actividad de artesanía en madera.

Durante la segunda mitad del siglo XX, la localidad sufrió el habitual proceso de despoblación. Finalmente llegaría al número actual de 84 habitantes. Estos continúan dedicados a la ganadería y al aprovechamiento agrícola y forestal, además de al sector turístico.

Qué ver en Bárcena Mayor

Bárcena Mayor
Bárcena Mayor. | Shutterstock

Lo primero que hay que ver en Bárcena Mayor es su conjunto arquitectónico. Presenta una estructura rectangular definida por dos vías principales. Por un lado está la Calleja, por el norte, prolongación de la vía de acceso desde Cabezón de la Sal. Por otro la Calle Larga, al sur, que escolta al río Argoza, afluente principal del Saja. El cauce queda salvado por un puente de piedra del siglo XVI.

Ambas calles están, a su vez, atravesadas por callejas perpendiculares. Entre ellas se pueden descubrir varios rincones sorprendentes y pequeñas plazas, como la del Mesón o la del Corral de las Ovejas. Dichos espacios conservan varios lavaderos públicos, en uso hasta hace no tanto.

El encanto rural de Bárcena Mayor

Casas y fuente
Casas y fuente. | Shutterstock

Se conserva todavía su antiguo carácter rural medieval. A su vez, el entorno natural inigualable. La Reserva de Saja, repleta de robles y hayas, acoge especies protegidas como el urogallo o el oso. Su buena conservación, su localización y su cultura gastronómica, liderada por el famoso cocido montañés y la carne de caza, han hecho que esta localidad sea una más visitados de toda la región.

La mayoría de las casas son de los siglos XVI y XVII. Muestran el típico estilo montañés rural con dos plantas. Un portalón en la planta baja que da acceso a la cuadra y a la vivienda. La parte superior la componen un balcón corrido y la solana. El tejado de alero volado se sostiene sobre vigas. Por otro lado, las casas nobiliarias cuentan con un arco de sillería que precede al soportal. Sin embargo, las viviendas más comunes se cierran con portones de madera que permiten la ventilación e iluminación del interior.

Las fachadas están orientadas al sur o al este, para así aprovechar al máximo el sol. Sus solanas suelen mostrar geranios de colores. Destaca el uso de madera tallada en vigas, pilares y aleros.

Pequeñas joyas de Bárcena Mayor que no te puedes perder

Iglesia de Santa María
Iglesia de Santa María. | Shutterstock

El mayor templo de Bárcena Mayor es la Iglesia de Santa María (siglo XVII). Reformada en 1772,  está situada en el centro del pueblo. Cuenta con ábside cuadrado y dos naves de dos tramos cubiertas con bóveda de crucería. También posee una torre prismática de tres alturas. En general, se trata de una construcción humilde, realizada en mampostería con sillares en las esquinas. Pese a ello, conserva en su interior un interesante retablo barroco decorativo del siglo XVIII.

En los últimos años se ha recuperado en el pueblo la artesanía de madera que tanta prosperidad le trajo. Así se han ido abriendo pequeñas tiendas con piezas de madera de castaño y cestería. También se puede adquirir cerámica y trabajos en cuero. No es, por tanto, difícil ver a los distintos artesanos trabajando en la puerta de su establecimiento.

Una buena época para visitar Bárcena Mayor puede ser alrededor del comienzo del otoño. En esos meses, en la reserva se puede escuchar, a veces incluso ver, la berrea de los venados, un espectáculo impresionante. Se recomienda mucho respeto y no molestar a los animales.

También puedes leer este artículo en inglés y francés.

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