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Ruta de una semana por los pueblos de la costa asturiana

Ruta por la costa asturiana de pueblo en pueblo

Recorrer la costa asturiana es una de las experiencias más gratificantes que pueden vivirse como viajero. Porque es una combinación entre naturaleza y cultura, con una gastronomía excepcional y un trato humano que explica, en parte, por qué Asturias es el paraíso en la tierra. Mar y también montaña, acechando, de fondo, vigilando. Pueblos de ensueño que reciben al que llega de fuera con los brazos abiertos. Maravillas como los populares bufones, miradores que parecen una ventana, precisamente, al cielo. Todo esto es la Asturias de costa. Y puede verse en una semana.

Ruta propuesta por los pueblos de la costa asturiana
Ruta propuesta por los pueblos de la costa asturiana | Paula Garvi

Empezando en Castropol, el pueblo de la frontera

Castropol, el comienzo de la ruta
Castropol, el comienzo de la ruta | Shutterstock

En Castropol se habla eonaviego, que es una mezcla de asturiano y gallego. Este dato sirve para entender el lugar en el que se encuentra este pueblo marinero: en la ría del Eo, que separa ambos paraísos naturales. Con la playa de Penarronda esperando a tan solo cinco minutos en coche, o una bella hora de paseo, Castropol ayuda a entrar en contexto. Está enclavado en la cima de un cerro, por lo que las vistas desde prácticamente cualquier calle del pueblo, todas ellas con encanto, son excepcionales. La Villa de Castropol fue declarada Bien de Interés Cultural del Patrimonio Histórico Español.

Cascada del Cioyo
Cascada de Cioyo | Shutterstock

Castropol está encuadrado en un entorno fantástico, que se completa con rincones como la Cascada de Cioyo, donde parece que pueden encontrarse todas las criaturas fantásticas de la mitología asturiana. Este salto de agua puede abordarse desde varias rutas de senderismo, todas de gran facilidad, que atraviesan valles y bosques frondosos. Es una primera parada que ya significa una victoria y que es, además, una promesa de todo lo que está por venir.

Ortiguera, un pueblo propio de esta tierra

Ortiguera, una de las postales más bonitas de Asturias
Ortiguera, una de las postales más bonitas de Asturias | Shutterstock

Al este, siguiendo la costa, espera otro pueblo marinero: Ortiguera. Su origen se encuentra en el siglo XIV, cuando sus pobladores se dedicaban casi exclusivamente a la pesca y, por tanto, adaptaron su vida al mar. Es una de las razones por las que sus casas se encuentran prácticamente colgando en la montaña donde rompen las olas, creando un paisaje arrebatador y ofreciendo, a su vez, unas vistas excepcionales. También el puerto de Ortiguera destaca entre todos los elementos del lugar, pues con su pequeño espigón transmite una sensación de belleza natural cada vez más apreciada.

Las vistas desde el Cabo San Agustín
Las vistas desde el Cabo San Agustín | Shutterstock

Cerca de Ortiguera se encuentra uno de los cabos más aplaudidos de Asturias: el Cabo San Agustín. Son dos los faros que dominan la zona. Uno antiguo, muy sencillo pero de mucho encanto, situado en un promontorio a 62 metros sobre el nivel del mar. El nuevo faro está asentado sobre unos preciosos jardines que ofrecen unas vistas espectaculares. También puede visitarse la ermita de San Agustín, así como un monumento en memoria de los marineros fallecidos, lo que termina de dar sentido a la localidad, a la zona y a toda la Asturias costera.

Puerto de Vega, pueblo bonito, pueblo ejemplar

Puerto de Vega al anochecer
Assí luce Puerto de Vega al anochecer | Shutterstock

Puerto de Vega fue elegido “Pueblo Ejemplar de Asturias”, galardón que entrega anualmente la Princesa de Asturias, hace más de veinte años. A finales del siglo pasado, también fue elegido el pueblo más bonito de la comunidad. Puerto de Vega, de marcado carácter marinero, de tradición pesquera arraigada y cultura con carácter, sorprende con sus casonas blancas, tan impolutas que cuesta creerlo. Sus callejones estrechos, que en cualquier otro lugar podrían confundir al visitante, se presentan aquí ordenados gracias a ese blanco que lo invade todo. Puerto de Vega es, en fin, uno de los pueblos más agradables de Asturias.

Playa La Losera, cercana a Puerto de Vega
Playa La Losera, cercana a Puerto de Vega | Shutterstock

Destaca, entre otras cosas, su puerto, que cuenta con unas almenas centenarias que tuvieron una función importante en la Edad Media: frenar los ataques que llegaban por mar. También destaca la Iglesia Santa Marina, que pertenece al siglo XVIII y que está considerada por muchos la Catedral del barroco rural. Merece la pena acercarse a conocer sus retablos y, en general, su interior. También los miradores que se extienden alrededor del pueblo: el mirador de Baluarte, con cañones elaborados en el siglo XVIII, o el mirador de la Riva, que permite obtener una vista panorámica del lugar. No hay que marcharse sin visitar el Museo Etnográfico Juan Pérez Villamil, que permite al visitante acercarse aún más a la vida propia del pueblo asturiano.

Cudillero, el pueblo de los mil colores

Las vistas desde Cudillero son impresionantes
Las vistas desde Cudillero son impresionantes | Shutterstock

Este pueblo encajado en la montaña, en un acantilado, en lo que parece un corazón abierto al mar, es uno de los pueblos más bellos e interesantes de Asturias, así que constituye una parada obligada en este viaje por la costa. Rodeado de tres montes, han servido estos para que los habitantes de Cudillero asienten desde siempre sus hogares. Así se ha creado una de las postales más reproducidas de los últimos años, que mejora, como mejora todo, con una experiencia en primera persona. Un vistazo a Cudillero desde la distancia ayudará a comprender el por qué de la fascinación por este pueblo.

Cudillero desde el puerto
Cudillero desde el puerto | Shutterstock

Cudillero creció en torno al mar y eso se nota. Sus casas, de mil colores, se distribuyen en terrazas que van ganando altura y que forman, por rodearla, una plaza principal en el interior de la localidad en forma de improvisado anfiteatro. Puede observarse su disposición, y el contraste entre el color de sus fachadas y el color rojo de sus tejados, desde diferentes miradores. Uno de los más interesantes se encuentra subiendo al cementerio, que ofrece también un vistazo a la inmensidad del mar. Si se quiere disfrutar por completo de esta naturaleza marina, puede visitarse el Cabo Vidio. Desde este lugar se obtiene una preciosa panorámica desde la famosa Estaca de Bares hasta el Cabo de Peñas.

En Cudillero, por cierto, tienen idioma propio: el pixueto.

Salinas, las playas de Asturias

La costa de Salinas
La costa de Salinas | Shutterstock

Quizá Salinas no sea el pueblo que uno espera después de los anteriores, de casas de colores asomadas en los acantilados, pero es igualmente un pueblo que merece la pena descubrir. Más sobrio arquitectónico hablando, es una localidad repleta de vida que puede disfrutarse en todas las estaciones del año. En los meses de verano, concretamente, Salinas ha empezado a consolidarse como uno de los lugares donde se pueden disfrutar de festivales de diversa índole.

La playa de Salinas es una de las más apreciadas de Asturias
La playa de Salinas es una de las más apreciadas de Asturias | Shutterstock

Entre Salinas y el Cantábrico, dos de las playas más características de la costa asturiana. La playa de Salinas, un arenal de dos kilómetros y medio que puede abordarse desde la perspectiva del viajero que desea largos paseos a la orilla del mar o desde quien desea practicar algún deporte acuático. Sus olas son especialmente conocidas por el surf. Junto a la playa de Salinas, la Playa de San Juan de Nieva, mucho más virgen y salvaje. Juntas forman el Monumento Natural de las Dunas de El Espartal, de un alto valor ecológico.

Tazones, el pueblo del Emperador

Así se ve Tazones desde el mar
Así se ve Tazones desde el mar | Shutterstock

Cuentan que Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico se quedó prendado de Tazones la primera vez que lo visitó, en septiembre de 1517. Formó entonces parte de sus rutas imperiales, siendo el único puerto asturiano que contó con semejante honor. Se entiende. También enclavado en la montaña, es otro rincón en el que puede apreciarse el contraste entre el azul del mar, el verde de esa montaña y el color de sus casas, variadas, diferentes, únicas.

Casas tradicionales de Tazones
Casas tradicionales de Tazones | Shutterstock

Tazones está conformado por cinco aldeas: Las Mestas, San Miguel, San Roque, Villar y La Atalaya. Todas conservan el carácter marinero con el que nacieron, que ha condicionado siempre las vidas de sus habitantes y ha provocado, por otro lado, esa bella silueta. Puede apreciarse bien desde el mismo puerto, adentrándose en el mar por el espigón. A pesar de su pequeño tamaño, tiene muchos atractivos. La famosa Casa de las Conchas, tan fotografiada en los últimos tiempos. La Plaza del Riveru, en torno a la cual se ha desarrollado toda la historia social y económica del pueblo. La Iglesia de San Miguel, que fue construida a mediados del siglo pasado después de que la Guerra Civil derribara la anterior. Muy cerca se encuentra también una pequeña playa de arena, que desaparece con marea alta. Si uno tiene oportunidad de seguirla y aborda el pedrero, entonces terminará frente a un yacimiento de huellas de dinosaurio. Tazones es una sorpresa tras otra.

Lastres, la última parada, una en la que quedarse

Lastres, desde su bello puerto
Lastres, desde su bello puerto | Shutterstock

Sí, es obligatorio detenerse en Lastres. Puede llegar a ser obligatorio quedarse. No solo porque sea, como sus predecesores en esta ruta, uno de los pueblos más bonitos de Asturias. También porque consigue que el visitante se sienta absolutamente cómodo entre sus calles.

El Mirador de San Roque ofrece la oportunidad de comprender de un solo vistazo por qué es uno de los rincones más visitados de Asturias, otro de esos que juegan con la disposición de sus casas sobre los acantilados. Este es uno de los mejores miradores de Asturias, y sirve para poner en valor todo lo que tiene Lastres, porque tiene también uno de los puertos más atractivos, una de las iglesias neoclásicas, la Iglesia de Santa María de Sábada, más interesantes del mundo rural y una de las mejores ofertas gastronómicas de la comunidad.

Lastres desde una de las playas que tiene alrededor
Lastres desde una de las playas que tiene alrededor | Shutterstock

Lastres se disfruta paseando con tranquilidad sus calles antiguas, abordando sus cuestas, descubriendo las pequeñas playas que palpitan junto al pueblo. Si uno quiere, además, apostar por una excursión, pueden visitarse los populares Bufones de Pría, a poco más de media hora en coche. O la Cueva de Pindal, que se encuentra a algo menos de una hora y que cierra la frontera asturiana por el este, del mismo modo que Castropol y la ría del Eo lo hacían por el oeste. Así concluye este viaje por la costa. Un viaje que debe vivirse.