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Peculiares cementerios de Asturias que sí apetece visitar

Cementerio de Luarca

Hay lugares en España que a la mayoría le gustaría visitar, que están en alguna u otra lista de pendientes. Y más concretamente, hay partes del norte que ver en directo, con los propios ojos, en algún momento. Paisajes, rincones y sitios cuasimágicos que parecen sacados de un relato de fantasía. Pero, quizá haya algunas zonas que se escapan de lo común y bien valdría la pena considerar. Por ejemplo, los espacios que ocupan este artículo. También lucen como en un cuento, aunque esta vez gótico: se trata de los cementerios de Asturias.

Aunque no siempre se les considere como destinos a visitar, estos camposantos asturianos tienen más que ofrecer de lo que parece. Ya sea por su posición, por su decoración o por el estilo único que aportan. Estos lugares de descanso eterno pueden generar una experiencia viajera diferente. Algunos de ellos no solo están considerados como uno de los cementerios más bonitos del país, sino también del mundo. Si el rumbo lleva al norte, toma nota de estos destinos.

Cementerio de La Carriona, Avilés

Cementerio de La Carriona
Cementerio de La Carriona. | Wikimedia

El repaso arranca con uno de los más importantes, ya que este camposanto de Avilés data del siglo XIX. Además, forma parte de la ASCE, la asociación de cementerios en Europa. Y no se queda ahí, porque también es el número uno en el proyecto EUCEMET, cuyas siglas significan Cementerios Europeos: Jardines de almas, diversidad y patrimonio. Tal iniciativa que se encarga de dar visibilidad a este tipo de espacios y ponerlos en valor.

A lo largo de su historia ha albergado tumbas y mausoleos de toda índole. Algunas de las personas y familias más importantes allí enterradas, cuyos monumentos fúnebres merece la pena visitar, son las siguientes: el Marqués de Teverga, María Suárez y su familia, Armando Palacio Valdés, la familia García Morán, Bonifacio Heres o los Condes de Peñalver. Todos sus sepulcros se pueden disfrutar dentro, siendo tales arquitecturas tan peculiares como el propio camposanto.

Cementerio protestante de Mieres

Cementerio Protestante de Mieres
Cementerio Protestante de Mieres. | Ayuntamiento de Mieres

Cementerio de gran importancia por varios factores. Uno de ellos es que se trata del único protestante de todo Asturias. El segundo motivo es que está situado donde un día se encontró la fábrica de Mieres, de gran importancia en al era de la industrialización. Por último, aquí se encuentra enterrado Numa Guilhou, dueño de la fábrica y uno de los grandes artífices del desarrollo minero de la región.

El cementerio pasó muchos años enterrado entre la maleza, sin disponer de ninguna persona encargada de cuidarlo. Pero esto cambió en 2015, cuando los dueños del terreno y el ayuntamiento llegaron a un acuerdo. Hoy se puede visitar sin problema, con todas las tumbas de quien fuera trabajador o familiar de los mismos visibles. Un lugar con tanta historia como cada lápida que hay en él.

Cementerio de Niembro

cementerio de Niembro
Cementerio de Niembro, la mejor excusa para adentrarse en el encanto asturiano | Foto: Shutterstock

Posiblemente el lugar más digno de película que hay en esta lista. No solamente por encontrarse en frente del mar y su planta. La realidad es que literalmente ha sido escenario de en tres largometrajes. Observándolo puede uno darse cuenta de las razones, siendo tan peculiar como atrayente. Sin duda, este camposanto tiene personalidad propia. Al atardecer, con las luces anaranjadas del cielo, puede ser un lugar perfecto para detenerse y admirar la calma paz que posee.

Su iglesia puede verse desde bastante distancia, siendo distinguible y cobrando fuerza desde el otro lado de la ría. Su historia, su ubicación y el verde que lo rodea hace que el cementerio de Niembro sea digno de visita. El Abuelo, La Señora o El Epílogo son las tres producciones donde se puede ver como fondo a este camposanto de Asturias.

Cementerio de San Salvador, Oviedo

Fosa Común en los aledaños de San Salvador
Fosa Común en los aledaños de San Salvador. | Wikimedia

Contrastando con el anterior y su sencillez, el cementerio de San Salvador en Oviedo es amplio y espacioso. Diseñado por el arquitecto Patricio Bolumburu, estaba pensado exclusivamente para el rito católico. Sus 60.000 metros cuadrados están divididos en dos calles, una longitudinal y la otra transversal. Son cuatro cuadrículas las que podemos encontrar, estando en el centro la capilla con estilo ecléctico. Coincidiendo además con el punto más alto de todo el entorno.

También destacables son los dos pórticos a la entrada del cementerio. Uno de ellos luce 5 arcos diseñado por juan Miguel de la Guardia. El otro, cuenta con columnas de estilo dórico que recuerda a la antigua Grecia, creación de Javier Aguirre. Asociado al lugar, en su exterior, se encuentra la Fosa Común de Oviedo, donde reposan republicanos muertos durante la Guerra Civil. Elementos que justifican que sea uno de los cementerios de Asturias más destacables y singulares.

Cementerio de Luarca

Cementerio de Luarca
Cementerio de Luarca. | Shutterstock

Es momento de nombrar a uno de los cementerios más notorios del planeta. No será en pocas listas en las que figure este rincón a la orilla del mar con lápidas, panteones y esculturas blancas que casi podría calificarse como una de las mejores postales de Asturias. Situado en un acantilado, con vistas al Cantábrico y el puerto de Luarca, no hay discusión al definirlo como uno de los más peculiares cementerios asturianos.

También es uno de los camposantos modernos más antiguos de España, ya que fue construido en 1813. Suele ser para obligatoria para la gente que se atreve a hacer el Camino de Santiago siguiendo la ruta del Norte o la Costa, ya que Luarca es uno de los lugares por los que pasa la ruta. Asimismo, como miembro más ilustre se alza Severo Ochoa, Premio Nobel de fisiología y Medicina en 1959. Humilde, su tumba apenas se distingue del resto de las que pueblan el níveo lugar.

Cementerio Moro de Luarca

Entrada al cementerio moro
Entrada al cementerio moro. | Wikimedia

No toca despedirse aún de Luarca, porque en este municipio se encuentra otro de los cementerios de Asturias que merece la pena destacar. Se trata del llamado Cementerio Moro. Es un lugar de eterno reposo musulmán construido en 1936 coincidiendo con el comienzo de la Guerra Civil. No es casualidad, ya que se cimentó con la idea de dar sepultura a los norteafricanos caídos, obligados muchos a luchar contra el bando republicano.

La mayoría de los enterrados en este cementerio fallecieron en la batalla de El Escampalero. No se conoce la cifra exacta, pero se estima que hay alrededor de 300 entre sus muros. Esto motiva que sea uno de los pocos cementerios musulmanes que hay en España, junto con el de Zaragoza o los de Andalucía.

Cementerio de Ceares/El Sucu, Gijón

Cementerio de Ceares
Cementerio de Ceares. | Wikimedia

El cementerio de Asturias que cierra la lista fue la necrópolis por excelencia en Gijón durante el siglo XX. Aunque su origen es muy anterior, concretamente de 1876. Es uno de los que alberga más fallecidos, superando hoy día las 32.000 sepulturas. Cándido González fue el arquitecto del recinto, en forma rectangular y con su capilla al fondo donde se ubica el cementerio civil.

La puerta principal de dicha zona fue diseñada por Miguel García de la Cruz en 1902. Es solo uno de los distintos rincones de importancia de los que hace gala. Otro de ellos es la tumba de Rosario Acuña o los monumentos en forma de homenaje a Luis Truan y Laureano Suárez. Asimismo, no se puede olvidar la capilla construida en 1894 diseñada por Mariano Medrade.