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La ruta senderista de Carlos V, un paseo por la Asturias que recibió al emperador

ruta de carlos v por asturias

La ruta de Carlos V por Asturias presenta 11,5 kilómetros de recorrido de dificultad baja mientras se recorren bellos pueblos y paisajes asturianos. La llegada del emperador Carlos V a España hace cinco siglos significó un cambio en la historia, encontrándose con el país que iba a gobernar. Este primer encuentro sucedió en Tazones, donde Carlos V desembarcó en septiembre de 1517 procedente de Flandes. Es curioso, pues los habitantes de esta pequeña aldea ubicada en la costa pensaron de primeras que el desembarco del emperador era en realidad un ataque.

Tazones
Casas en el pueblo pesquero de Tazones | Foto: Shutterstock

Conocida la verdad, desde el pueblo pesquero de Tazones el emperador se trasladó a Villaviciosa, concretamente a la Casa de los Hevia, donde pasaría su primera noche y descansaría unos días. Se trata de un recorrido sencillo de menos de tres horas. Entre las dos localidades el recorrido tiene como acompañante la ría de Villaviciosa, conocido por ser el mejor humedal asturiano. Una ruta histórica que combina naturaleza y etnografía, donde el producto más popular es la sidra. Además, de la ría, en la ruta de Carlos V por Asturias puede verse uno de los pocos molinos de mareas que aún quedan en pie.

Quien llegó a Tazones fue el príncipe Carlos de Gante

En realidad, no fue Carlos V quien desembarcó en Tazones hace quinientos años, sino el joven príncipe Carlos de Gante. Más tarde, llegaría a convertirse en el rey Carlos I de España, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico conocido como Carlos V, que llegó a ser el hombre con más poder hasta mediados del siglo XVI. Así, con un viaje en barco desde Flandes, llega a tierras asturianas para tomar posesión de los reinos de los Reyes Católicos, sus abuelos. Desde Tazones viaja hasta Villaviciosa, donde pasa cuatro días para retomar su ruta hasta Valladolid. Allí juraría como Rey en febrero de 1518.

ría de Villaviciosa
Ría de Villaviciosa | Foto: Shutterstock

No obstante, nos centraremos en la ruta de Carlos V por Asturias realizada entre Tazones y Villaviciosa, donde el futuro rey pudo ver los caseríos de estas localidades hoy declaradas Conjuntos Históricos Artísticos. Una ruta en la que abundan los paisajes pesqueros y también los agrícolas, como los manzanos con los que después se elabora la famosa sidra. A todo ello hay que sumar las imágenes de la bonita ría de Villaviciosa, catalogada como Reserva Natural Parcial.

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Todo lo que ver en la Ruta de Carlos V por Asturias

El inicio de esta ruta de Carlos V por Asturias tiene lugar en la localidad pesquera de Tazones, a unos metros del puerto, concretamente detrás del restaurante “La Tortuga”. Aquí está instalado un panel que determina el comienzo del recorrido. De esta manera, la ruta comienza con un camino acompañado de árboles y una pronunciada pendiente, aunque las vistas al final del sendero merecen el sudor. Tras esto, Tazones quedará atrás y habrá que andar un kilómetro hasta llegar a la parroquia de Liñero. En este tramo del camino se disfrutará de unas buenas vistas de pomaradas en el valle, lo que recuerda al senderista que está en la capital de la manzana.

Tazones
Tazones. | Shutterstock

Desde este punto aparecen muchos caminos con bosques a cada lado y, como séquito inseparable, la ría de Villaviciosa a la izquierda. Así se llega hasta el concejo costero de San Martín del Mar. Especial atención a un panel informativo que ofrece una visita a la iglesia parroquial, para la que solo hay que desviarse unos metros. Aquí se encuentra un tejo centenario del siglo XVIII. Se trata de un texu, un árbol sagrado de los astures del norte de nuestro país. En la mitología asturiana representa el vínculo del pueblo con sus antepasados. Suelen crecer al lado de ermitas y cementerios.

cascada de Llames
Cascada de Llames | Foto: Twitter @turismoasturias

Después de esta breve parada, hay que retomar el sendero hasta encontrar un cartel que indique una desviación para conocer la cascada de Llames, desconocida por muchos. Eso sí, para llegar hasta la cascada hay que cruzar un arroyo, por lo que el calzado debe ser el adecuado.

La ruta de Carlos V por Asturias continúa hasta dar con un cruce de la carretera As-256, donde hay que tener mucho cuidado pues suele estar altamente transitada. Tras 200 metros un indicador ubicado a la derecha señala el camino a seguir para llegar al último pueblo de la ruta, Bedriñana. En esta preciosa localidad es preciso visitar la iglesia de San Andrés de Bedriñana, pues está declarada Monumento Nacional y forma parte del conjunto de iglesias prerrománicas de la región asturiana.

Arquitectura de Villaviciosa | Foto: Shutterstock
Arquitectura de Villaviciosa | Foto: Shutterstock

Al abandonar este pueblo vuelve a aparecer en el camino la As-256, por la que hay que caminar unos metros con precaución hasta llegar a Villaviciosa, el punto final de la ruta de Carlos V por Asturias. El casco histórico de Villaviciosa es una oportunidad en la que perderse y pasear. De hecho, aquí se ubica la Casa de los Hevia, donde se alojó Carlos V en sus días de descanso en la localidad. Actualmente es una oficina de turismo y biblioteca municipal, aunque en la planta superior se puede visitar una exposición muy interesante que trata la historia del desembarco de Carlos V y los aposentos usados por el monarca.

Iglesia de San Salvador de Valdediós | Foto: Shutterstock
Iglesia de San Salvador de Valdediós | Foto: Shutterstock

En Villaviciosa hay que dejar tiempo para conocer el conjunto arquitectónico formado por la iglesia San Salvador de Valdediós (popularmente denominada “El Conventín”), la iglesia de Santa María y el convento monacal. De todas las obras románicas y prerrománicas de “La Villa” (así se conoce a Villaviciosa) este es el de los conjuntos más destacados. Con un origen datado en el siglo IX, está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Iglesia de Santa María de la Oliva
Iglesia de Santa María de la Oliva | Foto: Shutterstock

Para completar la visita, en La Villa se sitúa la iglesia de Santa María de la Oliva. Es un templo románico que cuenta con elementos de transición al gótico que data del siglo XIII. Está declarada Monumento Nacional.