Lo primero que ver en Daroca son sus míticas murallas. El trazado de estas se extiende a lo largo de cuatro kilómetros. En ellos se yerguen más de un centenar de torreones de vigilancia. Gracias a ello forman uno de los principales recintos fortificados de Aragón.
La entrada principal a la localidad es la Puerta Baja, principal icono patrimonial de Daroca. Construida en el siglo XVI, consta de dos sólidas torres almenadas. Ambas flanquean un arco rebajado, rematado por una galería de arcadas. Su arco sirvió también para canalizar y evacuar las aguas torrenciales de las tormentas.
Por otro lado, la Puerta Alta, también del siglo XVI, fue construida sobre una anterior. Cuenta en su fachada con el escudo de la ciudad y un alero de madera saliente. Siguiendo el trazado de las murallas de Daroca se llega hasta el castillos del lugar. La fortaleza todavía conserva restos de la antigua alcazaba musulmana, de planta ovalada, y retazos de una de sus torres de mampostería. Fue escenario del legendario romance entre la mora Melihah y el caballero cristiano Jaime.
Traspasadas las murallas de Daroca se alza la Colegiata de Santa María. Tiene un origen románico, pese al aspecto actual resultado de varias remodelaciones. Guarda la reliquia de los Santos Corporales, objeto de culto y peregrinación histórica, motivo del Museo de los Corporales. Del templo destaca también el retablo del altar mayor, dedicado a la Asunción con su baldaquino y el órgano del siglo XIV.
Un buen ejemplo de transición del románico al mudéjar que ver en Daroca es la Iglesia de Santo Domingo. Su torre es considerada la primera construcción mudéjar aragonesa. Por otro lado, la Iglesia de San Miguel dispone de sólidos muros de sillería de origen románico. En ella se hallan pinturas murales góticas sobre la coronación de la Virgen en las paredes interiores del ábside.
Pasando a la arquitectura civil que ver en Daroca brilla la Casa de los Luna. La vivienda luce una decoración mudéjar de gran interés turístico. Su construcción fue costeada por Benedicto XIII, el antipapa conocido como “Papa Luna”. Otra construcción reseñable es la Casa del Diablo (siglo XV). Debe su nombre a un antiguo inquilino del siglo XIX, famoso anticlerical conocido como el diablo Royo.
También notable resulta el Hospital de Santo Domingo, construido a caballo entre los siglos XV y XVI. Para levantarlo se siguió una tipología de lonja gótica aragonesa o levantina. Aloja el Museo Comarcal y Municipal, que se ha convertido en uno de los elementos más importantes que ver en Daroca.