Qué ver en Calatayud

Repasar la historia bilbilitana es clave para disfrutar de lo que ver en Calatayud. Los orígenes de la población hay que buscarlos en la cercana Bilbilis. Importante ciudad celtíbera en sus inicios, fue conquistada por Roma. Bajo el mandato de Augusto, se convirtió en una de las poblaciones más prósperas de la época.

Bilbilis obtuvo el rango de Municipio en el siglo I. Con ello sus habitantes consiguieron la ciudadanía romana. Este hecho llevó a que acuñara su propia moneda y a una serie de reformas. El resultado final fue una ciudad con servicios e infraestructuras que incluían termas. En ella nació el 40 d.C. el poeta latino Marco Valerio Marcial.

La ciudad sufre un acusado periodo de decadencia tras la caída del Imperio Romano que terminó con la llegada de los árabes. Los mahometanos fundaron Qal’at Ayyub, amurallándola y dotándola de una extensa línea defensiva. Durante el periodo musulmán, gobernada por dinastías yemeníes de los Tuyibíes y Hudíes, disfrutó de una época de gran esplendor.

Alfonso I el Batallador la tomó en 1120 y le otorgó el Fuero de Calatayud poco después. Sin embargo, una extensa comunidad musulmana permaneció en el lugar. Ellos son los responsables de la decoración mudéjar de los edificios. Tras la Paz de Terrer que siguió al asedio de la villa durante la Guerra de los Dos Pedros, recibió la categoría de ciudad.

En el siglo XV se convirtió en la segunda ciudad en importancia del Reino de Aragón. Por ello fue escogida como escenario de la coronación de Fernando el Católico en 1461. El 30 de mayo de 1481 fue bautizado en Calatayud, con el padrinazgo de los Reyes Católicos, el príncipe gran canario Tenesor Semidan. Este adoptó el nombre de Fernando Guanarteme y firmó, en nombre de todos los habitantes del archipiélago, la Carta de Calatayud. Con ella los reinos canarios se incorporaban a la Corona de Castilla.

El siglo XVII se dio una época de gran riqueza cultural gracias al asentamiento de los jesuitas y su labor didáctica con aspiraciones universitarias. En tal contexto se incorporó Baltasar Gracián a la universidad local, como profesor de humanidades.

El siglo XIX es la época de la “Leyenda de la Dolores”. Este episodio, surgido de una copla anónima, cuenta como una mesonera de gran belleza era agasajada por diversos pretendientes. La historia tiene un final dramático y sangriento. Tras la historia subyace la vida real de María Dolores Peinador Narvión. Esta bilbilitana inspiró una historia que desde entonces ha definido y representado a la ciudad.

Durante la Guerra de la Independencia fue escenario de varias de las correrías de Juan Martín el Empecinado. El conocido guerrillero sería inmortalizado por Benito Pérez Galdós en uno de sus Episodios Nacionales. Ya en 1822, el Gobierno Liberal decretó una nueva distribución provincial de España. Incluyeron una cuarta provincia aragonesa con capital en Calatayud. Tras ser derrocado violentamente el Gobierno al año siguiente las autoridades absolutistas decretaron la vuelta a las anteriores demarcaciones provinciales.

A continuación, lo mejor que ver en Calatayud y sus alrededores.

Hay una gran riqueza monumental que ver en Calatayud, testimonio de su pasado histórico. Su patrimonio más primitivo corresponde al yacimiento de Bilbilis, situado sobre un promontorio a cuatro kilómetros del centro urbano. Pueden visitarse los restos de la antigua ciudad romana: su foro, sus termas, su teatro o su templo.

El conjunto fortificado árabe data del siglo IX. Es el más antiguo de su estilo conservado en la Península Ibérica. Se trata de una extensa red de murallas que une restos de antiguas fortificaciones. Varios vanos y puertas la entrecortan.

La Colegiata de Santa María la Mayor es la más importante muestra de arquitectura sacra que ver en Calatayud. Según la tradición, ocupa el lugar de una antigua mezquita. Destaca su portada-retablo plateresca labrada en alabastro por Juan de Talavera y Esteban de Obray. También es de interés el claustro mudéjar de arcadas de ladrillo apuntadas. Por su parte, el ábside poligonal también es mudéjar, como la Torre mayor octogonal, ambos del siglo XVI. En el interior del templo se ubica El Museo de Arte Sacro. Tal espacio expone piezas provenientes del antiguo arcedianato de Calatayud.

De la Colegiata del Santo Sepulcro (siglo XVII) sobresale la belleza formal de su fachada principal, compuesta por dos torres. Sigue el modelo del westwerk carolingio y luce un frontón clásico entre ellas. Asimismo, posee un tabernáculo digno de mención.

Dentro de la estructura mudéjar de la Iglesia de San Pedro de los Francos, destaca su portada gótica levantina. Esta iglesia fue escenario en 1461 de la coronación de Fernando II. Además, en 1978, vivió la creación de la Diputación General de Aragón.

Uno de los más bellos ejemplos de arquitectura mudéjar que ver en Calatayud se encuentra en la Iglesia de San Andrés. En concreto, en su torre de planta octogonal con tres alturas diferenciadas. Por su parte, la Iglesia de San Juan el Real es un templo jesuítico del siglo XVIII. Destaca por estar adornado con pinturas murales de Francisco de Goya sobre sus pechinas y sala capitular.

El Mesón de la Dolores, escenario de la famosa leyenda, es una de las mejores muestras de arquitectura renacentista civil que ver en Calatayud. En sus bodegas se ubica el Museo de la Dolores, que muestra en retazos de la época en que vivió la protagonista de la famosa historia. Otro edificio de carácter muy singular es el Palacio del barón de Warsage. De él sobresale su excelente portada neoclásica.

Para ahondar más en la historia y el patrimonio bilbilitano, se recomienda visitar el Museo de Calatayud. El centro se extiende en el antiguo convento de las Carmelitas. Exhibe numerosas muestras arqueológicas del pasado histórico local. Además, la Asociación de artistas Mariano Rubio de Calatayud muestra en sus Salones de primavera producciones más actuales.

A unos 25 kilómetros al sur de la ciudad se encuentra el Monasterio de Piedra. Se trata de uno de los más interesantes espacios naturales que ver en Aragón. Se articula en torno al monasterio cisterciense original, fundado en el siglo XII. En sus inmediaciones está el Embalse de la Tranquera. Gastronómicamente, la D.O. Calatayud produce vinos mediante uva garnacha. En la ciudad hay varias bodegas que ofrecen visitas.

Después de disfrutar de lo mejor que ver en Calatayud, mira otros planes en Zaragoza y las actividades de turismo activo de la provincia maña.