La localidad se asienta en el fondo de un valle de piedra caliza y margas de arcilla. Mientras tanto, el casco urbano presenta un claro trazado medieval, con calles estrechas y en cuesta. Abundan las casas típicas, de aspecto homogéneo y perfectamente conservado. En la parte más alta del pueblo pueden verse además varias viviendas-cueva.
El principal atractivo que ver en Anento es la Iglesia de San Blas, de estilo románico y original del siglo XIII. Se trata de un edificio de mampostería con una nave rectangular y nueve tramos separados por arcos apuntados. En uno de sus extremos se alza una gran torre de tres cuerpos cuya altura superior, muestra cuatro vanos apuntados. Por otro lado, la parte sur presenta un interesante pórtico gótico (siglo XIV). Este se estructura alrededor de cuatro tramos cubiertos por bóveda de crucería.
Dentro de la Iglesia de San Blas se conservan pinturas murales de estilo gótico asociadas a artistas de la escuela de Daroca. Con todo, la mayor joya del edificio es su retablo mayor (siglo XV). Se atribuye a Blasco de Grañén y se dedica al santo titular del templo, Santo Tomás Becket y la Virgen de la Misericordia. Tanto por su tamaño como por la calidad artística, es considerado uno de los principales retablos de Aragón. En las capillas laterales pueden contemplarse otros tres, menores, dedicados a San Juan Bautista, San Roque y San Antonio.
Otra construcción interesante que ver en Anento es la ermita de Santa Bárbara. Se trata de un pequeño edificio que guarda en su interior un retablo dedicado a la Virgen Nominal.
Continuando la visita toca dirigirse a la parte más elevada del pueblo. Sobre un tozal de tierra rojiza se alza el Castillo de Anento. Del edificio original solo queda en pie el trazado de su muro oriental y su foso. Aun así, esta notable sección de más de 30 metros de longitud conserva torres, almenas piramidales y saeteras.
Sin embargo, el elemento más característico del lugar es el Aguallueve. Se trata de un manantial permanente, de caudal variable según la época del año. Da forma a un relieve kárstico de paredes de piedra y musgo. Existen varias grutas creadas por el efecto de la erosión. Sus aguas se almacenan en una balsa situada a sus pies que, a su vez, riega los huertos de la población. En invierno, el paisaje congelado que genera es de una enorme belleza
El Aguallueve es el punto central de un pequeño valle de frondosa vegetación. Está marcado por la presencia de pinos, chopos y zarzamoras. Puede recorrerse con facilidad a través de una red de senderos señalizados. Algunos de estos caminos permiten acceder a la parte superior de los roquedos. Desde allí pueden disfrutarse algunas de las mejores panorámicas que ver en Anento. Además, se pueden visitar los restos del Torreón de San Cristóbal, de origen celtíbero.
Después de disfrutar de lo mejor que ver en Anento, mira otros planes en Zaragoza y las actividades de turismo activo de la provincia maña.