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El asombroso santuario enclavado entre rocas en Zaragoza

Jaraba, el santuario camuflado de Zaragoza

Es cierto que cuesta verlo. Si no se presta la suficiente atención puede pasar completamente desapercibido, pero está ahí. En el área occidental sur de Zaragoza, cerca del pueblo de Calmarza, enclaustrado en un cañón rocoso de aspecto arenoso. En el barranco de la Hoz Seca, para ser exactos. Es ahí donde se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de la Virgen de Jaraba, un templo escondido con unas vistas privilegiadas.

Se trata de un complejo monumental formado por una iglesia y la clásica casa del santero o capellán aledaña. Actualmente ambas están unidas. Es un santuario ubicado en plena naturaleza, con mucha historia y gran solemnidad, motivo de peregrinación de muchos fieles y devotos. La zona está llena de barrancos y fuentes. Tantas, que algunos filólogos aseguran que Jaraba quiere decir “abundancia de agua”. Es buen momento para sumergirse en su historia y conocerla a fondo.

La virgen que se le apareció a los pastores de la zona

El santuario de Jaraba está escondido en las montañas de Zaragoza, en los cañones del río Mesa
El santuario de Jaraba está escondido en las montañas de Zaragoza. | Shutterstock

Fue en la Edad Media cuando se empezaron a tener noticias del santuario de Nuestra Señora del Jaraba. Las leyendas del lugar describen cómo unos eremitas habitaban esta zona, rendían culto a la virgen, a la que cuidaban y preservaban, y también hacían labores de predicación y culto entre los lugareños. Los libros de historia recogen que había mucha actividad en la zona pese a lo recóndito de su ubicación.

Todo nace de una aparición. Se dice que la Virgen de la Jaraba hizo acto de presencia cuando unos pastores aragoneses cuidaban y alimentaban su ganado por aquella zona. Los pastores quedaron estupefactos y obnubilados. Estos lugareños estuvieron pensando dónde ubicar su imagen material y decidieron colocarla en la oquedad de una montaña rocosa, en un escarpe. Allí construyeron una pequeñísima capilla que fue creciendo con el tiempo, a medida que el lugar iba adquiriendo importancia religiosa.

Corrió como la pólvora que aquella virgen y las aguas de alrededor daban pie a milagros: cura de enfermedades, mejores designios en la vida, etc. Así se convirtió en pocos años en un sitio de peregrinación, cristianismo y profunda devoción. Hoy sigue siéndolo, pues cinco pueblos, Campillo, Cimballa, Milmarcos, Calmarza y Cubel, dependiendo del año, mantienen la tradición primaveral de visitar a la virgen en romería, realizando una misa conjunta, una gran comida y, por supuesto, una oración en comunidad.

La lenta evolución hacia un santuario

Santuario de Nuestra Señora de Jaraba
Santuario de Nuestra Señora de Jaraba, una rara joya en Zaragoza. | Shutterstock

Poco a poco, con el paso de las décadas y los siglos, el lugar fue evolucionando hacia una edificación más digna. Primero, con la anteriormente mencionada casa del santero, que en la actualidad está en proceso de rehabilitación y reformas. Luego, de la mano del clérigo y aristócrata Fernando Rodríguez, se fue reparando y ampliando la misma capilla.

En 1726 concluyeron estas obras adoptando una planta de cruz latina, que dio un aire más magnánimo a una edificación que consta de la mencionada casa, la antigua ermita, la cueva de la gota, las imágenes de hasta tres santos, la torre del campanario y el fondo del coro. Una construcción que hoy luce bien, sólida, esbelta y, en su interior, blanca y luminosa.

Pero no solo la virgen tiene cabida en el santuario. Hay imágenes de San Bartolomé, San Miguel Arcángel, San Pedro Arbués, San Pedro Mártir o San Antonio, entre otras. Cabe destacar que, desde que fuera construido el santuario han sido muchos los vecinos y vecinas de la zona, creyentes fieles y comprometidos, que de un modo u otro han realizado donaciones o han trabajado para mejorar la presencia y la imagen de Nuestra Señora de la Virgen de Jaraba.

El Santuario de Jaraba en la actualidad, una zona preciosa que visitar

El santuario de Jaraba destaca también por su ubicación
El santuario de Jaraba destaca también por su ubicación, en plenos cañones. | Shutterstock

Actualmente el monumento está razonablemente preservado, pero para ir a verlo por dentro es necesario concretar una visita. Asimismo, para las personas interesadas en el senderismo, una ruta de interés: la del Santuario de La Virgen de Jaraba – Mirador del Mesa. Se trata de un recorrido de poco menos de cinco kilómetros que se puede realizar en unos 75 minutos caminando a paso firme.

Por otra parte, los amantes de la naturaleza están de enhorabuena. Encontrarán una orografía muy peculiar, que guarda reminiscencias con los míticos cañones estadounidenses, y una fauna poco vista. Es una zona perfecta para llevarse la cámara de fotos, un buen objetivo, y disparar instantáneas.

Por la zona, además, se pueden visitar las pinturas rupestres de Roca Benedí, a pocos metros del santuario, pinturas que fueron descubiertas a finales de la década pasada y que fechan los arqueólogos en algo más de 7.000 años. Se puede divisar un arquero, una mujer con un niño o varios ciervos. Casi nada.

Y por último, para los aficionados al deporte, es obvio que Jaraba es una de las mejores zonas para practicar escalada de toda la región aragonesa. Existe una cantidad ingente de vías abiertas para escaladores que se han ido fraguando a lo largo del tiempo. No es raro encontrárselos en grupo enfrentándose a la montaña.