Resulta conveniente, antes de repasar lo que ver en Mijas, conocer la historia local. Al estar en una pronunciada montaña que domina un gran valle, la zona ha estado poblada desde la Edad del Bronce. Hacia el siglo X a. de C. la cercana localidad de Fuengirola fue una colonia fenicia. Se sabe que en la actual ubicación Mijas-Pueblo hubo un santuario con una pequeña localidad adjunta.
A partir del siglo II a.de C. Fuengirola se convirtió en un importante municipio romano. Por ello, por el término municipal de Mijas pasó una importante calzada romana, descrita en el «Itinerario de Antonino». Esto provocó que en el entorno haya varios yacimientos con vestigios de hasta el siglo IV. No existen referencias de la época de la Caída del Imperio Romano ni de la dominación visigoda.
Como el resto del sur peninsular, en el año 711 Mijas fue invadida por los musulmanes. Ya en el siglo IX fue una de las primeras poblaciones que se sumó a la insólita sublevación de Ben Hafsun. Muy poco se sabe de la era árabe a partir de entonces. Solo se conoce que se trató de una zona muy poblada y que tuvo tres castillos.
En agosto de 1485, el ejército de los Reyes Católicos asaltó el estratégico castillo de Fuengirola. Así, las fortalezas próximas, Mijas y Osunilla, pactaron su rendición. Sin embargo, al continuar la épica defensa de la ciudad de Málaga, ambas se rebelaron. Una vez tomada la actual capital provincial, los sublevados perdieron la esperanza y buscaron una rendición pactada. No hubo piedad y fueron esclavizados. Para evitar nuevas revueltas se desmantelaron los dos castillos rebeldes para reconstruir el de Fuengirola. Hacia 1492 se hizo una repartición de tierras entre unos 50 colonos cristianos.
A partir del siglo XV la costa sería atacada por corsarios berberiscos. Cuando esto ocurría, la población local se solía refugiar en Mijas. Para avisar de los asaltos se edificaron torres de vigilancia en Calahonda, Cala del Moral y Calaburra. Además, se edificó la Iglesia de la Inmaculada con una torre fortificada. Las importantes canteras locales de mármoles y falsa ágata enriquecieron mucho a la población.
Durante el verano de 1810, Mijas y el castillo de Fuengirola fueron tomados por los franceses. En octubre desembarcó en la cala de Mijas un ejército al mando del general inglés Blayney solo para ser derrotado por los franceses. Tras intentar volar el castillo de Fuengirola dos años después, los galos se retiraron al fin.
Más tarde en ese mismo siglo, el 2 de diciembre de 1831, desembarcó en una playa de Mijas el general Torrijos. Junto a él iban 60 voluntarios liberales, decididos a pronunciarse contra el régimen absolutista del Fernando VII. Todo era una encerrona. Perseguidos por los Voluntarios Realistas, pocas horas después buscaron refugio en Mijas. Como les fue imposible, debieron continuar su huida hacia el norte de la sierra. Torrijos y sus compañeros serían capturados 2 días después y fusilados sin juicio. En 1841 Mijas poseía uno de los términos municipales más amplios de España, por lo que se segregó Fuengirola.
Más de un siglo después, a partir de 1960, se produjo un extraordinario despegue del turismo. En dicha década algunos visitantes solicitaron a los jornaleros sacarse fotos con sus burros. También les gustaba salvar los desniveles locales a sus lomos. Así se le ocurrió a Julián Nuñez la célebre idea de los burro-taxis. La iniciativa causó furor hasta el punto de que el ayuntamiento dictó unas ordenanzas específicas para los burros. Estas incluyen placas identificativas, controles veterinarios e incluso la disponibilidad de una campa para acoger a los burros jubilados.
A continuación, lo mejor que ver en Mijas.